martes, 25 de junio de 2013

LO VERDADERAMENTE 'SALVAJE'

Si algo promueve que los niños dejen de comer todos los días, y que el hambre y la pobreza se extiendan, es precisamente la ausencia de una seguridad jurídica basada en la garantía tanto de los derechos de propiedad como del cumplimiento de los contratos, por cuanto introducen inestabilidad y desconfianza y, por tanto, impiden la generación de riqueza. Si además añadimos el ingrediente de la violencia más o menos contenida, a la ruina inevitable se unirá el caos social. Ejemplos tan numerosos como lamentables tenemos a lo largo de la historia reciente, sobre todo en los mismos referentes ideológicos del concejal de IU que, inspirándose en la edificante práctica de sus camaradas de Marinaleda, llama a asaltar supermercados por la fuerza.

Pues bien, si por algo se caracterizan las tiendas e hipermercados tanto de los regímenes comunistas como del más atenuado 'socialismo del siglo XXI' (por ejemplo, el bananerismo chavista) es por el inmediato agotamiento de sus existencias y, por tanto, su incapacidad para alimentar en condiciones a la población. Lo que desemboca irremisiblemente en las cartillas de racionamiento, en el mejor de los casos, y el hambre generalizado, en el peor: precisamente, en que muchos niños no tengan su sustento asegurado, carencia que, por mucho que la propaganda antiliberal se empeñe en predicar lo contrario, no es propia de los países de economía de libre mercado; que no por casualidad son los más prósperos y desarrollados y, como tales, tienen las necesidades básicas cubiertas.

Esta siniestra 'alternativa', basada en la imposición totalitaria de un error intelectual que además coarta el dinamismo y la libre iniciativa del ser humano, sí es verdaderamente salvaje; no precisamente el detestado capitalismo, que, entendido en su auténtico sentido, permite el libre juego dentro de un mercado regulado en el marco de un Estado de Derecho. Y a estas alturas resulta ocioso detenerse en los distintos resultados que propicia uno y otro sistema económico.

martes, 18 de junio de 2013

¿SE HA CONVERTIDO OBAMA EN UN 'HALCÓN'?

Desde luego, Obama no es Cheney: las diferencias físicas, personales y, por qué no reconocerlo, también ideológicas son absolutamente obvias. Ahora bien, sus argumentaciones en defensa de los controvertidos espionajes de la NSA, Agencia Nacional de Seguridad estadounidense, son exactamente las mismas que emplearon en su momento el mismo Cheney o cualquier otro miembro destacado de la Administración Bush, aquel detestado nido de despiadados 'halcones' republicanos como Donald Rumsfeld, Karl Rove o Condoleezza Rice: que se están mostrando eficaces en la lucha contra el terrorismo, y de hecho han evitado atentados tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Cabe recordar además que cuentan con la cobertura legal de la 'Patriot Act', aprobada en 2001 por una aplastante mayoría tanto de la Cámara de Representantes como del Senado en respuesta al 11-S, y en el marco excepcional de una guerra tan sin cuartel como nada convencional que desde entonces sigue librándose: la planteada por el terrorismo islámico contra Occidente.

Aun así, ¿acaso Obama, ese santo laico, Premio Nobel de la Paz, la gran esperanza progre que iba a 'bajarles los humos' a los Estados Unidos en el concierto internacional, se ha convertido finalmente en un vulgar 'halcón' que, como tal, antepone criterios de 'seguridad nacional' a los derechos y libertades de los ciudadanos? Habrá quien fantasee una vez más con la irresistible capacidad de 'influencia' en todos los presidentes, incluidos los más 'idealistas', que supuestamente siempre han tenido determinados poderes fácticos (los mismos servicios de inteligencia, el omnipresente complejo 'militar-industrial' que denunciaba al final de su mandato un ya senil Eisenhower, etc.), pero quizá pueda deberse a que la perspectiva se torna bien distinta desde que se pasa a ostentar tan alta responsabilidad en los Estados Unidos, máxime con la experiencia de los años de un 'pato cojo', de un presidente que agota su último mandato; en este asunto y, por ejemplo, también en ese prometido cierre de Guantánamo que, en realidad, nunca acaba de llegar.

Porque la polémica 'Patriot Act', que, en virtud de un amplio consenso entre republicanos y demócratas, fue promulgada siguiendo estrictamente los requisitos legales y jurídicos y como ley excepcional, de tiempo limitado y sujeta a revisiones periódicas de organismos independientes que informan al Congreso, está siendo en efecto muy útil en esta larga y especialmente difícil guerra global: no solo en la persecución de los grupos terroristas y sus miembros y en actuaciones preventivas para frustrar atentados, sino también contra sus mecanismos de financiación y blanqueo de dinero. De tal forma que los éxitos cosechados en los últimos años contra el terrorismo islámico, entre los que destaca la captura y muerte del mismísimo Bin Laden, son ciertamente indiscutibles; y la mayor parte de los mismos se han producido bajo el mandato de Obama, que legítimamente puede apuntárselos.
 
Aunque también es cierto que quién ha visto y quién ve a algunos; incluidos aquellos que consideraban tales prácticas de espionaje (y sus justificaciones) totalmente inadmisibles en la época de Bush, y sin embargo ahora hasta las matizan. Hay que reconocer que el carisma 'obamita' hace auténticos milagros.

jueves, 13 de junio de 2013

UN 'PRELIBERALISMO' EN ESPAÑA

En la historia de España podemos advertir un primer liberalismo, o 'preliberalismo', en el reformismo del despotismo ilustrado de Carlos III. Desde el mismo régimen absolutista se comenzaron a impulsar cambios políticos, sociales y económicos que en principio necesitarían del apoyo y concurso de la sociedad española, todavía incipiente para considerarla como tal; y de ahí que la mismísima monarquía se abriera a la difusión de ideas nuevas, estudios económicos y principios basados en los derechos individuales y la igualdad ante la ley. Sin embargo, quienes debían llevar a cabo esas mismas reformas, y en consecuencia remover los privilegios derivados del sistema estamental, formaban parte de ese mismo poder establecido bajo la protección del monarca absoluto; de tal forma que se producía un contraste evidente entre las medidas anunciadas y las realizaciones concretas.

A este respecto, fue harto significativo el caso de la publicación 'El Censor': al principio contaba con el apoyo y hasta el patrocinio del mismísimo Conde de Floridablanca, hasta que sus críticas a la nobleza y a la Iglesia como obstáculos del reformismo ilustrado se ganaron la enemiga del sistema y llegaría a ser objeto de proceso por parte de la Inquisición. Y es que bastaba una denuncia del entonces poderoso capuchino Cádiz para paralizar las reformas económicas; las sátiras del referido 'Censor' servían de excusa para acabar con la relativa libertad de imprenta que imperaba; y unas meras críticas de Maisson en la 'Enciclopedia Metódica' provocaban las amenazas incluso físicas de la reacción más recalcitrante hacia los reformistas. Por desgracia, la crisis de las Luces llegó antes a España que la toma de la bastilla en Francia.

Pues bien, ese 'preliberalismo' en España lo encontramos, no en una burguesía emergente como sería común en otros países, sino en una minoría ilustrada que reputaba difícil que las políticas reformistas las impulsaran y llevaran a cabo quienes formaban parte de los estamentos privilegiados. Para más inri, la llegada al trono de Carlos IV, que impuso un verdadero 'cordón sanitario' frente a toda novedad que viniera del exterior, especialmente de la Francia revolucionaria, no hizo sino empeorar el panorama.

Sin embargo, pese a la prohibición de publicaciones estrictamente políticas, la intensificación del celo censor fue incapaz de impedir la difusión de ideas económicas liberales a través de tratados en la materia como la celebérrima 'Riqueza de las naciones', de Adam Smith, o incluso, dentro de España, la misma 'Introducción a la reforma agraria', de Gaspar Melchor de Jovellanos. Además, menudeaban panfletos subversivos, como el conocido 'Pan y toros' de León de Arroyal, quien en sus 'Cartas político-económicas' criticaba el estado de cosas en España y, a su vez, ponía como ejemplo a seguir el proceso constituyente francés; y de la misma forma se pronunciaba Cabarrús en sus epístolas dirigidas tanto a Godoy como a Jovellanos.

La caída del Antiguo Régimen, como resultado de la rebelión insurreccional iniciada en 1808 en respuesta a la invasión francesa, supuso por fin el triunfo y apogeo, siquiera transitorio, del liberalismo en España: así, su primordial objetivo, el de emprender una reforma constitucional, acabaría haciéndose realidad. Los Romero Alpuente, Canga Argüelles, Martínez Marina o el mismo Jovellanos dotarían de contenido doctrinal a los diputados que, reunidos en Cortes en Cádiz, elaborarían y aprobarían la Constitución de 1812, hito del liberalismo europeo. De esas mismas Cortes gaditanas surgiría, como destacó Agustín Argüelles, el vocablo 'liberal', que de su uso lato paso a adquirir un sentido político. Y fue en España.

martes, 4 de junio de 2013

¿POR FIN EL CAMBIO DE TENDENCIA?

Casi 100.000 parados menos, lo que propicia que el número de desempleados registrados baje de la fatídica cifra de los cinco millones (detalle estadístico del que deberíamos congratularnos todos por muy intensas que sean determinadas antipatías políticas). Si bien es cierto que mayo suele ser un mes favorable para la creación de empleo, se trata del mayor descenso de toda la serie histórica; lo que resulta especialmente indicativo en un contexto de recesión económica: sin ir más lejos, el año pasado en este mismo mes el paro solo disminuyó en 30.000 personas. Y con todas las 'desestacionalizaciones' y matizaciones que quepa hacer sobre el tipo de empleo que se demanda en esta época previa al verano, hay unos guarismos que no engañan: 135.000 nuevas altas en la Seguridad Social, la primera vez que sube la afiliación en un mes de mayo desde que empezó la crisis.

Además, cuanto más se desciende a la letra pequeña y a los datos más concretos, más se plasma la condición extraordinaria de las últimas cifras publicadas por el Ministerio de Trabajo. Por ejemplo, con el fin de restarle importancia a este descenso histórico, se ha llegado a utilizar el argumento de que el paro desestacionalizado apenas ha bajado en 265 personas... Pues bien, resulta que es la primera vez que desciende desde el año 2006. Y si volvemos a la afiliación a la Seguridad Social, eliminado asimismo el efecto estacional, también ha disminuido en 5.600 personas, lo que indica claramente que se ha creado empleo con independencia de la cercanía del período estival. Asimismo, el paro acumulado hasta mayo ya es inferior al de 2012.

No es destacable el hecho en sí de que el paro haya descendido en un mes de mayo, sino el intensísimo ritmo al que se ha producido máxime cuando todavía sufrimos recesión económica. Por tanto, y por mucho que les moleste a ciertos agoreros instalados única y exclusivamente en el pesimismo y 'cenicismo' permanentes y la obsesiva e incesante estrategia de desgaste al PP de Rajoy, son datos objetivamente muy positivos; sin que ello nos deba llevar tampoco al extremo opuesto, al optimismo infundado, ya que, pese a su carácter histórico y significativo, todavía no se puede asegurar a ciencia cierta que marquen un cambio de tendencia: habrá que esperar a la evolución del empleo en los próximos meses para concluir que la flexibilizadora reforma laboral empieza a dar frutos palpables. Pero que nada menos que 100.000 personas hayan logrado encontrar trabajo en solo un mes es siempre una buena noticia y motivo de alegría, especialmente en las actuales circunstancias. Aunque haya quienes más bien se hayan irritado.