165. Nada menos que 165 futbolistas y ex-futbolistas vascos se han prestado a hacer de propagandistas del delirio totalitario de Euskal-Herria, esa siniestra pesadilla independentista que consiste en anexionar Navarra y las tres provincias vasco-francesas al actual País Vasco para constituir la Gran Nación Vasca. Es la razón de existir del nacionalismo vasco desde sus orígenes aranistas, y ni más ni menos que el proyecto que pretende imponer la banda terrorista ETA a sangre y fuego. Pues bien, la totalidad de la plantilla del Athletic de Bilbao (incluidos sus dos riojanos), doce jugadores de la Real Sociedad, otra docena del Éibar, varios del Alavés, así como otros que militan en equipos de fuera del País Vasco se han adherido a la ensoñación batasuna. Lamentable y vergonzoso. Era difícil imaginar que la decadencia del fútbol vasco (con el Athletic permaneciendo a duras penas en Primera y la Real, mi antaño admirada Real Sociedad, vegetando en Segunda) llegara a esos extremos. Desde luego, los futbolistas vascos nunca se han distinguido precisamente por su heroicidad, tal y como de forma tan gráfica como oportuna ha resaltado Antonio Basagoiti. Ojalá alguien pueda sacarme de mi error, pero no recuerdo a ningún jugador vasco de cierto renombre que se haya solidarizado en público con las víctimas del terrorismo etarra. Más bien si alguno de ellos ha opinado de política ha sido para apoyar las tesis nacionalistas y secesionistas. De esa manera no tienen que temer por su integridad física, que siempre ha de estar a punto para correr y dar patadas al balón.
Ahora bien, incluso en la cobardía hay que conducirse con cierta coherencia. Si te adhieres al independentismo, ¿cómo puedes a la vez jugar en la selección de fútbol del país del que hay que separarse? Del país opresor, si utilizamos el lenguaje del nacionalismo vasco. Aunque podemos encontrar una explicación: Puedes no sentirte español, no creer en España o simplemente traerte al pairo, pero al menos la Selección Española te proporciona un prestigio personal de cara a tu presente y a tu futuro. Y emolumentos, que tampoco vienen mal. Tenemos un ejemplo muy reciente con Oleguer Presas, independentista catalán amén de defensor del sanguinario De Juana, que muy a pesar de ello acudió a una concentración de la Selección Española. También es cierto que el seleccionador de turno debería ser consciente de lo que representa y significa el Equipo Nacional y poner de su parte para evitar situaciones tan deplorables. Si Fernando Llorente, pese a su condición de riojano (que tiene narices), apoya el secesionismo vasco y, por tanto, reniega de ser español, Vicente del Bosque no debería haberle convocado. Y lo mismo habría de hacer la próxima vez con Andoni Iraola. Además, de la otrora rica cantera vasca, que ha nutrido tradicionalmente al fútbol español y a la Selección de excelentes jugadores, no hay nadie con la calidad suficiente como para ser indiscutible en las convocatorias; si exceptuamos, claro, a Xabi Alonso, quien, por cierto, ha tenido a bien no firmar el comunicado perpretado.
Uno puede tener el perfecto derecho de no considerarse español, por mucho que realmente lo sea. Ahora bien, quien, no sólo no se siente como tal, sino que además avala proyectos de destrucción y desmembración de España, no debería vestir la camiseta de la Selección Española, cuando precisamente simboliza la unidad de la nación en el ámbito del deporte. Quien no se identifica con España no debería representarla.
2 comentarios:
¡¡Enhorabuena por la entrada!! creo que has expresado de forma genial lo que millones de españoles sentimos, pero es que pedir coherencia a los nacionalistas es asurdo pero en fin debería ser el seleccionador quien se opusiera a convocar a una persona que se declara abiertamente enemigo del país al que representa
Por cierto, ¿será La Rioja la octava provincia de Euskal Herria? ¡¡por inventar que no quede!!
Pues tratándose del nacionalismo aranista, que se basa en las fantasías e invenciones de un desequilibrado, absolutamente todo es posible. Buenos vinos no les iban a faltar, aunque a buen seguro que cambiarían la denominación de origen: De La Rioja a Euskal-Herria, por supuesto.
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