martes, 29 de junio de 2010

SENTENCIA DEL TC: UN PASTEL INDIGERIBLE


Que el Tribunal Constitucional acabe dando pábulo a buena parte de las pretensiones del nacionalismo no es algo que haya de extrañarnos a estas alturas. Es más, en lugar de limitarse a ejercer de intérprete supremo de nuestra Carta Magna, ha venido desempeñando durante la democracia fundamentalmente otro papel, de índole eminentemente político: El de coadyuvar, bajo Gobiernos y mayorías parlamentarias de diversos colores, a que quienes no creen en la unidad de España puedan 'sentirse cómodos' dentro del régimen constitucional; incluso a costa de debilitar y desnaturalizar a éste.

Sin embargo, tal empeño, cuyo éxito resulta realmente descriptivo, ha sido siempre en vano. Porque el nacionalismo disgregador es genuinamente insaciable: Cuanto más se le concede, más quiere. Y así sucesivamente. Aunque parezca mentira, algunos todavía no han caído en la cuenta de que la forma de ser y sobrevivir de todo nacionalismo se basa en la reivindicación permanente, hasta lograr su último y más o menos velado objetivo: La autodeterminación. Jamás se van a conformar con permanecer en España quienes persiguen su desmembración, precisamente para salir de ella.

De esta manera, pese a que la mayoría arcaicamente 'progresista', encabezada por la oportunamente abroncada María Emilia Casas, se ha salido finalmente con la suya y ha logrado que el Tribunal Constitucional, tras nada menos que cuatro años de deliberación, avale la mayor parte del 'Estatut' de Cataluña, no ha sido en absoluto suficiente. Quizá sí para que el proyecto zapaterista de cambio de régimen, cimentado precisamente en fomentar la división entre españoles, continúe esencialmente intacto; pero no para calmar a la fiera nacionalista, PSC incluido. No importa que la sentencia, que como era de esperar ha derivado en un pastel verdaderamente indigerible, no altere mínimamente el liberticida 'statu quo' que impera en Cataluña desde los tiempos de Jordi Pujol: El mero hecho de que algunos (muy pocos) de los artículos y preceptos más escandalosamente inconstitucionales hayan sido anulados, y otros sometidos a interpretación, no ha tardado en ser utilizado como pretexto para volver a dar rienda suelta al inevitable, consabido y cansino discurso victimista del que vive el sistema de pensamiento único nacionalista. Una vez más, el malvado 'Madrit' ha cercenado las nobles aspiraciones del pueblo de Cataluña.

Un mantra, el del agravio centralista, al que se le dotará de especial resonancia ahora, a escasos meses de las elecciones autonómicas catalanas. Qué ocasión más propicia ha encontrado el ilustre oriundo de Iznájar, provincia de Córdoba, para envolverse en la 'senyera' y demostrar que absolutamente nadie, ni el militante más radical de la Esquerra, le supera en nacionalismo.

miércoles, 23 de junio de 2010

CONTRA EL 'BURKA', ALIANZA DE CIVILIZACIONES


Contra todo pronóstico, el Senado ha aprobado una moción del PP que insta al Gobierno a prohibir el uso del 'burka' y de la 'niqab' en los espacios públicos. En efecto, ha sido toda una sorpresa, ya que el PSOE, pese a que su partido-hermano catalán se ha visto obligado a tomar o adherirse a tal medida en diversos ayuntamientos, no se avino a apoyarla e incluso había negociado con los demás partidos una alternativa etérea y hueca. ¿Se han alegrado sin embargo las y los irreductibles feministas que pueblan los escaños socialistas y de la izquierda en general ante lo que no deja de ser un avance, siquiera pequeño, en la igualdad de derechos (de la que, que sepamos, son tan dignas las mujeres de Occidente como las del Islam)?

Bien al contrario: Les ha sabido a cuerno quemado. En realidad, no soportan la mera idea de que su detestada derecha pueda adelantárseles en la reivindicación y defensa de unos derechos que consideran de su único y exclusivo dominio. De ahí que la inefable Leire Pajín no haya tardado en salir al quite para denunciar indignada el 'electoralismo' y la 'demagogia' de quienes piden la eliminación en las calles de esas cárceles ambulantes para mujeres. Además, ha tenido a bien detallar la solución que aporta su partido: Propiciar la 'colaboración' e 'implicación' de los 'colectivos y comunidades musulmanes'. En otras palabras: Contra el 'burka', rescatemos la sacrosanta Alianza de Civilizaciones, que para algo está.

Así pues, la fórmula para acabar con semejante práctica degradante es clara e infalible: 'Educar' y 'dialogar' (no podía faltar esta palabra taumatúrgica) con quienes oprimen a sus mujeres, incluidos aquellos que las obligan a someterse a la tortura de ocultarse bajo una humillante e insoportable vestimenta; de esta forma, y casi de la noche a la mañana, a buen seguro que se convertirán en hombres benévolos y benéficos y de elevados ideales. Porque parece ser que cabe diferenciar entre un maltratador islámico, siempre 'recuperable' para la sociedad, y un maltratador cristiano u occidental, contra el que en cambio ha de caer todo el peso de la ley.

¿Cómo es posible que un Gobierno prohibicionista hasta las cachas, tan sumamente 'laico' que aspira a borrar cualquier vestigio cristiano de la vida pública, se muestre sin embargo tan reticente a proscribir el uso de un símbolo que, además de dudosamente religioso, supone un flagrante e intolerable ataque a la libertad y dignidad de la persona? Amén de la simpatía que el actual socialismo dispensa a cualquier corriente o movimiento contrario a la civilización occidental, entre ellos al Islam, quizá en los propios argumentos de las 'ultrafeministas' zapateriles encontremos la respuesta: Se corre el riesgo de radicalizar (¿todavía más?) a los islamistas. Vamos, que no hay que molestarles bajo ningún concepto, puesto que han dado sobradas muestras de lo peligrosos que son cuando se enfadan: Es que si te descuidas, hasta te ponen una bomba. Por tanto, es mejor dejarles hacer y, en este caso, aducir incluso 'razones de conciencia', por mucho que constituya un pretexto para infligir tratos vejatorios a mujeres por el mismo hecho de serlo. Aunque, como los sufren en silencio, ya se sabe: Ojos que no ven, corazón que no siente.

Eso sí, si hubiera sido una comunidad o secta cristiana la que impusiera esos inmundos ropajes, desde luego que el 'comando Aído' hubiese tomado inmediatamente cartas en el asunto; por supuesto, con las correspondientes alharacas. Entre otras razones, porque este Gobierno, tan fuerte con el débil como débil con el fuerte, no tendría en tal caso nada que temer. Y es que tanto en 'laicismo' como en defensa de las libertades, el proceder del PSOE es tremendamente selectivo.

jueves, 17 de junio de 2010

REFORMA LABORAL: TARDE, MAL Y NUNCA



Una vez más (y van...), Zapatero se ha visto obligado a tragarse unas palabras, las suyas, que a estas alturas no valen absolutamente nada. No ha habido que esperar a que la malvada derecha cometa la infamia de abaratar el despido: Se ha encargado de hacerlo el Gobierno que él mismo encabeza, el más 'progresista', el de mayor 'conciencia social' de la reciente historia de España. De ahí que esta iniciativa, hasta ayer mismo de índole dizque 'neoliberal', no le haya impedido empero dejar su impronta keynesiana: Así, ha tenido a bien introducir la figura del despido subvencionado, parece ser que con los fondos procedentes de las cotizaciones empresariales. Qué mejor manera de facilitar la labor de quienes crean empleo que haciéndoles pagar a todos justos por pecadores, despidan o no.

Aunque para semejante reforma de pitiminí, no era menester alforjas. Porque, si bien se ha reducido el coste del despido para muy determinados casos, nuestro mercado laboral sigue adoleciendo de una rigidez excesiva. De tal manera que, por ejemplo, no se ha querido eliminar la dañina contraposición entre contratos temporales e indefinidos, grave impedimento para la creación de empleo, sobre todo joven; tampoco llegan a especificarse con la claridad requerida las llamadas 'causas objetivas' del despido, por lo que siguen sujetándose llanamente a las interpretaciones de los jueces de lo social; y continúa vigente el actual sistema centralizado del convenio colectivo, que, al no tener en cuenta las particularidades y necesidades de cada empresa (ni tampoco de sus empleados), distorsiona la relación entre salarios y productividad y, en consecuencia, genera paro.

Finalmente, Zapatero no se ha atrevido a alterar el poder de la onerosa socialburocracia sindical, que sigue intacto. Y es que el cariño que en su momento les pidió, y que ciertamente ha obtenido de sobra pese a que estamos cerca de alcanzar la escalofriante marca de los cinco millones de parados, ha de ser mínimamente correspondido. Pero, claro, puesto que, allanándose de nuevo a las prescripciones de Bruselas, ha acabado haciendo el despido siquiera un poco más fácil, ahora se nos representa una grotesca y bochornosa ceremonia teatral protagonizada por el Gobierno y sus sindicatos verticales: Mientras que unos fingen una indignación derivada de un supuesto ataque de cuernos, otros hacen como que se inquietan y piden 'responsabilidad' y 'proporcionalidad en la protesta'. Que dejen de tomarnos el pelo, por favor.

En cualquier caso, no es de extrañar que la reforma laboral zapaterina, tras tantísimo tiempo mareando inútilmente la perdiz, haya resultado un producto típicamente 'lampedusiano': Cambia algo para que todo siga igual. Llega tarde, mal y nunca, al igual que otras medidas que, como deberes que se le imponen, Zapatero no ha tenido más remedio que adoptar. Lo malo es que nuestro presidente del Gobierno no es precisamente un alumno aplicado.

martes, 15 de junio de 2010

REFLEXIONES DE UN SINDICALISTA ATRIBULADO


¿Que tenemos que hacer como que nos enfadamos con nuestro magnánimo Gobierno y organizar un simulacro de huelga general? ¡Pues vaya fastidio, leñe! ¡Precisamente ahora que vienen las vacaciones de verano, hombre! ¿Acaso nuestra condición de 'lumpemproletariado' ha de impedirnos disfrutar de al menos un par de meses de sol y playa después de todo un año de duro trabajo? Porque esto de ser liberado sindical, hay qué ver lo esclavo que es: Es cierto que físicamente no das un palo al agua, pero estrujarte las meninges todos los días para buscar la mejor manera de defender los derechos del trabajador da un estrés...

Dejémoslo, pues, para finales de septiembre, o más bien para octubre. En cualquier caso después, mucho después de nuestro deseado y merecedísimo asueto. Que lo de conseguir sacar a la calle a nuestros compañeros no es moco de pavo... Mirad si no lo que pasó en la juerga funcionarial, que no la siguió ni Dios (con perdón). Claro, entre tanto esquirol vendido al PP que se atreve a reprocharnos no sé qué tontería de que no tenemos ninguna autoridad moral (¿y eso qué es?), y nosotros mismos, a quienes nos resulta francamente (con perdón) difícil mosquearnos con este Gobierno tan progresista y dado al 'cariño'... Jo, es que son de los nuestros, y además no podemos ser tan ruines como para morder la mano que nos da de comer.

Hombre, si hubiera que armarla contra la derecha, seguro que sí haríamos un esfuezo, e incluso ahora mismito. Pero no, todavía no gobierna. Mejor así: Lo único que tenemos que planificar ahora son nuestras vacaciones. Bendito sea... Zapatero.

jueves, 10 de junio de 2010

SUBIR IMPUESTOS ES SOCIALISTA



Con la única y honrosa excepción de Castilla-La Mancha (de momento), todas las comunidades autónomas gobernadas por el PSOE, en solitario o en coalición, han decidido subir impuestos. ¿Mera casualidad? En absoluto: Aumentar la presión fiscal va en los genes de todo socialismo que se precie. Sus típicas políticas, puramente intervencionistas y basadas en un crecimiento exponencial del gasto público, acaban generando irremisiblemente una deuda y un déficit en las cuentas públicas que se hacen cada vez más insostenibles; y dado que los Gobiernos socialistas suelen resistirse a reducir drásticamente el gasto y ese gran aparato burocrático-administrativo que se ha ido erigiendo, prefieren obtener ingresos vía incremento de impuestos.

Eso sí, siempre que se procede a exprimir aún más si cabe el bolsillo del sufrido contribuyente, son inevitables las consabidas consignas populistas y las rancias apelaciones al resentimiento: Pagarán 'los ricos' para que sean 'solidarios' con los que menos tienen. ¿Y quiénes son los más pudientes para nuestros socialistas irreductibles? Recordemos que, según el presidente Zapatero, quienes ganen más de 24.000 euros al año (es decir, unos 1.200 al mes) son lo suficientemente adinerados como para no ser merecedores de beneficios fiscales por la compra de una vivienda; ahora bien, si se trata de subir el tramo autonómico del Impuesto sobre la Renta, depende de lo que considere cada Gobierno regional qué es renta alta: Para el catalán, 120.000 euros; para el andaluz, 80.000; y para el extremeño, 60.000. Palpable demostración de la arbitrariedad con la que los políticos deciden quiénes ostentan la categoría de 'rico' para, bajo el sacrosanto principio de la 'justicia social', esquilmarles sus ganancias.

Sin embargo, más allá de la demagogia que esconde un incontenible afán recaudatorio, tales subidas de impuestos resultarán especialmente nocivas en la actual coyuntura de crisis económica: Máxime cuando afectarán en buena parte a autónomos y pequeños y medianos empresarios a los que se les dificultará todavía más su supervivencia y, por tanto, su papel en la creación de puestos de trabajo y en la generación de riqueza. En el mejor de los casos, 'votarán con los pies' e invertirán en otras regiones que ofrezcan un marco impositivo menos gravoso. Y, para más inri, lejos de incrementarse, la recaudación fiscal puede verse mermada cuando de esta forma se penaliza la actividad económica.

Lo peor de todo es que son sobradamente conocidos los resultados de tales políticas: No por azar las dos regiones más retrasadas económicamente de España, Andalucía y Extremadura, han tenido siempre Gobiernos autonómicos socialistas; y tampoco es casual que Cataluña, desde que rige el tripartito nacionalista de izquierdas, haya ido perdiendo dinamismo económico hasta ceder el liderazgo en renta per cápita a la Comunidad de Madrid.

Cuando, recién elegido secretario general del PSOE, se presentaba a la opinión pública como el 'Tony Blair español', Zapatero llegaría a aseverar que 'bajar los impuestos es de izquierdas'. Quizá de esa forma pretendía convencernos entonces de que en José María Aznar, y antes incluso en Margaret Thatcher y en Ronald Reagan, anidaba en realidad un socialista. Pues bien, no sólo su propia experiencia de Gobierno (no olvidemos que subirá el IVA en julio, que la eliminación de la deducción de 400 euros ha supuesto un incremento general del IRPF y que ha prometido nuevos aumentos impositivos), sino la de su antecesor Felipe González y la de su partido en distintas comunidades autónomas, demuestran bien a las claras justo lo contrario: Que lo que es de izquierdas es subirlos. Es más: Es parte esencial de la más profunda idiosincrasia del socialismo.

martes, 8 de junio de 2010

LA IZQUIERDA ANTISEMITA VUELVE POR SUS FUEROS



El controvertido abordaje israelí de la embarcación proterrorista Marvi Marmara, presentado meramente como una masacre vilmente orquestada por el Estado judío, ha sido el pretexto perfecto para que el antisemitismo de izquierdas vuelva por donde solía y dé rienda suelta a sus peores instintos. Qué lugar más apropiado que en la Universidad Autónoma de Madrid, acreditado albergue de todo tipo de totalitarismos, para que reaparezcan hordas de ociosos y haraganes de la ultraizquierda antisistema, pertenecientes a esa misma especie que, con su inevitable y repelente estética 'perroflauta', empezara a adquirir notoriedad por su impetuosa toma de las calles a propósito de la guerra contra Sadam Hussein. El objetivo de su última salida a escena, igualmente edificante: Entre aclamaciones a la intifada, linchar a un científico que comete el imperdonable delito de ser israelí. Escalofriante y violenta exhibición de judeofobia que habría hecho las delicias del mismísimo Adolf Hitler.

Pero vayamos ahora a la izquierda supuestamente más civilizada y moderada: La organización del Desfile Gay de Madrid, copada desde hace años por el PSOE y sus adláteres, ha retirado la invitación cursada a un grupo de homosexuales israelíes. La excusa aducida, el 'peligro de seguridad' que conllevaría su presencia, hace todavía más lamentable tan vergonzante veto: En tal caso, quienes presumen de velar incansablemente por los derechos de las minorías se pliegan en realidad a las amenazas de aquellos que, allí donde imponen su ley, persiguen, encarcelan y matan a quienes precisamente se les descubre o exteriorizan su condición homosexual. Queda de nuevo de manifiesto que la defensa de determinados derechos que se atribuye en exclusiva el PSOE se reduce a una pose electoralista.

Aunque, claro, si para los zerolos y zerolas y demás ínclitos e ínclitas de la mariprogresía resulta incompatible ser gay y de derechas, qué menos que también lo sea ser gay y judío. Así pues, que paguen justos por pecadores.

lunes, 7 de junio de 2010

HAYEK VENCE A KEYNES

Divertida alegoría del auge y caída del keynesianismo, fenómeno macroeconómico cuyas secuelas padecemos en las economías desarrolladas. La cruda experiencia de la actual depresión económica ha vuelto a demostrar, al igual que tras el 'crack' bursátil de 1929 y la crisis del petróleo en 1973, que las recetas basadas en la política monetaria expansiva y en el gasto público son absolutamente perjudiciales y contraproducentes. Además, lejos de contener y aliviar las consecuencias de las crisis, las alargan y agravan. De nuevo, un muy popular, pródigo, atractivo y 'glamouroso' Keynes (todo un acierto que se le represente como un seductor) acaba sucumbiendo ante un Hayek escasamente reputado, frugal, nada cautivador y más bien adusto, pero mucho más apegado a la realidad y mejor conocedor de la limitada condición humana.

Toda una lección de economía aplicada en apenas seis minutos, a ritmo de rap.


viernes, 4 de junio de 2010

EL ZAPATERISMO NO HA MUERTO... TODAVÍA


Hay quien, tras sonoros y repentinos renuncios en materia de política económica, hasta se había hecho ilusiones. Pero, pese a todo, las esencias y los propósitos del zapaterismo se mantienen aún vivos, y de qué manera. Y así será mientras continúe disponiendo de los resortes del poder, por poco tiempo que le pueda quedar para hacer uso de ellos. Bien pronto hemos tenido la oportunidad de comprobarlo: Un nuevo reglamento aprobado por el Ministerio de Defensa que encabeza la pacifista y nacionalista 'quebecquiana' Chacón ha supuesto la prohibición de que se rinda honores militares a las imágenes religiosas.

En realidad, las prescripciones del eje franco-alemán y del (ahora) amigo americano quizá fuercen a Zapatero a siquiera matizar mínimamente su pretensión de hacer a cada vez más españoles dependientes económicamente del Estado. Ahora bien, ello no tiene por qué impedir que su proyecto rupturista, al menos en sus aspectos sustanciales, continúe adelante. Máxime cuando el zapaterismo ha logrado implantar y en cierto modo consolidar tantos cimientos: El Estatuto de Cataluña, pieza clave en el objetivo de liquidar por la puerta de atrás al actual sistema constitucional, todavía en vigor merced a la escandalosa indecisión del Tribunal Constitucional; la Educación para la Ciudadanía, con la que se lleva tiempo impartiendo en las aulas doctrina 'progre' y de la corrección política; la artificial asimilación de la unión civil entre homosexuales a la institución del matrimonio; la Ley de Memoria Histórica para hacer tabla rasa de nuestra transición democrática, imponer una determinada y sesgada visión de nuestro pasado y así sancionar por ley la división entre malos (la derecha) y buenos (la izquierda y los nacionalistas); la elevación del aborto a la categoría de derecho, al que incluso pueden acogerse menores de edad sin el consentimiento paterno (cuyo papel pasa a desempeñar el Estado, cómo no); y, por supuesto, eliminar de forma paulatina cualquier acto, símbolo o vestigio religioso (siempre que sea cristiano, claro) de la vida pública. Y es que cualquier socialismo que se precie no ha de permitir en modo alguno que ninguna institución social ejerza de contrapeso del Estado, que ha de ostentar el monopolio absoluto incluso en materia moral.

En ese mismo sentido, la ingeniería social que es norte del zapaterismo pasa por hacer realidad de una vez por todas la tristemente célebre afirmación que en su momento hiciera tan excelso escritor como nefasto político: 'España ha dejado de ser católica'. Con exactamente la misma arrogancia que expresara y mostrara el jacobino Manuel Azaña, pretenden estos herederos de una Segunda República que nos venden como idílica acabar de un plumazo con siglos de una tradición que, amén de profundamente arraigada en nuestra sociedad, tanto ha contribuido a la evolución histórica de España; algo que no pueden conseguir sino por medio de la prohibición, auténtica marca de la casa.

De esta forma, además de atacar un derecho fundamental como es la libertad religiosa y de culto, se pretende enmendar por la vía de los hechos consumados (una vez más) el espíritu y la letra de nuestra Constitución, que, al establecer el carácter aconfesional, que no laico, del Estado español, declara específicamente en el apartado 3 de su artículo 16 que 'los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones'. Si este Gobierno que tanto se jacta de 'laicidad' no se atreve a plantearla para nuestro Estado de forma abierta, es decir, por los medios legales y constitucionales, es porque sabe que de esa manera tal aspiración tendría escasas posibilidades de prosperar. De ahí que prefiera imponerla haciendo caso omiso de nuestra Carta Magna, que nunca ha constituido un impedimento para los fines rupturistas de Zapatero.

Además, con este nuevo alarde de anticlericalismo se persigue retener el voto de un sector del electorado al que, decepcionado por la aparente mutación 'neoliberal' del PSOE, se le intenta convencer de que este Gobierno, pese a todo, sigue siendo de izquierdas. Así pues, el zapaterismo en absoluto ha muerto, al menos todavía. Aunque, dado el descontento general provocado fundamentalmente por las consecuencias de una calamitosa política económica, sería paradójico que quien pretendía llevar a cabo un auténtico cambio de régimen basado en la absolutización de los paradigmas 'progres', acabe su mandato propiciando un mapa de España teñido de azul en su práctica totalidad.

martes, 1 de junio de 2010

CON ISRAEL Y LA LIBERTAD, CONTRA HAMAS Y EL INTEGRISMO


La pulsión suicida de la prensa occidental, al menos de gran parte de ella, es ya proverbial. Basta con hacer un somero repaso a las páginas de información internacional de cualquier periódico europeo o norteamericano (con muy escasas excepciones) para caer en la cuenta: El trato generalmente condescendiente hacia los terrorismos, a los que se suele representar como movimientos populares de resistencia o liberación, a menudo heroicos, o la indisimulada simpatía dispensada a determinados dictadores, sobre todo si se declaran de izquierdas o antiamericanos, están a la orden del día. Desde luego, pintar los asuntos exteriores con un halo de romanticismo puede resultar una válvula de escape ante nuestra democrática y esencialmente aburrida normalidad, pero casa bien poco con los valores y principios de libertad que distinguen a Occidente y que, como tales, deberían ser divisa de la prensa libre, que de esta manera más bien contribuye a horadar.

Tan paradójico e imprudente estímulo que suele mover a nuestros medios de comunicación, si descontamos el consabido y rutinario paradigma antiamericano (con el que se encuentra íntimamente relacionado), se manifiesta con toda su crudeza en el tratamiento escandalosamente sesgado de las informaciones relacionadas con Israel. El hecho de que el Estado judío sea una pequeña isla de democracia en pleno Oriente Medio constituye ya de por sí un pecado; pero que encima se atreva a resistir ante el constante y salvaje hostigamiento al que le llevan sometiendo desde mediados del siglo pasado sus vecinos terroristas y fundamentalistas es sencillamente intolerable. El caldo de cultivo de un sentimiento antisemita muy extendido en nuestra sociedad, y que desde el punto de vista político distingue tanto a cierta derecha de rancio abolengo como a una izquierda siempre presta a adherirse a las causas antioccidentales, convierte a este fenómeno de desinformación en especialmente virulento.

Así, el relato del abordaje israelí del Mavi Marmara, flotilla 'humanitaria' pro-Hamas, ha alcanzado niveles de manipulación absolutamente inauditos. Cualquiera que haya echado un vistazo a las portadas de la práctica totalidad de los periódicos españoles y del resto de Europa y se las haya creído a pies juntillas, habrá sacado la siguiente conclusión: Israel provocó un auténtico baño de sangre de manera abyecta y deliberada. Porque sí, porque su intención era asesinar a un grupo de buenos y benéficos 'hombres de paz' que, en cambio, recibieron a los hebreos con flores y parabienes. Ergo, Israel es malvado y criminal. Es más, cuando esos mismos medios se vieron obligados a publicar un vídeo del Ministerio de Defensa israelí que demostraba que los soldados fueron atacados por la tripulación, ni tan siquiera pasaron a centrar el debate en el uso desproporcionado de la fuerza por parte del Ejército de Israel: Bien al contrario, se le ha llegado a tildar de 'justificación de la masacre'.



Esta total ausencia de ecuanimidad en la presentación de los hechos, incluso en quienes se consideran campeones de un periodismo imparcial, moderado y ponderado, habrá hecho las delicias de la organización terrorista Hamas y de todos aquellos que en general se desviven por hacer desaparecer a Israel de la faz de la tierra, que por lo demás siempre han encontrado en la prensa de Occidente a sus mejores propagandistas; y lo peor de todo es que son muy conscientes de ello. Por su parte, los Gobiernos de la Unión Europea se han limitado a seguir la estela marcada por el llamado 'cuarto poder', máxime cuando condenar a Israel a propósito de lo que sea siempre viste y, sobre todo, queda la mar de 'progre'.

Algún director de periódico ha reconocido en su vídeo-blog que se le ha puesto difícil seguir respaldando la existencia de Israel. Pues bien, nadie está obligado a defender algo de lo que en realidad no esté convencido. Si nuestros políticos y Gobiernos, si los burócratas de Bruselas, si la inmensa mayoría de la prensa occidental, siempre tendente al suicidio, creen que Israel no tiene derecho a defenderse de quienes persiguen su exterminio y quienes le prestan apoyo en ese 'pacifista' menester, que así lo declaren y lo hagan saber de una vez. Fuera máscaras: Basta ya de tanta hipocresía de tinte antisemita. Sin embargo, el autor de esta modesta bitácora tiene clarísimo dónde situarse: Al lado de Israel y la libertad, enfrente de Hamas y el integrismo islámico.