miércoles, 29 de julio de 2009

HASTA MUY PRONTO


No han faltado en los últimos días asuntos de actualidad política sobre los que tratar con detenimiento: Entre otros, la inquietante constatación de que Zapatero y su ridículo prurito de izquierdista insobornable, que saca a relucir especialmente cuando las cosas le vienen mal dadas, suponen en estos momentos la principal rémora para nuestra comatosa economía; la deshonrosa pleitesía que Moratinos, en nombre del Gobierno de España y su vergonzosa política exterior, rinde ahora al Tirano Banderas de turno, que no es otro que el dictador de opereta Chávez; el aire fresco que ha insuflado la dimisión (o cese) como tesorero del PP de Luis Bárcenas, inocente, por supuesto, mientras no se demuestre lo contrario, pero obligado a asumir responsabilidades políticas; y la macabra irrupción de la banda asesina ETA, que ha pretendido provocar una auténtica masacre de hombres, mujeres y niños en una casa cuartel de la Guardia Civil en Burgos, y que de auténtico milagro no ha conseguido llevar a efecto. Puesto que las alimañas, llevadas por el canguelo propio de su cobardía, han huido a su escondrijo situado en el País Vasco, es de esperar que la Ertzaintza, libre ahora de determinadas consignas políticas, emplee todos sus esfuerzos en detectarlas, atraparlas y aprisionarlas para que esos bípedos inmundos se encarroñen a la sombra.

En efecto, la actualidad política suele dar siempre para mucho y no concede treguas a quienes la seguimos, la examinamos e incluso nos atrevemos a dar rienda suelta a nuestras inquietudes, pensamientos y reflexiones sobre la misma. Pero he de anunciar a los lectores de esta bitácora, entre los que incluyo tanto a los fieles (que me consta que los hay, algo que les agradezco muy sinceramente) como a los ocasionales (a los que igualmente les doy las gracias), y en general a todos los que alguna vez hayan tenido la generosidad y la paciencia de leerme, que durante apenas un par de meses interrumpiré mi actividad como 'bloguero'. He decidido sacar provecho de mis vacaciones para dedicarle mayor tiempo a un difícil reto de carácter personal y profesional, que pronto vivirá una fase decisiva y quién sabe si definitiva. Mientras tanto, me tenéis a vuestra disposición en mi perfil de facebook, donde a buen seguro que no me resistiré a publicar alguna reflexión relacionada con nuestra convulsa coyuntura.

Feliz verano a todos y... hasta muy pronto.

miércoles, 22 de julio de 2009

¿QUÉ PINTABA MORATINOS EN EL PEÑÓN?


En la opinión pública española, y en el periodismo en particular, se mantiene todavía una tendencia que nos viene del franquismo: Criticar y poner verde al ministro de turno, pero sin hacer referencia alguna a quien le nombró y refrenda sus actos. De esta forma, Franco siempre quedaba a salvo, y en ocasiones como el bueno de la película. Pues bien, el inefable Moratinos, obviamente, no ha viajado a Gibraltar en calidad de Ministro de Asuntos Exteriores única y exclusivamente por propia iniciativa. Desde luego, decisión de tal calibre, que rompe con trescientos años de firmeza en la reivindicación española del Peñón (con regímenes y gobiernos de los más variados colores y tonalidades), ha debido de contar cuando menos con el visto bueno del presidente Zapatero. Que sepamos, ni ha desautorizado públicamente la visita, ni ha procedido a su cese como Jefe de la Diplomacia española.

Por tanto, es al presidente del Gobierno a quien corresponde hacerle la siguiente pregunta: ¿Qué diablos pintaba Moratinos en el Peñón? Zapatero ya ha dado sobradas muestras de no creer en España, nación 'discutida y discutible', y de que como buen y redomado 'progre' reniega de nuestro pasado y de nuestra historia. ¿Pero a qué ha venido propiciar esta inexplicable e innecesaria humillación, que sin duda será recordada como uno de los hitos más ignominiosos de la historia de España? Dados sus arraigados prejuicios, no es de extrañar que en el fondo esté convencido de que el 'estatus' de Gibraltar sea, en efecto, un reducto de un pasado colonialista, pero de la propia España.

martes, 21 de julio de 2009

EL CONSUMIDOR NO VISLUMBRA BROTES


El Director General de Atención al Ciudadano, Drogodependencias y Consumo, Juan Manuel Ruiz, y un servidor como presidente de Acua Euroconsumo, presentamos a los medios de comunicación el estudio demoscópico 'Impacto de la crisis en el consumidor de la Región de Murcia', realizado por mi asociación con la colaboración técnica de Consultoría Vimodu. Con él pretendíamos obtener un indicador de confianza del consumidor, conocer las medidas concretas que ha adoptado ante la crisis y el tipo de artículos en los que ha reducido su consumo para hacer frente a ella.

La encuesta ha tenido una amplia repercusión en la prensa regional, y desde luego no es para menos: Además de su evidente interés para pulsar la influencia de la crisis económica en los hábitos de los consumidores murcianos, es el primer estudio que elabora un Indicador de Confianza del Consumidor en el ámbito regional. Los datos obtenidos no pueden ser más elocuentes: El Índice de Confianza, medido en una escala de 0 a 100, se sitúa en el 37,97, de lo que se deduce fácilmente que la confianza del consumidor murciano es baja. Además, nada menos que un 58 por ciento de los encuestados cree que la situación económica es mala o muy mala. Pero es que las expectativas no son nada halagüeñas, ya que su valor alcanza los 40 puntos sobre 100, lo que nos indica que el consumidor considera que la situación económica seguirá, dentro de un año, igual que ahora.

Queda meridianamente claro que el consumidor no vislumbra el más mínimo brote, ni verde ni de ningún otro color. Así pues, en las próximas fechas no cabe esperar un incremento en el consumo, sino que continuará la contención del gasto en las economías domésticas. Por tanto, la deseada reactivación económica es verdaderamente una quimera, al menos a corto o medio plazo.

Las medidas keynesianas y de gasto público se están mostrando, una vez más, inútiles y contraproducentes. La recuperación de nuestra economía ha de partir de la sociedad civil, y para ello resulta imprescindible combinar audaces bajadas de impuestos a ciudadanos, familias y empresas (algo que empieza a hacer el Gobierno regional) con una drástica reducción del gasto público, precisamente siguiendo el ejemplo de las economías domésticas. Además, por supuesto, de emprender reformas liberalizadoras que promuevan más dinamismo y competencia en los mercados. Pero tranquilos, que ya se encargarán el Gobierno de Zapatero y sus sindicatos verticales de aplicar el principio lampedusiano: Que todo cambie para que todo siga igual.

viernes, 17 de julio de 2009

CON EL MIEDO EN EL CUERPO

Doña María Emilia Casas, presidenta del Tribunal Constitucional, no tiene 'ninguna prisa' en que haya sentencia sobre el 'Estatut' catalán... pese a que hace ¡más de tres años! que el PP presentó un recurso de inconstitucionalidad. Y es que, si por ella fuera, dormiría eternamente el sueño de los justos. Aquella horripilante pesadilla que sufrió en pleno Desfile de las Fuerzas Armadas le metió el miedo en el cuerpo. Y todavía no ha logrado desembarazarse de él... No es de extrañar: Una bronca de tal magnitud, al más puro estilo de la señorita Rotenmeyer, puede marcar psicológicamente a cualquier mortal.

lunes, 13 de julio de 2009

EL INDEPENDENTISMO NOS SALE MUY CARO


'Hemos plantado cara al Estado y hemos ganado'. El líder de Esquerra Republicana de Cataluña, Joan Puigcercós, no podía definir de mejor manera el último y escandaloso sometimiento del Gobierno de Zapatero al nuevo chantaje del independentismo catalán. Claudicación en cierto modo voluntaria, ya que ha sido el propio Zapatero, desde que ganó las elecciones generales en 2004, quien ha elegido como socio preferente y sostén de su Gobierno a una organización secesionista; en quien a su vez se apoya el 'partido hermano' del PSOE, el PSC, para gobernar la Generalitat catalana.

Así pues, puesto que el mantenimiento de los socialistas en el poder depende tanto de los escaños que aporta el PSC en el Congreso de los Diputados (sin los cuales incluso perderían la mayoría simple) como de los votos de ERC, el resultado está cantado: En el reparto de 11.000 millones de euros de financiación autonómica (que, por supuesto, incrementarán aún más nuestro abultado déficit), Cataluña, que representa apenas el 16 por ciento de la población española y el 18 por ciento del PIB nacional, recibirá 3.800 millones de euros, es decir, nada menos que el 35 por ciento de esa partida. Si a este porcentaje le sumamos el 15 por ciento que le corresponderá a Andalucía (granero de votos que hay que mimar especialmente, claro), tenemos que la mitad de la financiación se destinará a sólo dos Comunidades Autónomas, mientras que la otra mitad se la repartirán entre... ¡las trece restantes! Que aún así pretendan convencernos de que el nuevo sistema de financiación 'garantiza la igualdad' es una auténtica tomadura de pelo.

La Constitución asigna al Gobierno de la nación un cometido primordial en el Estado de las autonomías, que no es otro que el de velar por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo entre las diversas partes del territorio español (artículo 138). Por desgracia, la plena vigencia del 'Estatut' catalán, propiciada por la vergonzosa y medrosa inhibición del Tribunal Constitucional, hace tiempo que ha convertido en papel mojado a nuestra Carta Magna; así, se impone la 'bilateralidad' de las relaciones entre España y Cataluña, de igual a igual, sin tener por tanto en cuenta las necesidades de las demás Comunidades Autónomas. Y lo cierto es que el presidente del Gobierno se presta con entusiasmo a cumplir los preceptos de un 'Estatut' con el que, no lo olvidemos, se implicó personalmente, entre declaraciones del tenor de que el concepto de nación española es 'discutido y discutible'. Sabemos de sobra que a Zapatero no le quitan el sueño principios consagrados por nuestra Constitución, como los de igualdad y solidaridad entre los españoles. Porque, por mucho que presuma de izquierdista, no le importa que se promueva que haya españoles de primera y de segunda con tal de que se garantice su permanencia en el poder.

También está quedando claramente de manifiesto lo inmensamente caro que nos está saliendo a los españoles el independentismo catalán. A la hora de la verdad, la 'nació catalana' no puede vivir sin España, sin los impuestos de todos los españoles. Cabe preguntarse qué va a ser de Cataluña si alguna vez los secesionistas cumplen su objetivo. Una vez que les hayamos pagado entre todos la independencia, claro.

jueves, 9 de julio de 2009

¿PERO CÓMO, MINISTRA?


Lograr que la ministra de Medio Ambiente, doña Elena Espinosa, se pronuncie sobre la supervivencia del trasvase Tajo-Segura es como pedirle peras al olmo. Y por mucho que haya visitado Murcia, ya que su partido, que no es otro que el PSOE, está empleando en el Congreso de los Diputados todos sus esfuerzos en decretar la caducidad del acueducto. Eso sí, bien fácil le ha resultado repetir aquella cantinela de que, pese a todo, nuestra Región tendrá 'agua en calidad y cantidad suficiente'. Vamos, como aquel manoseado eslogan, que en poco tiempo derivó en monumental mentira, con el que los socialistas trataban de contrarrestar la eliminación del trasvase del Ebro: 'Más agua, más barata y en menos tiempo'. Y como entonces, no se molestan en aclararnos, y ni mucho menos la mismísima ministra, cómo nos va a llegar el preciado bien. ¿Sembrando nuestras costas de desalinizadoras? ¿Sacando a pasear al santo, propuesta quizá descartable en un Gobierno rabiosamente laico?

En algo sí ha sido rotunda la señora Espinosa: 'La política de agua de este Gobierno no ha cambiado'. Así pues, las directrices heredadas de la nefasta Cristina Narbona, basadas en esa 'nueva cultura del agua' que rechaza de plano los trasvases y nos condena irremisiblemente a la sequía permanente, continúan vigentes. Y todavía nos seguirán vendiendo que la actual ministra ha insuflado nuevos aires que, gracias a su supuesto carácter abierto y transigente, tienden a propiciar un rumbo distinto en la política de agua. Bueno, más calladita, tímida y cordial sí parece. Pero bien claro ha dejado que no está dispuesta a enmendar lo más mínimo a su antecesora.

Y a todo esto, ¿a qué ha venido la ministra a la Región de Murcia? Pues a 'inaugurar' una depuradora, la de San Javier, que lleva funcionando... dos años. El día que la visita de un ministro de Zapatero nos reporte, no ya algún beneficio concreto (que sería mucho pedir), sino alguna novedad, los murcianos daremos palmas con las orejas.

lunes, 6 de julio de 2009

EL GRAN TIMONEL ENERGÉTICO


Desde que tenemos a Zapatero rigiendo nuestros destinos, los precios de la luz y de la energía en general no han parado de subir. Concretamente, los incrementos de las tarifas que todavía fija el Ejecutivo se han situado siempre por encima de la inflación. Incluso en una coyuntura como la actual, en la que el IPC baja, este Gobierno de infinita conciencia 'social' ha tenido a bien aumentar en un 2 por ciento la tarifa de la luz, que ya sufrió una subida de más del 3 por ciento en Enero. Ahora que, en virtud de una bendita exigencia europea (no porque así lo haya dispuesto Zapatero, que más bien se ha encargado de dilatar el proceso de liberalización del sector energético), los consumidores domésticos por fin disfrutamos de la libertad de elegir entre varios suministradores de energía en función de la calidad y el precio, sería conveniente que el Gobierno suprimiera sus distorsionadoras y contraproducentes tarifas, y a ser posible pronto, para que sea el mercado el que marque los precios en régimen de libre competencia.

Pero no nos hagamos demasiadas ilusiones. Aunque la liberalización del mercado energético puede contener de alguna manera los precios, la energía nos va a seguir saliendo muy cara. Ni más ni menos porque el Gobierno va a pasar de decidir qué precio tenemos que pagar a prescribir qué tipo de energía hemos de consumir. Qué menos que alguien de la dichosa omnisciencia de Zapatero, que ha sido capaz de señalarnos el camino de la 'economía verde' a golpe de Real Decreto y 25.000 millones del erario, se erija ahora también en nuestro Gran Timonel Energético. Su inmensa y celestial sabiduría no tiene parangón, sobre todo si la comparamos con la limitadísima perspectiva humana de determinados expertos en materia energética, incluidos aquellos osados ignorantes del Consejo de Seguridad Nuclear que le enmendaron la plana.

Por tanto, y puesto que 'nada ni nadie va a afectar a una decisión del presidente del Gobierno' (toma talante), no sólo ha ordenado el cierre dentro de cuatro años de la central nuclear de Garoña, sino que además, y dejando en mantillas los tristemente célebres planes quinquenales soviéticos, 'planificará' la energía hasta... ¡2030! Ni el mismísimo Stalin se atrevió a llegar tan lejos en sus previsiones (y eso que el sanguinario tirano georgiano no debía someterse a elecciones que pudieran expulsarle del poder), pero es tan amplia la perspectiva de nuestro presidente que sabrá anticiparse a todos los cambios y necesidades que en materia energética puedan surgir durante los próximos veinte años, no ya en España, sino en el resto del mundo. Definitivamente, los españoles no nos merecemos a alguien de tan extraordinaria sapiencia.

Hayek ya nos alertaba de las funestas consecuencias de la 'fatal arrogancia' de aquellos planificadores centrales que creen poseer toda la información existente, cuando en realidad el conocimiento es disperso. La soberbia con la que actúa el presidente del Gobierno en este caso (como en tantos) se debe a un sectarismo patológico que le impide ver más allá de sus anteojeras ideológicas. Por ejemplo, que el ochenta por ciento de la energía eléctrica que produce Francia (y la que le compramos nosotros) proceda de centrales nucleares; que en su momento el Secretario de Energía de su admirado Obama, Steven Chu, declarara que había que seguir apostando por la energía nuclear; que países del Este, con tal de dejar de depender del suministro gasístico de Rusia (el mismo problema, por cierto, que tenemos nosotros respecto a Argelia), hayan planteado la conveniencia de recurrir a ella; o que Suecia, tras nada menos que treinta años de prohibición, haya decidido retomarla. Y es que la energía nuclear es la mejor alternativa a las convencionales, ya que la experiencia ha demostrado sobradamente que, además de segura y limpia, es la más barata.

Mientras tanto, Zapatero, a la vez que presume, a fuer de 'rojo', de ser 'el más antinuclear de todos', prefiere transitar por un camino opuesto al del mundo desarrollado y continuar instalado en sus rancios prejuicios, propios de un ecoprogresismo absolutamente pasado de moda y desacreditado por la realidad. Quizá consiga con ello ganarse a un electorado con el que comparta ese ridículo tabú, pero nuestra economía se verá, una vez más, especialmente resentida.

jueves, 2 de julio de 2009

'PAX' CATALANA


Durante el primer franquismo, la lengua catalana fue declarada proscrita en su uso público y, por tanto, acabó relegada al espacio estrictamente privado. Con el paso de los años, y coincidiendo con determinados aires 'aperturistas', la dictadura permitiría su empleo en actos públicos de naturaleza cultural y folclórica. Pero en aquella larga época nunca hubo posibilidad de elegir el catalán como lengua vehicular de la enseñanza, que debía ser obligatoriamente el español. No obstante, si exceptuamos anecdóticas protestas de minoritarios elementos subversivos, en Cataluña reinaba la paz y el sosiego. Es más, no eran pocos los que, a la sombra del régimen, medraban y prosperaban. Y es que la gran mayoría de la sociedad catalana, al igual que la del resto de España, aplicaba en su acontecer diario una de las máximas del Caudillo: No meterse en política.

Hasta que venturosamente llegaron las libertades a España, y con ellas una Constitución que garantizaba el uso, el respeto y la protección de las distintas modalidades lingüísticas de nuestra nación. Sin embargo, en el caso concreto de Cataluña, y tras el breve e ilusionante interregno del tolerante y conciliador Tarradellas, acabaría implantándose lenta pero implacablemente otro régimen, el del nacionalismo catalán, que adoptaría los modos y maneras del franquismo para intentar imponer el pensamiento único nacionalista en todos los ámbitos de la sociedad. Su mejor y más eficaz instrumento siempre ha sido la política lingüística, consistente en la imposición del catalán como única lengua vehicular, lo que necesariamente conlleva el destierro del español de la vida pública. Propósito que ha contado siempre con la adhesión inquebrantable del PSC, el cual, pese a nutrirse de votos en gran parte
procedentes de castellano-hablantes de origen inmigrante, ha demostrado ser tan nacionalista o más que los partidos nacionalistas catalanes clásicos.

La Ley de Educación, último liberticidio que el Gobierno social-nacionalista catalán ha perpretado con el apoyo de CiU (que jamás se atrevió a llegar tan lejos como este Ejecutivo presidido, para más inri, por un cordobés de origen) y el refrendo del Parlament, no es sino la sanción legal de un modelo monolingüe que hace décadas lleva imperando en las aulas de Cataluña. Es, además, una de las consecuencias de un 'Estatut' que, merced a la escandalosa inacción del Tribunal Constitucional, continúa plenamente vigente. Por su parte, Zapatero, que sin los escaños que precisamente aporta el PSC difícilmente habitaría en La Moncloa, se ha apresurado a defender la legalización de tal recorte de libertades y, a su vez, ha pedido no quebrantar 'por intereses políticos' 'la paz' que impera en la sociedad catalana. Ay, la paz, ese valor supremo que ha de prevalecer sobre cualquier otro principio. Por ejemplo, por encima de la libre elección de la lengua en que uno quiera educar a sus hijos, o con la que desee comunicarse en la vida pública; por encima de la libertad de rotular los comercios en el idioma que se considere oportuno; y por encima incluso de la libertad de expresión de quien se atreva a denunciar tales agravios, bajo el riesgo de que una pandilla de 'escamots' del independentismo apliquen 'la paz' a golpe de mamporro limpio. Sacrifiquemos, pues, la libertad individual, nuestra libertad, en aras de la 'pax' catalana, impuesta por el pensamiento único nacionalista. Y sobre todo, no nos metamos en política.