lunes, 26 de enero de 2015

LA DEMAGOGIA, EN LA GRECIA DE ARISTÓTELES

'La turbulencia de los demagogos derriba los gobiernos democráticos'. Aristóteles, filósofo griego.

Ya nos lo advertía el Estagirita en su 'Política', nada menos que en el siglo IV a. C., y en la mismísima Atenas: la democracia, como forma pura de gobierno del pueblo, corre el riesgo de degradarse, corromperse y convertirse en demagogia cuando se imponen los demagogos, los meros 'aduladores del pueblo'. Pues bien, avanzado ya el siglo XXI, y 25 años después de la caída del Muro de Berlín y el subsiguiente colapso del totalitarismo comunista en la Europa del Este, el electorado griego se ha echado literalmente en brazos del populismo antisistema: no es solo que los ultraizquierdistas de Syriza hayan rozado la mayoría absoluta (el sistema electoral que antes denostaban les ha favorecido, y mucho, en esta ocasión), sino que los neonazis de Amanecer Dorado, cuyo líder se halla cumpliendo pena de cárcel, han logrado ser la tercera fuerza política.

Ha triunfado claramente, pues, el discurso extremista (y absolutamente demagógico) contra 'la austeridad' (antaño virtud de raigambre cristiana consistente en gastar en lo estrictamente necesario; ahora, y coincidiendo con la crisis moral desde hace años vigente, bicha), contra las políticas de ajuste y reformas económicas (muchas de ellas exigidas como contraprestación a los préstamos financieros, y que en Grecia no han llegado a aplicarse nunca del todo bien), contra 'la Troika' (es decir, fundamentalmente contra una Unión Europa que salió a su rescate a petición de la misma Grecia y, por cierto, con las aportaciones procedentes de los impuestos de todos los europeos; españoles, por tanto, incluidos) y contra el sistema en general (exprimiendo el uso de una demagogia fácil en los actuales y difíciles tiempos de 'digestión' de una larga crisis económica).

Así pues, nada impide que el 'Podemos griego' (pese a su sorprendente pacto con la derecha nacionalista griega; colectivista e intervencionista al fin y al cabo) aplique desde el primer día en que tome posesión del Gobierno su disparatado programa antieconómico basado en una ilimitada expansión del gasto público (cómo hacerlo posible es harina de otro costal), drásticas subidas de impuestos 'a los ricos' (que, como muestra irremisiblemente la experiencia, siempre termina afectando a las clases medias que cobran por nómina) y numerosos impedimentos al libre mercado (dentro de una ya de por sí muy intervenida economía griega). Y si finalmente el nuevo Ejecutivo heleno no paga la deuda de la manera pactada, es decir, incumple los contratos y compromisos adquiridos, siempre se puede salir de un euro en el que quizá jamás se debió entrar; máxime los 'recortes', 'sufrimientos' y 'penurias' que, según el mismo populismo demagógico victorioso, la integración en la moneda única europea ha terminado provocando en el noble y castigado pueblo griego.

En Grecia a partir de ahora saborearán las mieles de la tierra prometida por la nueva (pero casposa) izquierda mesiánica. Así lo ha querido la mayoría en las urnas. Adelante, pues. En otros lares de la vieja Europa a buen seguro que se tomará cumplida nota.

sábado, 24 de enero de 2015

LA NACIÓN ESPAÑOLA TAMBIÉN ES CASTA

El Intocable y Providencial Mesías de la Santa y Madre Izquierda tuvo a bien plasmar en un artículo que escribió en 2008, y a propósito del gran papel de nuestra magnífica Selección de baloncesto en las Olimpiadas de Pekín, su aprensión hacia nuestros símbolos nacionales, a los que se permitió reputar como herencias del franquismo. Si este señor, Dios y los votantes españoles no lo quieran, consiguiera su objetivo de conquistar el Gobierno ('el cielo') y, de paso, hacer trizas el consenso constitucional ('el candado') del 78, ¿qué himno nos impondría para sustituir a la vigente 'cutre pachanga fachosa' (que, para los ignorantes e iletrados a los que se dirige, no inventó Franco, sino que data de los tiempos de Carlos III)? ¿El de Riego de la idealizada (pero desastrosa) II República, o quizá directamente 'La Internacional' del comunismo y demás izquierda, esa sí, casposa (con las debidas referencias a 'los pobres del mundo' y la 'famélica legión' de quienes se están forrando más que 'la casta')?

¿Y qué bandera en lugar de la rojigualda (que tampoco ideó el Caudillo, sino que también surgió durante el mandato del llamado Rey ilustrado)? ¿La tricolor, construida en su momento de manera tan artificial que hasta se basó en un error histórico (el supuesto color morado de la bandera de Castilla, que no era tal), o, puestos a evitar los equívocos, la roja comunista de toda la vida con su hoz y su martillo?

No estaría de más que concretara estos extremos, si bien sí ha dejado claro que le repugna tanto el 'nacionalismo español' (vamos, la misma existencia de España, su larga historia y su unidad política como nación de ciudadanos libres e iguales) como respeta y admira a otros nacionalismos que son de carácter etnicista, disgregador y, en suma, antiespañoles; en especial el catalán (sabido es que se adhiere al 'derecho a decidir' del separatismo) y, por supuesto, el vasco (qué decir de los elogios y piropos que le ha dedicado a 'la lucha' de los etarras y sus adláteres).

Parece ser que, para Iglesias Turrión, la nación española, no es que sea ya un 'concepto discutido y discutible' como sostenía su ínclito y recién descubierto contertulio, sino también casta. Y debemos saber a estas alturas lo que ello significa e implicaría.

viernes, 23 de enero de 2015

VEINTE AÑOS SIN GOYO


 Hoy se cumplen 20 años del asesinato de un héroe de España y la libertad: Gregorio Ordóñez. Me permito reproducir aquí un particular y modesto homenaje que le rendí ayer en un artículo en el diario La Opinión de Murcia. #GoyoNoTeOlvidamos

A Gregorio Ordóñez, Goyo para los amigos, le picó desde muy joven el gusanillo de la política: de ahí que se afiliara a las Nuevas Generaciones de Alianza Popular y, tras una breve etapa como periodista, llegara a ser elegido concejal con apenas 24 años. Pero no en cualquier lugar de España: nada menos que en San Sebastián, capital de Guipúzcoa, la provincia vasca donde el entonces hegemónico nacionalismo vasco, y especialmente la rama proetarra, siempre había logrado más adhesiones en las urnas; y no en una época cualquiera: fue durante aquellos años de plomo en los que la banda asesina ETA y sus adláteres imponían el miedo en la sociedad vasca por medio del crimen y la extorsión. Pues bien, Goyo creía firmemente que ya era hora de cambiar tan vil y lamentable estado de cosas, o al menos de intentarlo; y él quiso poner su granito de arena, con el que finalmente construyó toda una montaña que llegó a mover los cimientos del terror instalado política y socialmente en el País Vasco.

Ahora que la popularidad de los políticos en general se encuentra bajo mínimos, Goyo en cambio encarnaba el mejor ejemplo de la más noble, generosa y grandiosa vocación política. Porque, en efecto, demostrando un carácter y una valentía realmente inusitados, sobre todo por aquellos pagos, dio una voz clara, rotunda y contundente a los muchos donostiarras y vascos en general que, pese a su forzado silencio, deploraban las injusticias y desmanes derivados de un nacionalismo obligatorio y la dictadura impuesta por los pistoleros. Pero no solo rompió moldes como inagotable e implacable azote dialéctico del terror etarra: como concejal delegado y primer teniente de alcalde que fue supo mostrarse sensible a las necesidades y demandas de los ciudadanos y las posibilidades de mejora de la capital donostiarra y actuó en consecuencia. De ahí que como gestor municipal se ganara también la simpatía, el aplauso y el apoyo de cada vez más vecinos.

La subsiguiente cosecha electoral no tardaría mucho en llegar: así, bajo la presidencia de Goyo, el Partido Popular pasó de ostentar una presencia anecdótica en el ayuntamiento de San Sebastián a, primero, situarlo como fuerza política decisiva para propiciar un pacto con el PSE y el PNV con el fin de evitar un gobierno municipal proetarra (lo que llevaría por primera vez al socialista Odón Elorza a la alcaldía donostiarra); y apenas tres años después, como partido más votado en las elecciones europeas de 1994, lo que supuso todo un hito histórico. Por tanto, gracias a sus posiciones políticas firmes y absolutamente comprometidas, Goyo había adquirido méritos suficientes como para tener posibilidades de llegar a ser nada menos que alcalde de San Sebastián, pronóstico que se hubiese tachado de delirante cuando empezó su carrera política allá por 1983. Sin embargo, ahí estaba, casi al alcance de la mano.

Pero que un españolista que, encima, cantaba las verdades del barquero rigiera la capital donostiarra y la convirtiera en una especie de ciudadela de la resistencia contra la dictadura del terror en plena Guipúzcoa no lo iban a permitir esos mismos matones que la llevaban imponiendo a sangre y fuego. De tal manera que los criminales etarras, totalitarios marxista-leninistas, volvieron a aplicar su siniestra máxima: donde hay pistolas y bombas, que se quite la voluntad popular. Y, cumpliendo sus amenazas, lo asesinaron un 23 de enero, hace veinte años, como es propio de semejantes alimañas: cobardemente. Habían conseguido matar a la persona, pero no a su espíritu combativo e indomable. Así, el testigo de Goyo como candidato a Alcalde de San Sebastián lo cogió un insigne donostiarra, de largo historial en la lucha contra el terrorismo etarra: Jaime Mayor Oreja, siempre dispuesto a dar la cara en las peores circunstancias. Y con él y el recuerdo de Goyo el PP logró ganar las elecciones municipales de 1995 en la ciudad de la Bella Easo y, lo que fue especialmente satisfactorio, consiguió superar en votos por primera vez en la historia a Herri Batasuna, la marca política etarra de entonces.

Fue, pues, un éxito sin precedentes, si bien Mayor Oreja fue apartado del gobierno local por un pacto 'tripartito' del PSE de Odón Elorza, que a partir de ese momento se transmutó en pronacionalista, con los nacionalistas de PNV y EA.El extraordinario ejemplo de la valentía y la firmeza de Goyo estuvo siempre presente en la batalla sin cuartel que desde distintos frentes se mantuvo contra la banda terrorista ETA y que, con la épica contribución de tantos de quienes también dieron su vida por España y la libertad, condujo a los indudables logros de, en especial, las legislaturas de Aznar.

Y ahora que, por desgracia, la que parecía una victoria incontestable de nuestro Estado de Derecho frente a un terrorismo derrotado policial, política y socialmente, lleva tiempo viéndose empañada por graves reveses en el terreno judicial y político (sin ir más lejos, los proetarras de Bildu gobiernan la alcaldía de San Sebastián; gracias, eso sí, a que fueron los más votados en las urnas, aunque también debido a la ausencia de altura de miras, o más bien de gallardía, de quienes no han querido reproducir aquel pacto de 1991 entre PP, PSE y PNV), más que nunca es necesario defender la memoria de todo un héroe de nuestra democracia: Gregorio Ordóñez. Su legado de coraje y entereza frente al totalitarismo etarra no ha de quedar en vano.

jueves, 22 de enero de 2015

2014: POR FIN EMPLEO NETO

2014 ha sido definitivamente el año que ha confirmado el positivo cambio de tendencia en el mercado laboral: según la Encuesta de Población Activa, se ha saldado con 477.900 parados menos (el mayor descenso desde 2002, en pleno crecimiento económico) y 433.900 nuevos puestos de trabajo (cifra muy similar a la 'oficial' de afiliaciones a la Seguridad Social, y que supone el primer aumento desde 2007; año en el que la crisis, pese a que la negaban los mismos que ahora no reconocen la recuperación, empezaba a asomar).

Semejante ritmo de bajada del paro y creación de empleo ha supuesto que también se haya reducido de manera sensible tanto el número de hogares con todos sus miembros en paro como la tasa de desempleo juvenil. Además, estos nuevos datos empiezan a desactivar las principales consignas que, fundamentalmente desde la izquierda, se propagan para restarle valor al empleo que se ha generado una vez aplicada la reforma laboral: es de baja calidad y carácter 'precario'. Pues bien, de los 390.000 nuevos asalariados, 213.000 han firmado contratos indefinidos y 177.000 temporales; y en el último trimestre del año, los asalariados fijos crecieron en 110.900 respecto al anterior, frente a un descenso de 40.000 en los temporales.

Como no podía ser de otra manera, la práctica totalidad de los nuevos empleos se han creado desde el sector privado: 415.700, frente a solo 18.100 del público. Tras nada menos que seis años de retrocesos, 2014 ha sido el primer año en el que desde la sociedad civil se ha generado empleo neto, y a un ritmo casi sin precedentes.

En total, 2014 ha terminado con 17.569.100 ocupados: el nivel más alto desde el tercer trimestre de 2012, cuando la controvertida y liberalizadora reforma laboral empezaba a desplegar sus efectos. Con todo, la tasa de paro ha bajado del 24%: concretamente, se ha situado en el 23,7%, partiendo del 25,7% con el que empezó el año. Un índice todavía, obviamente, demasiado alto, que durante 2015 ha de experimentar un descenso mayor, propiciado tanto por las expectativas de crecimiento de la economía española (por encima del 2%, porcentaje que antes se establecía para a partir del cual poder crear empleo neto) como por las reducciones de impuestos, que sin duda aportarán mayor dinamismo económico.

lunes, 19 de enero de 2015

TANIA, O LA LEY DEL EMBUDO

Una chica que, como concejal, concedió una subvención a una asociación fundada por ella misma, y que, un mes después, votó a favor de adjudicar un contrato del Ayuntamiento a una cooperativa de su hermano, que llegó a recibir un total de 1,3 millones de euros. Su respuesta, al modo de sus duramente criticadas Cristina de Borbón y Ana Mato: no sabía nada de lo que se cocía en su propia familia. Si hiciéramos abstracción de que es una política de Izquierda Unida (y que, por tanto, disfruta de una especie de patente de corso mediático y 'moral' por su calidad de 'progre más progre que nadie'), y de que además cuenta con el respaldo público ('no dudo de la honorabilidad de Tania Sánchez') de su 'compañero sentimental', que no es otro que el Providencial e Intocable Mesías de la Santa y Madre Izquierda (en virtud de lo cual la patente de corso pasa a convertirse en una suerte de inviolabilidad propia de un Jefe de Estado), ¿podría aspirar a presidir una autonomía como la Comunidad de Madrid?

Es más: ¿se permitiría seguir dando lecciones de ética y moral en las tertulias televisivas e incluso, cual Savoranola roja, lanzando insidias contra sus adversarios dialécticos socapa de exigirles un comportamiento impoluto? ¿Continuaría ocupando un escaño como diputada en la Asamblea Regional de Madrid, o bien al contrario hubiese dimitido, 'motu proprio' o forzada por la gran presión mediática y política en contra suya?

Imaginemos por un momento que, además, la chica fuera del PP. Entonces las respuestas a las tres preguntas formuladas sí se antojarían obvias: por supuesto que no. Pero, en este caso concreto, se aplica la ley del embudo, aquella que se basa en la impunidad derivada de la superioridad moral de la izquierda. Una vez más.

jueves, 15 de enero de 2015

PODEMOS Y LA SEMANA SANTA

Conviene hacerse la siguiente pregunta: ¿qué es Podemos, pese a los que se empeñan en blanquearlos y, de paso, en tacharnos de manipuladores y generadores de miedo a quienes les presentamos como lo que son? Pues un partido tan de nuevo cuño como antisistema y de ultraizquierda, nacido de la sedición callejera del 15M, formado por un grupo de ideólogos marxistoides, que tiene a la Venezuela chavista como faro del mundo, que obtiene financiación del Irán de los ayatolás, que es incapaz de disimular sus simpatías y afinidades con la ETA y su entorno (de ahí que, por ejemplo, se adhiera a manifestaciones proetarras como la de Bilbao, o critique detenciones como las de abogados de etarras)...

¿A alguien le extraña que una organización política de semejantes características (repito, de extrema izquierda y comunistoide) plantee prohibir la Semana Santa, y no solo la de Sevilla? Por supuesto, ahí está el siniestro historial de persecuciones, atropellos y hasta crímenes perpretados por el marxismo-leninismo contra la libertad religiosa y de culto, porque ya lo decía el propio Marx: 'la religión es el opio del pueblo'; la cristiana, cabe inferir, porque a ver quién se atreve con la musulmana (máxime si llega dinero de Irán)...

Puesto que nada puede molestar más a un sevillano, sea o no creyente, que el mero hecho de que le toquen su Semana Santa, declarada además de Interés Turístico Internacional, la cabecilla hispalense de la casposa formación 'anticasta' no tuvo más remedio que recular. Aun así, no faltan quienes todavía defienden semejante ocurrencia: si son 'los ciudadanos' quienes 'deciden' prohibir, se supone que de un plumazo, la Semana Santa, ¿qué hay de malo en ello? No pongamos límites a la democracia ni al sacrosanto (ese sí) 'derecho a decidir' sobre todo; incluso acerca de si debemos evitar que cofrades vestidos de nazarenos salgan a la calle a desfilar junto a imágenes del Cristo y la Virgen, práctica que parece herir la sensibilidad de tantos... intolerantes (porque, que sepamos, no es obligatorio asistir a las procesiones ni tener que toparse con ellas; a quien no les guste, basta con quedarse en casa, o dedicarse a otros menesteres).

Sea como fuere, cabe ahora hacerse estas otras preguntas: ¿qué 'ciudadanos' habrían de 'decidir'? ¿Los que se reúnan en una asamblea organizada al efecto por los 'podemistas', al modo 15M, para que salga lo que ellos quieran? ¿Los 'ciudadanos' de Sevilla, los de Andalucía, los de toda España? ¿Quizá en referéndum; y por qué no 'decidimos' de esa misma forma, y 'entre todos', que haya o no mezquitas, por ejemplo? Y si una mayoría coyuntural 'decretara' que no hubiese Semana Santa, ¿sería motivo suficiente para impedir que una minoría, en el ejercicio de su libertad, saliera a las calles a celebrar una manifestación religiosa, y precisamente por ser religiosa (y cristiana)? 

No se trata tan solo de respetar una tradición arraigada desde hace siglos (que también), que además genera prosperidad y puestos de trabajo por cuanto supone un reclamo turístico de envergadura, sino fundamentalmente de libertad. Socavar derechos y libertades de unas minorías apoyándose en mayorías más o menos transitorias no deja de ser propio de las peores dictaduras.

martes, 13 de enero de 2015

POR LA TOLERANCIA Y LAS LIBERTADES

He aquí la portada con la que 'Charlie Hebdo', objeto de la sanguinaria sinrazón islamista, volverá a salir a la venta. Pese a que personalmente no me gustan este tipo de caricaturas irreverentes, me permito publicarla aquí como símbolo de defensa de nuestros sistemas políticos basados en la tolerancia y los derechos y libertades individuales; como reconocimiento y homenaje a todos los héroes (dibujantes, periodistas, policías, ciudadanos anónimos...) que arriesgaron y perdieron su vida en los atentados terroristas a la revista y al supermercado judío en París; y haciendo frente a los fanáticos que amenazan con acabar con nosotros y nuestro modo de vida por no acatar sus designios liberticidas y totalitarios.


sábado, 10 de enero de 2015

UNA GUERRA DECLARADA CONTRA LA CIVILIZACIÓN

Tras la matanza islamista en París, la principal preocupación según cierta corriente de la progresía multiculti no reside en la necesidad de proteger a las sociedades abiertas y libres de la amenaza liberticida y criminal del fundamentalismo islámico (esto es, a la civilización de la barbarie), sino en ¡el riesgo de islamofobia! Tamaña y abracadabrante reacción trae irremisiblemente a la memoria aquel ignominioso titular de cierto diario justo después de los atentados del 11-S en Nueva York y Washington: 'El mundo en vilo a la espera de las represalias de Bush'. Los apóstoles del buenismo relativista y suicida, empeñados siempre en culpar en último término a Occidente de todos los males del mundo, no descansan.

Menos mal que alguien se ha encargado de intentar poner las cosas en su sitio: "Se ha declarado la guerra a Francia, a sus instituciones, a la República, por bárbaros que niegan la idea misma de la civilización y los valores universales de la humanidad". Claro y rotundo el expresidente de la República y líder del centro-derecha francés Nicolas Sarkozy; cuyo comunicado de condena a los atentados islamistas en Francia contrasta con el mero constructo típicamente buenista y políticamente correcto de su sucesor y actual inquilino del Elíseo, François Hollande, que llega a aseverar que los terroristas felizmente abatidos 'no tienen nada que ver con el Islam'. Pues, desde luego, en nombre de Cristo Rey no da la sensación de que mataran, a tenor, entre otros hechos, de las propias proclamas de los asesinos ('¡vamos a vengar al profeta Mahoma!'), del lugar donde fueron entrenados, e incluso de la reivindicación de Al Qaeda (que tampoco parece un grupo fundamentalista cristiano), que se ha permitido amenazar al país vecino con más atentados.

Francia, en efecto, como anteriormente Estados Unidos y otros países de Europa, además de Canadá y Australia, ha sido el último objeto de los ataques criminales de un islamismo que, ciertamente, al menos desde el 11-S le tiene declarada la guerra a toda una civilización occidental de cuya mera existencia abomina: el integrismo islámico, el yihadismo, como quiera que se le llame, no concibe un tipo de sociedad que separe la religión del Estado, que reconozca valores procedentes de las tradiciones grecolatina, judeocristiana y de la Ilustración (a las que considera como enemigos irreconciliables), como son la dignidad humana, los derechos y libertades individuales y la igualdad ante la ley. Y, bajo el principio de que quienes habitamos en el satánico Occidente somos infieles, y como tales susceptibles de ser asesinados, no descansará hasta acabar con nosotros y nuestro modo de vida. De la misma forma que el 11-S no fue un problema que afectara solo a los estadounidenses, los actos terroristas en París no son un mero asunto de libertad de expresión de unos sátiros irreverentes (que empero merecen pasar a la historia como héroes de la libertad merced a su actitud valiente e irreductible), o que ataña en exclusiva a los franceses: son atentados contra todo Occidente.

Negarse a reconocer esta cruda realidad y limitarse a disfrazarla con lugares comunes buenistas puede resultar fácil, cómodo y hasta popular, pero es absolutamente contraproducente: impide afrontar la amenaza yihadista con realismo y, en consecuencia, la determinación necesaria. Sea como fuere, de lo que sí cabe congratularse es de que Francia, a través de su Policía, haya respondido al ataque islamista con la firmeza y eficacia requeridas: tres asesinos yihadistas, responsables de un total de diecisiete muertes, fueron abatidos, en virtud de lo cual no volverán a atentar contra vidas humanas. Enhorabuena a la República Francesa. Y del resto de Europa y el mundo libre, muchas gracias.

miércoles, 7 de enero de 2015

ODIO A OCCIDENTE, ODIO A LA LIBERTAD

En esta ocasión no se ha tratado de un atentado típicamente 'kamikaze' y suicida, al más puro estilo islamista, sino que los terroristas han seleccionado y buscado unos objetivos concretos para aplicarles cruel y salvajemente su propia e inapelable sentencia de muerte: entre los doce asesinados, se encuentran el director y otros tres dibujantes del semanario satírico francés 'Charlie Hebdo'. Su delito, merecedor de la pena máxima: parodiar a Mahoma e incluso a líderes del Estado Islámico. La intolerancia criminal del fundamentalismo islamista tiñe otra vez de sangre a Occidente. Quienes, llevados por su fanatismo asesino, no entienden que el único límite a la libertad de expresión, al menos en un régimen democrático y de libertades, se encuentra en la ley y los Tribunales de Justicia, y no en la imposición de absolutos integristas, vuelven a sembrar el dolor en Europa.

'Charlie Hebdo', que al contrario que buena parte de los medios de comunicación occidentales se ha mostrado siempre valiente e incólume frente al islamismo y sus amenazas, ya sufrió un incendio provocado en noviembre de 2011, sin que afortunadamente hubiera que lamentar víctimas en aquella ocasión. Y cabe recordar que la publicación en 2005 de unas caricaturas de Mahoma por parte de un diario danés, el Jyllands-Posten, generó una ola de indignación en el mundo islámico (controversias diplomáticas incluidas), que se saldó también con 40 muertos tras una serie de enfrentamientos en las calles de diversos países musulmanes.

Las atinadas palabras que pronunció el entonces Ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, a propósito de la polémica de hace nueve años, son perfectamente aplicables al caso actual: 'es mejor el exceso de la caricatura que el de la censura. El Islam no quiere decir terrorismo; pero no se debe hacer una legislación específica para una sola religión'. Lo contrario sería ceder a la violencia y la intransigencia de quienes precisamente persiguen borrar de la faz de la tierra a Occidente (el satán) y, con él, sus valores basados en la libertad individual, la tolerancia y la dignidad del ser humano.

Y tras el horror de los asesinatos, no podía faltar la miseria moral y la ignominia de quien llega a disculparlos. Aunque el mismo ser despreciable que justifica y hasta aplaude los crímenes del comunismo castrista y de la banda asesina ETA (que tanto monta, monta tanto), ¿cómo no iba a reaccionar de la misma forma ante un atentado terrorista islamista? Y es que el fundamentalismo islámico y la ultraizquierda comparten un mismo odio por Occidente y sus raíces cristianas, y el mismo aborrecimiento por el principal y más valioso legado de su historia política: el respeto y reconocimiento de los derechos y libertades individuales. De ahí su entusiasmo por las dictaduras, y cuanto más totalitarias mejor.

viernes, 2 de enero de 2015

COMIENZA 2015... BAJANDO DE LOS 100

Todo apunta a que 2015 será un año especialmente propicio para la economía española, cuyo crecimiento se verá sin duda favorecido por la aplicación de las anunciadas rebajas del IRPF y el Impuesto de Sociedades y, en consecuencia, de aquel conocido y atinado principio económico liberal: donde mejor se encuentra el dinero es en el bolsillo del ciudadano que lo ha ganado merced a su trabajo, mérito o esfuerzo. Sea como fuere, 2015 comienza con una noticia, amén de positiva, muy significativa: la prima de riesgo, otrora motivo de desvelos y zozobras por cuanto suponía un auténtico lastre para la recuperación económica (con el consiguiente perjuicio para las economías domésticas, no lo olvidemos), baja de la marca de los 100 puntos, por lo que se sitúa a niveles que no se conocían desde mayo de 2010.

No faltarán empero los cenizos de turno, los mismos que cuando la prima subía meteóricamente encendían todas las alarmas y culpaban de ello al recién llegado Gobierno del PP, que ahora le quitarán importancia a la evolución del indicador aseverando que no tiene incidencia alguna en nuestros bolsillos. Pero conviene desmontar, una vez más, argumento tan falaz: de la reducción de la prima de riesgo se benefician, por una parte, las cuentas del Estado, que de esta forma ahorra dinero al lograr financiar su deuda a un coste considerablemente menor (sin ir más lejos, el bono español a diez años ha caído al mínimo histórico del 1,517%), y gracias a lo cual destina dinero a otras partidas, como prestaciones al desempleo o inversiones en infraestructuras; y, por otra parte, las empresas españolas, que pueden financiarse con mayor facilidad en los mercados y, por tanto, expandirse y, con ello, crear puestos de trabajo.

Sin obviar la influencia de las perspectivas de crecimiento económico general en Europa (pese a la incertidumbre generada por el preocupante panorama político en Grecia), no deja de ser mezquino negar que la mayor confianza que lleva transmitiendo desde hace tiempo nuestra economía (que ha pasado de 'enferma de Europa' a ser generalmente considerada como el mejor ejemplo a seguir) se debe, al menos en parte, a la imagen de rigor y solvencia favorecida por las medidas de ajuste y reformas económicas del Gobierno de Rajoy. Aunque donde residen los principales méritos es en una sociedad civil española de nuevo a la altura de las circunstancias; muy especialmente aquellos sectores más dinámicos y emprendedores que han demostrado saber hacer frente a las peores adversidades, y que sin duda lideran la ya presente recuperación económica. Ya iba siendo hora de que se les facilitara fiscalmente su loable labor de creación de riqueza y prosperidad.