viernes, 21 de diciembre de 2012

FALLA LA PATA DE LA IZQUIERDA

La estabilidad política e institucional de las democracias consolidadas no sería posible si los dos grandes partidos que se alternan en el poder no compartieran unos valores fundamentales sobre los que edificar el sistema democrático y de libertades. De tal forma que, salvando las distancias y peculiaridades de los distintos países y regímenes políticos, republicanos y demócratas en Estados Unidos, conservadores y laboristas en Gran Bretaña, neogaullistas y socialistas en Francia, democristianos y socialdemócratas en Alemania, se caracterizan, como debe ser en un sistema de pluralismo político, por sus diferencias ideológicas en materia política, social y económica; pero, a su vez, por compartir unos principios generales basados en la defensa de los derechos constitucionalmente reconocidos, el respeto a las leyes, las instituciones democráticas y las reglas de juego establecidas y, por encima de todo, la unidad de la nación, en la que la soberanía, de donde procede la misma representación política, se asienta.

Y así debería ser en España si las dos mayores fuerzas políticas, que además aglutinan a alrededor del 80 por ciento del voto nacional, tuvieran igualmente claro que nación y Constitución son los fundamentos que cabe defender y garantizar en primer lugar y sin ambages. Pero, ay, aquí falla la pata de la izquierda. Se podría hacer incluso abstracción de la tradición golpista y de desacatamiento de las instituciones y las leyes por parte del PSOE, especialmente acentuada cada vez que pierde el poder (por ejemplo, su rebelión en 1934 contra la misma República que contribuyó a erigir), y de ahí sus 'tics' antisistema que todavía muestra; ya que, bajo el hiperliderazgo de Felipe González, daba la impresión de que el socialismo español sí desempeñaba de hecho un papel de garante de la estabilidad del sistema constitucional (pese a que su proyecto consistía más bien en convertir al español en un régimen 'a la mexicana', en el que el PSOE ejerciera el poder omnímodo del PRI en México). Hasta que, tras el interregno Almunia-Borrell, llegaría Zapatero para identificar al PSOE con los nacionalismos (con tal de aislar al PP para llevar a cabo una especie de 'segunda transición' que le permitiera su permanencia en el poder), adquirir compromisos tan irresponsables como 'aprobar' el Estatut que salga del Parlamento de Cataluña e, incluso como presidente del Gobierno, tachar de 'discutida y discutible' a la mismísima nación española.

De tales polvos, estos lodos: el mismo día que el socialismo vasco apoya a los proetarras de Bildu en la Diputación de Guipúzcoa, Pere Navarro, el líder del PSC (que no deja de ser el PSOE catalán), muestra su disposición a allanar al nuevo y esperpéntico Gobierno CiU-ERC su pretensión de convocar un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Los ya tradicionales complejos de la izquierda ante el nacionalismo y la falta de identidad nacional del PSOE sin duda han contribuido a dar paso tan incomprensible e insensato. Desde luego, si el socialismo español decide dejar solo al PP en la defensa de la Constitución y la unidad de España, su responsabilidad por omisión en los desvaríos y desmanes que puedan acabar cometiendo los separatistas será indiscutible. Y ciertamente histórica.

martes, 18 de diciembre de 2012

LIBERTAD, SIEMPRE CON RESPONSABILIDAD

"Crecí en el sur, con armas por todas partes y nunca disparé a nadie. Este es un tema sobre gente a la que no se le ha enseñado sobre el valor de la vida". Es la respuesta de Samuel L. Jackson a quienes en Estados Unidos demandan una mayor restricción de acceso a las armas, al albur de la matanza en una escuela primaria de Newtown, en Connecticut. El actor, conocido por sus papeles en películas como 'Pulp Fiction' o 'Django', pone así el acento en la educación y transmisión de principios y valores por parte de las familias como medio más idóneo y efectivo que el control de armas para evitar este tipo de tragedias; aspecto que precisamente en el caso del autor de la masacre, Adam Lanza, parece haber fallado estrepitosamente.

Y es que nunca se insistirá lo suficiente en que la responsabilidad es la otra e inseparable cara de la libertad individual. Si no partimos de tal premisa y en cambio perseguimos una seguridad absoluta que en cualquier caso es imposible de conseguir, sacrifiquemos nuestros derechos individuales y que el Estado se ocupe de todos nuestros avatares y devenires desde la cuna a la sepultura; y que, por ejemplo, no nos permita ni tan siquiera poseer instrumentos cortantes, como cuchillos, que puedan utilizarse para atacar la integridad física de los demás. Aun así, desprovistos de cualquier defensa que no proceda del Gran Hermano, nos encontraríamos todavía más a merced de cualquier desequilibrado o violento con impulsos asesinos. Entonces sí que garantizaríamos la ley del más fuerte. Porque nada hay más parecido al salvaje Oeste que el hecho de que las armas solo estén en posesión de los criminales que estén dispuestos a adquirirlas en el mercado negro, y en cambio a las personas de bien se les impida tenerlas.

Los que respaldamos el derecho del individuo a defender su integridad física, sus propiedades y su familia, lo que incluye el de poseer armas siempre y cuando se haga un uso responsable de ellas (condición indispensable para el ejercicio de la libertad en general), solemos ser presentados sobre todo en Europa como unos locos o malvados porque poco menos que no nos preocupa que personas, incluidos niños, pierdan la vida a manos de desequilibrados o asesinos. Aunque se podría dar muy fácilmente la vuelta a argumento tan asquerosamente demagógico: quienes no creen en la libertad del individuo para disponer de medios para defenderse, por ejemplo un padre de familia para garantizar la vida de sus hijos, pueden dar la impresión de que prefieren que los maleantes se salgan siempre con la suya y roben y asesinen a placer. Porque siempre se saca a relucir la permisiva legislación en materia de posesión de armas cuando hay una masacre de este tipo en Estados Unidos (nunca cuando tienen lugar en Europa), pero cabe también aducir la cantidad de vidas que se salvarían o hubiesen salvado si a las personas o familias de bien se les permitiera tener instrumentos de defensa en sus hogares.

Si el mal reside en la libertad, por supuesto regulada, de poseer armas, ¿entonces cómo es posible que se produjera en su momento la horrible matanza de Breivik en Noruega? En ambos casos, un desequilibrado se hizo con un arma y la emprendió a tiros contra todo bicho viviente... Y muy a pesar de las diferencias en cuanto a legislación en materia de armas e incluso de aquello que se ha dado en llamar 'modelos de sociedad': ya se sabe, la 'American way of life', tan bárbara y dada a la violencia, frente a la civilizada y pacífica Europa (que en nuestro continente hayamos albergado los peores totalitarismos y se hayan iniciado las guerras más cruentas son sin duda anécdotas sin importancia).

Precisamente en la defensa de uno mismo como individuo, de su integridad física y de sus propiedades (vida, libertad y propiedad, los derechos individuales fundamentales desde Locke), se basa el derecho a portar armas que reconoce la segunda enmienda de la Constitución de los Estados Unidos; aunque posiblemente los padres de la Carta Magna escrita más antigua del mundo y quienes concretamente inspiraron este añadido, John Madison y Alexander Hamilton, fueran unos bárbaros sin remedio, quién sabe. Ojalá cualquier prohibición o 'modelo de sociedad' determinado propiciaran que todos nos convirtiéramos en buenos y benéficos y no fuera necesario ese medio de defensa personal, pero tanto la realidad como la misma condición humana son bastante menos idílicas.

viernes, 7 de diciembre de 2012

'MÉS QUE UN CLUB'

¿Hubiera sido imaginable que la directiva del Real Madrid hubiese respondido al órdago separatista de Mas haciendo pública su 'enérgica' defensa de la unidad de España, país del que durante tantos años llegó a ser el mejor embajador? Desde luego que no; aunque de haber tenido lugar hecho tan inédito, las protestas procedentes de Cataluña ante semejante utilización del club madridista en favor de los intereses del 'centralismo político y económico' hubiesen sido constantes y contundentes. Pero, en efecto, el F.C. Barcelona, prácticamente tan laureado, conocido y admirado en todo el mundo y con casi tantísimos seguidores e hinchas de toda España como su eterno rival, siempre ha presumido de ser 'més que un club'; hasta el punto de permitirse hacer política una vez más al servicio del poder establecido, es decir, del nacionalismo y el separatismo catalanes (valga la redundancia).

La naturaleza liberticida y totalizadora del nacionalismo queda de nuevo plasmada cuando rechaza sin ambages un derecho fundamental como es la libre elección de la lengua vehicular en la enseñanza y, además, el mero hecho de garantizarlo lo presenta como un ataque sin precedentes al catalán, como si su defensa y promoción solo fuese posible por medio de la imposición, que es básicamente en lo que consisten las llamadas políticas de 'inmersión lingüística'. Y también cuando se conmina a instituciones que, por su propia condición, deberían caracterizarse por su asepsia política, a que se sumen a determinadas campañas cuando el poder toca a rebato. Sabido es que la utilización política y propagandística de clubs y acontecimientos deportivos, e incluso de la imagen de los mismos deportistas, era una de las señas de identidad de los regímenes totalitarios, desde la Alemania nazi y sus exitosas Olimpiadas de Berlín hasta la URSS y sus atletas, que dominaban los medalleros olímpicos para mayor gloria del faro del proletariado mundial. En el caso concreto del Barça, ya llueve sobre mojado: no hace mucho que el Camp Nou, a propósito de la última visita del Real Madrid, acogió con sumo gusto una exhibición totalitaria de simbología nacionalista, propia de la Alemania de los años 30.

Y puesto que la adhesión se hace a ciegas, hay quienes sencillamente caen en el ridículo. Haciendo abstracción del ya célebre 'tweet' de 'Tarzán' Puyol, quien, pese a ser internacional español y campeón de Europa y del mundo (con España), parece abogar por que no se garantice la enseñanza en español, Leo Messi ha demostrado que su inigualable pericia con el balón en los pies es inversamente proporcional a su nivel de información: así, cuando afirma 'lo último que escuché fue lo de la educación, lo de querer sacar el catalán...', reconoce, en efecto, que opina de oídas, por lo que no resulta extraño que parta de una premisa falsa: que se pretende eliminar el catalán de las aulas, cuando el borrador de la ley de reforma educativa especifica que, independientemente de la lengua vehicular que se elija, su enseñanza en Cataluña será obligatoria. Pero, en fin, se corre el riesgo de meter la pata cuando alguien pretende ejercer de referencia intelectual y política cuando sus méritos residen única y exclusivamente en sus triunfos futbolísticos. De ahí que, asimismo, y al igual que su actual entrenador y la misma directiva del club, se limite a repetir la consigna de evitar volver 'treinta años atrás', cuando las políticas de inmersión lingüística impuestas por los gobiernos nacionalistas apenas llevan veinte. Pero las adhesiones inquebrantables tienen estas consecuencias.

En definitiva, está claro que Wert, definitivamente el nuevo 'enfant terrible' del nacionalismo catalán, no es del Barça. Aunque parece ser que tampoco lo era Franco, pese a ello nombrado en su momento socio de honor. 'Més que un club', pero siempre al servicio del poder establecido.

lunes, 3 de diciembre de 2012

ESPAÑA SOMOS TODOS #6D

El próximo jueves 6 de diciembre a las 12 horas en la plaza Colón de Madrid, concentración convocada por DENAES en defensa de la Constitución y la unidad de España. Porque España somos todos. Porque juntos siempre seremos mejores.