viernes, 29 de julio de 2016

PORQUE SE TRATA DE QUE HAYA GOBIERNO

El Rey Felipe VI ha propuesto al Congreso de los Diputados la candidatura a la presidencia del Gobierno de Mariano Rajoy, que ha aceptado el encargo pese a que todavía no dispone de los apoyos necesarios. Y puesto que de lo que se trata es de celebrar un debate de investidura para que los representantes de la soberanía nacional elijan al Jefe del Ejecutivo, no para montar pantomimas ni satisfacer egos heridos ni organizar actos de escarnio público, el propio Rajoy, tal y como ha anunciado, entablará negociaciones con los partidos constitucionalistas (esto es, Ciudadanos y PSOE) para intentar llegar a acuerdos que propicien la formación de un nuevo Gobierno mínimamente estable: bien de coalición, bien en minoría aunque con la garantía de pactos sobre materias fundamentales.

Porque el objetivo no es otro que España tenga por fin, y pronto, un Gobierno que sea capaz de tomar decisiones audaces ante los múltiples y difíciles retos que se presentan. Y en ese sentido, y como ha resaltado él mismo, es Mariano Rajoy el único que ha mostrado verdadera disposición a gobernar y dado los correspondientes pasos; los demás han estado en el infantilismo, en el partidismo puro y duro y en burdas e irresponsables estrategias de escapismo. Esperemos que a partir de ahora determinadas posiciones, a estas alturas sorprendentemente electoralistas, se abandonen, se respete y asimile de una vez el veredicto de las urnas y que, en consecuencia, cada uno sepa asumir su responsabilidad y compromiso para con España y los españoles. Porque el patriotismo no solo ha de predicarse, sino practicarse.

martes, 26 de julio de 2016

JE SUIS CATHOLIQUE

Que dos bárbaros cobardes hayan irrumpido en una iglesia para asesinar a sangre fría y con crueles alardes a un indefenso sacerdote de 86 años no es sino una nueva, palpable y escalofriante demostración de que la maldad humana existe, y que en el terrorismo yihadista y sus seguidores y ejecutores alcanza sus mayores y peores extremos de demencia furiosa. Siempre habrá algún apóstol del relativismo moral, paradigma que tantísimo daño ha hecho y continúa haciendo en Occidente, que introducirá las preceptivas 'matizaciones' y 'explicaciones': como que, hombre, los ritos cristianos y católicos 'ofenden' a los musulmanes, y que, además, han sido muchos años de 'opresión' hacia el Islam... Dando a entender, en suma, que tan 'malos' como 'ellos' hemos sido, o somos, los cristianos o los occidentales en general, en realidad los verdaderos culpables; y que, en último término, tras darnos los correspondientes golpes de pecho, deberíamos 'ceder' en algunas de sus pretensiones, quizá empezando por la eliminación del derecho a la libertad religiosa... pero de los cristianos, claro, para que así no se sientan agraviados, y quién sabe si de esa forma dejarían de matarnos, siquiera un poquito.

Pues bien, ante semejante equidistancia, que hemos de esperar de nuestros 'clásicos' del buenismo más o menos 'progre', cabe afirmar tajantemente que esos dos criminales imbuidos en odio y perversidad han asesinado al Padre Hamel en una iglesia de Normandía porque predicaba la religión de la dignidad del ser humano, el amor, la misericordia y la paz; esto es, los mismos valores que el integrismo islámico que representa en este caso el Daesh aborrece y que pretende borrar de la faz de la tierra, junto a todos los 'infieles' que no se le sometan. Algo que terminará consiguiendo si en Occidente continuamos asistiendo impávidos a esta guerra global que se nos declaró desde el mismo 11-S, y que estamos sufriendo con especial intensidad y dramatismo estos días en Europa por mucho que no queramos verlo, y hagamos dejación de la defensa y preservación de nuestro modo de vida y nuestros sistemas democráticos basados en los derechos y libertades individuales. Bien al contrario, debemos actuar y responder a esta lacra con la unión y la firmeza requeridas, por supuesto; pero también teniendo claro de una vez por todas que, por muy elevados ideales que nos muevan y bonitas palabras que empleemos, jamás lograremos integrar a quienes nos rechazan, nos odian e incluso nos matan.

Frente a este nuevo acto asesino y sanguinario procedente de la vesania y la intolerancia criminal de un yihadismo que persigue la aniquilación de toda una civilización, la nuestra, de raíces cristianas, cabe proclamar alto y claro: "Je suis catholique".

domingo, 24 de julio de 2016

"GOD BLESS AMERICA"... PESE A TRUMP

Un sistema de elecciones primarias cada vez más discutido (por cuanto concede el mismo peso a los afiliados de los partidos que a quienes se inscriben como 'simpatizantes' de los mismos) ha llevado a la candidatura a la presidencia de los Estados Unidos por el Partido Republicano a alguien tan alejado de los valores tradicionales del conservadurismo estadounidense como es Donald Trump. Porque, obviamente, absolutamente nada tiene que ver el populismo intervencionista y radicalmente aislacionista que personifica el magnate con los principios del 'Great Old Party' que, fundado por Abraham Lincoln, tuvo como presidentes a líderes como Theodore Roosevelt, Dwight Eisenhower, Ronald Reagan o George W. Bush; todos ellos defensores de los derechos y libertades individuales sobre los que se edificó la primigenia y ejemplar democracia norteamericana, de la economía de libre mercado tanto dentro como fuera de sus fronteras y, por supuesto, del liderazgo mundial de los Estados Unidos como primera potencia económica y militar y garante de la libertad y la democracia.

Pues bien, Trump aboga por todo lo contrario: además de erigir 'muros', romper los tratados de libre comercio y exigir 'contraprestaciones económicas' a los aliados de la OTAN en la defensa común de la libertad en todo el mundo. No deja de ser tremendamente significativo que los pesos pesados y los históricos del Partido Republicano, incluidos sus dos únicos expresidentes vivos (Bush padre y Bush hijo), y con la única excepción del carismático exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani (que ya le respaldó públicamente en el proceso de primarias), le hayan dado clamorosamente la espalda en la Convención que ha confirmado y proclamado su candidatura; y muy a pesar de que se haya atraído como aspirante a vicepresidente a un miembro del 'Tea Party' como Mike Pence, actual gobernador de Indiana. Escama que, aun así, semejante bravucón estrafalario haya obtenido el apoyo mayoritario de electores, eso sí, supuestamente republicanos, y que incluso las encuestas de intención de voto le sitúen cerca de la candidata demócrata, Hillary Clinton, pero parece ser que por desgracia ni tan siquiera los Estados Unidos se están mostrando ahora inmunes al peor virus que ha traído consigo una grave y larga crisis económica que se iniciara con el estallido de la burbuja inmobiliaria: el populismo fácil, adulador y demagógico.

Afortunadamente, el sistema de separación y equilibrio de poderes ('checks and balances') que, consagrada por la Constitución de 1787, ha caracterizado desde su fundación a la gran democracia estadounidense hará de fuerte contrapeso a las disparatadas pretensiones de Trump, en el desafortunado caso, que cabe todavía considerar pese a todo improbable, de que lograra su objetivo de llegar a la Casa Blanca. En primer lugar, un Congreso que, no por conservar su actual mayoría republicana, se allanaría a sus dislates; bien al contrario, porque a un auténtico republicano jamás se le ocurriría respaldar políticas diametralmente opuestas a los valores que han hecho grandiosos a los Estados Unidos ni promover que su nación, adalid en la defensa y preservación de la democracia, hiciera dejación de sus compromisos históricos con sus aliados del mundo libre. A pesar de Donald Trump, 'God bless America'.

martes, 19 de julio de 2016

CON SOLO EL PURO Y EL MARCA

Y de repente, algo empezó a moverse: tras su primera entrevista en público con el presidente del Gobierno en funciones, Albert Rivera pasó del 'no queremos a Rajoy ni en pintura' a abrir la puerta a la abstención para facilitar la investidura del claro ganador de las elecciones. Un avance, desde luego, aunque, de mantener esta su nueva posición, Ciudadanos perdería una ocasión histórica para, no ya influir decisivamente en la gobernación, sino formar parte de un Ejecutivo desde el cual poder implementar esas reformas que propugna. Pero, claro, asumir responsabilidades de Gobierno al más alto nivel no es plato de gusto, y menos en estos tiempos.

Pero fue después de la reunión de su Ejecutiva (que es casi tanto como reunirse consigo mismo) cuando Rivera confirmara que los 32 diputados de Ciudadanos se abstendrán en la sesión de investidura de Mariano Rajoy, eso sí, en segunda votación (¿y por qué no en la primera ya, si de lo que se trata realmente es de no impedir la formación de un nuevo Gobierno?). Por su parte, Pedro Sánchez, tras un encuentro con el propio Rajoy que tuvo al menos la virtualidad de durar casi una hora más que aquella del 'no, no, no; ¿qué parte del no no ha entendido?', afirmó que 'a día de hoy', y como cabía esperar, el voto del PSOE será en contra del candidato del PP. Todo indicaba, por tanto, que quedaba por delante un tortuoso camino por recorrer, aunque Rajoy cuenta con una nada despreciable ventaja para acabar llevándose el gato al agua, y él bien que lo sabe: ni al PSOE ni a Ciudadanos les interesa unas terceras elecciones. Sea como fuere, se hace camino al andar.

Hasta que saltó la noticia: el presidente del Congreso de los Diputados iba a ser del Partido Popular gracias a un acuerdo alcanzado con Ciudadanos, al que como contrapartida se le cederían dos puestos en la Mesa, uno de ellos la vicepresidencia primera. Un pacto, en cualquier caso, muy significativo e indiciario, pese a que Rivera saltara rápidamente a la palestra para circunscribirlo única y exclusivamente a la constitución de la Cámara Baja, como por otra parte corresponde al proceso de 'tiras y aflojas' que ha de darse en cualquier negociación. También se encargarían desde el propio partido 'naranja' y medios afines de resaltar supuestas imposiciones de 'vetos' para atribuirse el mérito de un acuerdo... que ha llevado a la presidencia de las Cortes a alguien que siempre ha formado parte del más estrecho círculo de confianza de Mariano Rajoy. Pero, en fin, hay quienes presumen todos los días de ser unos brillantes estrategas políticos, y hay a quien no le hace falta; entre otras razones, porque con hechos lo suele demostrar.

Así, tras la celebración de la segunda votación, Ana Pastor se confirmaba como la nueva presidenta del Congreso de los Diputados y, por tanto, de las Cortes españolas. 169 votos (PP+Ciudadanos) ha cosechado su candidatura, frente a los 155 (PSOE+Unidos Podemos) de la de Patxi López. El resto de la Cámara se ha abstenido. Comienza la XII Legislatura con el primer triunfo parlamentario de una mayoría simple de centro-derecha. Aun así, algunos se empeñarán con que Mariano Rajoy se ha limitado estos días a fumar puros y a leer el Marca, típico tópico del antimarianismo que, a izquierda y a derecha, cada día que pasa queda más en ridículo. Pues menos mal: otros, entre uno y otro 'no', han estado de veraneo por Mojácar y Benidorm y bien poco, por no decir absolutamente nada, que han conseguido. Y en cuanto al insigne fan de 'Juego de Tronos'... se ha encallado ahí, en la ficción; aunque siempre podrá contribuir a convertir la sede de la soberanía nacional en un circo, dada la nula consideración que, como buen chavista, le merece la democracia representativa y parlamentaria.

Ana María Pastor Julián, quien ha demostrado ser una eficacísima gestora tanto como Ministra de Sanidad con Aznar, como de Fomento con el propio Rajoy, es ahora, pues, la tercera autoridad de la nación. Además, es, tras Luisa Fernanda Rudi, también del PP, la segunda mujer en la historia de la democracia que preside las Cortes. Así pues, parafraseando en este caso a David Cameron (porque hasta las calamidades políticas aciertan de vez en cuando) a propósito del nombramiento de Theresa May como Primera Ministra británica: el marcador está 2-0 contra el socialismo, contra ese 'progresismo' que tanto alardea de feminismo. 

martes, 12 de julio de 2016

ANIMALES ANIMALISTAS

 
Cierta corriente 'animalista' afecta al populismo de ultraizquierda, que utiliza una supuesta defensa del animal como coartada para justificar un odio exacerbado hacia la misma condición humana, ha vuelto a esparcir toda la inmensa basura que es capaz de generar su mísera e inmunda categoría moral. Las reacciones de algunos tarambanas en redes sociales, que no han tenido empacho alguno en manifestar su alegría, injuriar e incluso hacer apología del asesinato ante la muerte en la arena del torero Víctor Barrio, es decir, de un ser humano, son una nueva demostración de que pretender atribuir al animal los mismos derechos y libertades de los que es sujeto originario el individuo, el hombre como ser racional, acaba despojando a este de los mismos: no ya de las libertades individuales fundamentales, sino incluso del derecho básico y primigenio como es la vida. De ahí que determinados antitaurinos de la rama furibundamente 'animalista', algunos de ellos tristemente célebres, no duden en dar rienda suelta a sus impulsos homicidas y criminales, dando a entender que la supervivencia del ecosistema ha de pasar, no solo por la prohibición de espectáculos y manifestaciones del arte y la cultura como la fiesta de los toros, sino por el 'sacrificio' de seres humanos, y quién sabe si por la desaparición de la misma especie humana.

Por desgracia, el prohibicionismo antitaurino animalista ni tan siquiera se aviene a abogar por una solución más sensata y apegada a la realidad: unos toros sin tortura y sin muerte, posiblemente una evolución del festejo que tarde o temprano acabará imponiéndose. Algunos más bien parecen querer propiciar la extinción de la especie, que sería la última consecuencia de la desaparición de las corridas de toros. Sea como fuere, resulta inútil mantener una discusión mínimamente racional con semejantes fanáticos, que flaco favor hacen a una causa, la antitaurina, que han degradado hasta el extremo de hacerle perder toda la respetabilidad y categoría intelectual que tuviera primigeniamente, cuando los Benavente, Unamuno o Ferrater Mora eran sus representantes conspicuos. Ahora son Pablo Hásel, Vicent Belenguer y demás líderes de la bazofia 'tuitera', que de 'pensadores', obviamente, no tienen absolutamente nada. Más bien les cuadraría la misma definición de... animales.

lunes, 11 de julio de 2016

POR FIN LA DÉCIMA

Se ha hecho esperar, pero la décima visita de un presidente de los Estados Unidos a España ha tenido por fin lugar. La primera en la historia, la de Dwight Eisenhower en 1959, se produjo cuando la España de Franco consolidaba su 'estatus' de socio estratégico contra el comunismo en plena Guerra Fría; de ahí los posteriores viajes a nuestro país de Richard Nixon, en 1970, y Gerald Ford, en 1975, todavía en el franquismo. Ya en la democracia, nos visitó Jimmy Carter en 1981, cuando se planteaba nuestra plena entrada en la OTAN; el gran Ronald Reagan en 1985, que, pese a ser cumplimentado debidamente tanto por el Rey Juan Carlos como por el presidente Felipe González, fue objeto de todo tipo de desaires por parte de una progresía que vio la ocasión propicia para alardear de antiamericanismo, incluidos miembros del propio Gobierno como el mismísimo Alfonso Guerra, que tuvo a bien desplazarse a una democracia acrisolada como era entonces la búlgara; George H. Bush en 1991, con motivo de la Conferencia Internacional de Paz en Oriente Medio que Madrid tenía el honor de albergar; Bill Clinton en 1995, en su calidad de invitado a la Cumbre de la Unión Europea que se celebraba entonces en la capital de España; el propio Clinton dos años después, en 1997, cuando acudió a Madrid, para asistir a la Cumbre de la OTAN, a Palma de Mallorca, a visitar al Rey Juan Carlos, y a Granada, donde se enamoró del atardecer que se divisa desde La Alhambra; y George W. Bush en 2001, momento en el que surgiría esa especial sintonía entre el entonces mandatario norteamericano y nuestro presidente, José María Aznar, que llevaría a unas relaciones intensas y fluidas, como nunca las había habido, entre Estados Unidos y España, especialmente tras el 11-S y con motivo de la controvertida segunda guerra de Irak.

Pues bien: han tenido que pasar nada menos que 15 años para que el presidente de la nación más poderosa de la tierra y líder del mundo libre tomara por fin la decisión de rendir visita oficial a España. Entre medias, un inaceptable gesto de desconsideración hacia la bandera norteamericana como líder de la oposición y, ya como presidente del Gobierno, una unilateral y cobarde huida de una zona de conflicto dejando a nuestros aliados a los pies de los caballos, y encima con jactancia, por parte de un personaje políticamente frívolo e irresponsable. Unas relaciones que, en consecuencia, pasaron a ser inexistentes, que solo el mero paso del tiempo convirtieron en frías, y que ha habido que recomponer con mucha paciencia y perseverancia diplomáticas. Y he aquí el feliz resultado: Barack Obama, además de haber resaltado en su visita a Madrid, y ante el Rey Felipe VI y el propio presidente Mariano Rajoy, la profundidad de la alianza entre Estados Unidos y España por la coincidencia en la defensa de unos mismos valores basados en la libertad, la democracia y el Estado de Derecho, no ha perdido la oportunidad de felicitar a Rajoy por una recuperación económica, la de nuestro país, que es todo un ejemplo a seguir en el ámbito internacional.

Por su parte, el Gobierno de España aspira a que las relaciones con Estados Unidos no se limiten, con ser importantes, al ámbito de defensa y seguridad, sino que se amplíen a campos como el comercial (ambos países ya tienen contactos comerciales de privilegio a través de sus empresas), el turístico (tanto Estados Unidos como España son potencias turísticas de primer orden) o el cultural. En este sentido, España puede desempeñar un papel importante de nexo de unión con una comunidad latinoamericana con cada vez mayor peso específico en la sociedad estadounidense. Es de esperar que nada ni nadie esta vez trunquen proyectos tan ambiciosos y que redundarían en una relación fructífera entre dos grandes aliados.

martes, 5 de julio de 2016

CREACIÓN DE EMPLEO, GARANTÍA DE LAS PENSIONES


Tras la segunda mayor bajada del desempleo en un mes de junio de toda la serie histórica, solo superada en 1996, el paro se sitúa en su nivel más bajo en siete años: esto es, en España no teníamos menos parados registrados desde septiembre de 2009, dos años antes de que el PP llegara al Gobierno y tuviera que afrontar un aumento de 3,5 millones de parados que dejó como legado el PSOE de Zapatero. Además, en términos desestacionalizados, el desempleo ha experimentado su mayor descenso de la historia. Con todo, en los últimos doce meses, el paro ha bajado en 353.250 personas, lo que supone una reducción interanual del 8,57%, el mejor porcentaje desde 1999.

Pero también se baten récords en cuanto a afiliados a la Seguridad Social, esto es, en creación neta de puestos de trabajo: 98.432 cotizantes más, los mejores guarismos en junio de toda la década. Con lo cual continúa creciendo el número de ocupados hasta situarse en 17.760.271, que significa su mayor nivel desde julio de 2010, de nuevo antes de que el PP de Mariano Rajoy cogiera las riendas del Gobierno. Por tanto, el objetivo de 20 millones de cotizantes en 2020, la mejor garantía además del sostenimiento del sistema de pensiones, se presenta como perfectamente alcanzable; siempre y cuando, claro está, no nos desviemos del camino de las reformas económicas flexibilizadoras y liberalizadoras.

Datos tan significativamente positivos, pese a los consabidos 'peros' de quienes jamás le van a reconocer una al Gobierno de 'la derecha', se dieron a conocer justo después de la polémica generada a propósito de la utilización del fondo de reserva de pensiones para pagar las contributivas y la extra de julio. Una medida que han aprovechado algunos para intentar crear alarmismo por medio de unas críticas recubiertas de una demagogia tan en boga: que este Gobierno 'se funde' 'la hucha' de las pensiones por no haber 'rescatado' a las personas y sí a los bancos (como si los que cobran sus nóminas y tienen sus ahorros en las entidades financieras fueran algo así como especímenes extraterrestres), que debería haberse preocupado por el futuro de las personas y no por los mercados (tres cuartos de lo mismo: del buen funcionamiento de los mercados depende el crecimiento de la economía y la creación de empleo, de lo que se benefician también personas)... Pero, en fin, tampoco podíamos esperar a estas alturas otro nivel en ciertos contendientes del debate político.

Pues bien: no está de más recordar que el fondo de reserva, que por cierto existe gracias a una iniciativa en su día del malvado PP, se creó para, en situaciones concretas de contingencia, pagar las extraordinarias a los pensionistas sin tener que recurrir a créditos y recursos ajenos al sistema de Seguridad Social. Qué lejos quedan aquellos tiempos en los que, bajo el progresismo del PSOE zapateril, se congelaron las pensiones; en cambio ahora, e incluso en los peores años de la crisis, se ha procurado que los pensionistas no pierdan poder adquisitivo. Lo cual se hace posible, entre otras razones, en virtud a que actualmente se generan 1.500 puestos de trabajo al día, frente a los 1.400 empleos que se destruían cada día bajo Gobiernos del PSOE. Hasta el punto de que, gracias al crecimiento sostenido de afiliados a la Seguridad Social que ha tenido lugar en los últimos años, la proporción actual es de siete cotizantes por cada pensionista.

Porque cabe puntualizar que nuestro sistema público de pensiones es de reparto, y no de capitalización, y por tanto la sostenibilidad de las pensiones del futuro dependerá, más que de la acumulación individual de cotizaciones a lo largo de las vidas laborales, de aquello que aporten quienes trabajen y paguen impuestos en cada momento concreto. Y la mejor garantía, por tanto, continúa siendo que se generen cada vez más puestos de trabajo; y queda demostrado bajo qué medidas y políticas se crean mejores condiciones para que eso ocurra.