jueves, 28 de mayo de 2009

POR MUCHO MENOS DIMITIÓ UN CONCEJAL


Hace un par de meses, el entonces edil de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Cartagena, Enrique Pérez Abellán, dimitió de su puesto y renunció a su acta de concejal. Había cometido el error de recomendar a su hijo para que se le concediera el diseño de cuatro proyectos de obras públicas. Pese a que los informes jurídicos y técnicos dedujeron la legalidad del proceso de adjudicación, el señor Pérez Abellán, plenamente consciente de no haber actuado con ese decoro mínimamente exigible en un cargo público, tuvo a bien asumir sus responsabilidades políticas y, en consecuencia, abandonó su escaño.

Este gesto de enorme dignidad contrasta estos días con la soberbia y desafiante actitud, propia de quien está acostumbrado a hacer y deshacer a su antojo, del todavía vicepresidente tercero, Manuel Chaves, que se despidió como presidente de la Junta de Andalucía concediendo una cuantiosa subvención a una empresa apoderada por su hija. Este flagrante acto de nepotismo, que no es de extrañar viniendo de alguien que ha gobernado Andalucía como si de su cortijo particular se tratara, infringe la propia Ley de Incompatibilidades de Altos Cargos de la Junta, cuyo artículo 7, en su apartado 1, establece lo siguiente: 'Los titulares de altos cargos están obligados a inhibirse del conocimiento de los asuntos en cuyo despacho hubieran intervenido o que interesen a empresas, entidades o sociedades en cuya dirección, asesoramiento o administración hubiesen tenido alguna parte ellos, su cónyuge, pareja de hecho inscrita en el correspondiente Registro o persona de su familia dentro del segundo grado civil'. Este último supuesto es precisamente el aplicable al caso. Más claro, agua.

Pues bien, el señor Chaves, pillado 'in fraganti', lejos de amagar siquiera con asumir alguna responsabilidad, ha reaccionado como cabe esperar de un 'pata negra' del felipismo: Negando la evidencia y, a la vez que tacha de 'falsa' la noticia, propalando excusas de mal pagador sobre la misma. Puesto que no parece ni mucho menos dispuesto a secundar el edificante ejemplo de Cartagena, quizá porque por proceder de un Ayuntamiento gobernado por el PP le resulte especialmente difícil, el presidente Zapatero debería tomar cartas en el asunto. Porque no se trata ya de seguir las directrices de ese Código del Buen Gobierno que él mismo incumple, sino de actuar con un mínimo de decencia.

martes, 26 de mayo de 2009

UNA MENTIRA CONTUMAZ


Hemos tenido la oportunidad de comprobarlo en el primer 'cara a cara' televisado entre Jaime Mayor Oreja y Juan Fernando López Aguilar. Acorralados por la cruda realidad de la crisis económica, los dirigentes y candidatos socialistas no se van a privar del uso y abuso de todas las consignas, tópicos, mantras y lugares comunes más característicos de la progresía. De esta forma intentarán salvar los muebles de unos comicios europeos que se les presentan adversos, y el tiempo dirá si en esta ocasión la estrategia será efectiva.

Aplicando a rajatabla la máxima goebbelsiana de que una mentira repetida numerosas veces acaba convirtiéndose en verdad, uno de esos lemas consiste en reiterar machaconamente que el origen de la burbuja inmobiliaria se encuentra en una Ley del Suelo que, aprobada por el Gobierno de Aznar, liberalizaba todo el territorio nacional. Patraña que ya utilizara Zapatero en su segundo debate electoral con Rajoy, y que tanto entusiasmo ha despertado tanto en el PSOE como en las izquierdas de diverso pelaje y colorido, incluida la 'verde'. Ahora bien, se oculta deliberadamente que tal Ley, promulgada en 1996, fue declarada inconstitucional por Sentencia 61/97 del Tribunal Constitucional, que, en una de sus jornadas memorables, argumentaba que se inmiscuía en competencias exclusivas de las Comunidades Autónomas. Así pues, difícilmente pudo producir esas secuelas tan devastadoras que falsamente le atribuyen Zapatero y sus adláteres.

El propósito liberalizador de la derogada Ley era indiscutible: Pretendía impedir que los ayuntamientos especularan con el valor del suelo y adecuar la oferta a la demanda, con el fin de contener unos precios que por entonces empezaban a dispararse en el sector inmobiliario. Pero, obviamente, las medidas que contemplaba no se llevaron a efecto. En cambio, la expansión crediticia provocaría una demanda artificialmente alta frente a una oferta constreñida generalmente por el poder municipal, lo que daría lugar a un desproporcionado aumento del precio de la vivienda. La solución que aportaría el Gobierno de Zapatero es una Ley del Suelo (ésta sí, vigente desde 2007) intervencionista hasta los tuétanos, que ha acabado dándole el tiro de gracia a un sector herido de muerte por la crisis del crédito.

Esta es la pura realidad de la conocida como burbuja inmobiliaria. La insistencia en culpar de la misma a lo que llaman 'ultraliberalismo' de la época de Aznar no es sino una consigna basada en una mentira contumaz.

sábado, 23 de mayo de 2009

SIEMPRE LES QUEDA EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL


Cualquier revés que sufran los enemigos de España y la Constitución, por notable que sea, acaba careciendo de importancia. Y es que siempre les queda el Tribunal Constitucional, que no en balde se ha significado como su más valioso cómplice en distintas ocasiones.

En efecto, por muy paradójico y surrealista que pueda resultar, el órgano que precisamente ejerce de intérprete supremo de la Constitución difícilmente ha podido hacer más por socavar nuestra Carta Magna y favorecer a quienes pretenden acabar con ella. Cabe recordar como muestra aquel momento de gloria cuando, coincidiendo con la 'tregua-trampa' etarra que tuvo lugar en la época de Aznar, ordenó la excarcelación de todos los miembros de la llamada Mesa Nacional de Herri Batasuna.

Como es sabido, todavía estamos esperando con una paciencia digna del Santo Job a que de una vez se haga pública su sentencia sobre el 'Estatut' catalán, que mientras tanto continúa vigente en todos sus extremos y que, dado su carácter evidentemente anticonstitucional, desempeña el papel de verdadera Constitución. Desde luego, aquella célebre bronca que la vicepresidenta del Gobierno le propinó a la presidenta del Tribunal Constitucional en pleno Desfile de las Fuerzas Armadas ha parecido surtir efecto. Para que luego digan que en España no hay división de poderes.

Desconocemos si ese pastel que los miembros del Tribunal Constitucional tienen guardado más de tres años en el congelador será lo suficientemente digerible. Pero de momento ya se han apresurado a proporcionarnos buenas dosis de aceite de ricino al permitir que una lista apadrinada por la banda asesina ETA concurra a las elecciones europeas. Que la promoviera un conocido apologista del terrorismo como Alfonso Sastre (buen dramaturgo, pero personaje nada recomendable), que algunos de sus avalistas hubieran pertenecido a ANV y que incluso formaran parte de ella antiguos militantes de Batasuna, parecen argumentos sobradamente contundentes para cualquiera. Pero no para nuestros avispadísimos togados, cuyos amparados además, nada más conocerse el fallo, se negaron explicítamente a condenar la violencia etarra, muy a pesar que lo hicieran en su recurso. ¿No habían pensado los brillantes magistrados en la mera posibilidad de que ese rechazo formal no era más que una treta, además viniendo de donde venía?

Lo peor no es que los proetarras se hayan reído del Tribunal Constitucional, algo de lo que a buen seguro son merecedores: Es que, para nuestra vergüenza, se han mofado de nuestro Estado de Derecho.

miércoles, 20 de mayo de 2009

EL PAPÁ MÁS 'GUAY'


Alguien que es precisamente progenitor de dos niñas adolescentes ha definido como 'interferencia' el consentimiento de los padres para que sus hijas menores de edad puedan abortar. Que se pronuncie en estos términos una persona medianamente responsable y consciente de sus deberes familiares puede chirriarnos. Pero se trata de Zapatero, un perfecto insensato que, con tal de garantizar su permanencia en el poder, todo lo supedita a la propaganda política y a esa ingeniería social que paso a paso está consiguiendo imponer.

El objetivo último de toda izquierda o colectivismo que se precie es inmiscuirse a través del aparato del Estado en la vida del individuo, de la cuna a la sepultura. Por tanto, la familia, tradicional y fundamental pilar en la formación de ciudadanos libres y, como tales, responsables, le estorba para sus propósitos, y por ello pretende sustituirla por el poder estatal. Así, no es suficiente con arrebatar a los padres el derecho de educar a sus hijos en principios y valores morales, e incluso, tal y como ocurre en determinadas comunidades autónomas, en la lengua que crean conveniente. Ahora el Gobierno o Estado se presenta a sí mismo como condescendiente y benefactor, en contraposición a unos padres generalmente opresores y represores.

El mensaje que se trasmite a unos adolescentes que, no lo olvidemos, votarán pronto, es el siguiente: 'Papá Estado' es el más 'guay', ya que te permite disfrutar de la vida sin tener que responder de tus actos ni preocuparte de las consecuencias. Qué mejor manera de continuar minando la autoridad familiar.

En su magno ensayo 'La democracia en América', el gran pensador Alexis de Tocqueville nos alertaba acerca del despotismo al que nos conduciría la paulatina implantación del Estado-providencia. Estas palabras, aunque publicadas en 1840, son perfectamente descriptivas de las secuelas actuales de ese intervencionismo que todo lo procura: 'Sobre éstos se eleva un poder inmenso y tutelar que se encarga sólo de asegurar sus goces y vigilar su suerte. Absoluto, minucioso, regular, advertido y benigno, se asemeja al poder paterno, si como él tuviese por objeto preparar a los hombres para la edad viril; pero, al contrario, no trata sino de fijarlos irrevocablemente en la infancia y quiere que los ciudadanos gocen, con tal de que no piensen sino en gozar. Trabaja en su felicidad, mas pretende ser el único agente y el único árbitro de ella, provee a su seguridad y a sus necesidades, facilita sus placeres, conduce sus principales negocios, dirige su industria, arregla sus sucesiones, divide sus herencias y se lamenta de no poder evitarles el trabajo de pensar y la pena de vivir.
De este modo, hace cada día menos útil y más raro el uso del libre albedrío, encierra la acción de la libertad en un espacio más estrecho, y quita poco a poco a cada ciudadano hasta el uso de sí mismo.'

jueves, 14 de mayo de 2009

TELEVERGÜENZA NACIONAL



Lo que sucedió poco antes de la final de la Copa del Rey vale por todo un debate sobre el estado de la nación. Vergonzosa la irrespetuosa y vejatoria actitud de gran parte de los aficionados del Barcelona y el Athletic de Bilbao ante la llegada del Rey don Juan Carlos y los acordes del himno nacional. Es ni más ni menos que el caldo de cultivo del nacionalismo y aquellos que se han prestado a adherirse a sus desvaríos. E indignante la censura impuesta por la televisión para más inri llamada española y financiada con los impuestos de todos los españoles, que tuvo la feliz idea de esconder nuestros símbolos con tal de no dar cuenta de una realidad tan incómoda como reveladora.

Y peor todavía fue la 'rectificación': Una auténtica tomadura de pelo. Que nos quisieran hacer creer que todo se debió a un 'error humano' nos retrotrae a aquellos tiempos, no muy lejanos, en los que las excusas oficiales se completaban siempre con la coletilla 'causas ajenas a Televisión Española'. Encima, decidieron emitir en el descanso del partido una versión enlatada y edulcorada de los hechos. Bienvenidos a la España de Zapatero.

miércoles, 13 de mayo de 2009

CAMINO DE ARGENTINA


El verdadero modelo de Zapatero no es Barack Obama, sino Juan Domingo Perón. Al creador de uno de los movimientos políticos más nefastos del siglo XX cabe atribuirle el dudoso mérito de convertir en poco tiempo a una tierra de promisión en una auténtica ruina. Inspirado en el socialismo de Mussolini, de quien fue agregado militar, combinó un intervencionismo y dirigismo asfixiantes con un irrefrenable derroche de recursos que dilapilaba e impedía la generación de riqueza. A partir de entonces, el Estado autoritario peronista planificaba y prescribía qué camino había de tomar la economía argentina, que no tardaría en entrar en bancarrota. Todo aderezado, eso sí, con el uso y abuso del lenguaje más populista y demagógico, incluidas las inevitables e incesantes declaraciones de amor hacia esos mismos trabajadores, obreros y 'descamisados' a los que se les condenaba al desempleo y la miseria. Más pobres, pero más halagados. A su vez, el peronismo había conseguido hacer de Argentina una sociedad de expectativas, acostumbrada a que el Estado omnipresente le resolviera todos los problemas y le procurara una buena parte de sus ingresos.

Pues bien, Zapatero ha dejado claro en el debate sobre el estado de la nación que no piensa bajarse del burro peronista: Se limita a enunciar medidas que supondrán más gasto público, más déficit y más deuda, pero no propone la más mínima reforma estructural. Porque hay que defender las conquistas sociales y los derechos de los trabajadores mientras se les manda al paro por millones. Menos mal que la bendita y sabia omnisciencia del presidente ha acertado a señalarnos la vía del futuro: La llamada 'economía sostenible', la cual, aunque tenga la desdicha de no contar con las preferencias del desalmado e ignorante mercado, se sostendrá gracias a 25.000 millones de euros procedentes de nuestros castigados bolsillos. Qué fácil resulta propiciar la rentabilidad artificial de un sector con el dinero de los demás.

Y otra idea genial para que nuestra economía deje de depender del ladrillo: Cargarse prácticamente de un plumazo la deducción por vivienda, lo que a buen seguro traerá de cabeza, no a la sufrida clase media que quiera o deba comprarse una casa, sino a aquellos despiadados usureros que pretendan imponer precios abusivos. Se acabó la especulación inmobiliaria. Por lo demás, sólo ha atinado a copiar del PP una tímida reducción del Impuesto de Sociedades, que de bien poco va a servir si no se emprenden otras reformas fiscales. Y lo más ridículo de todo: El rescate cinco años después, y como gran medida en materia de educación, de su incumplida promesa de proporcionar un ordenador por alumno. ¿Acaso ha esperado a desembarazarse de Solbes?

Mientras este personaje continúe habitando en La Moncloa tendremos peronismo a raudales. Lo peor es que corremos serios riesgos de acabar como Argentina.

lunes, 11 de mayo de 2009

UNA ENCUESTA MUY SIGNIFICATIVA


Los prebostes del socialismo murciano deben estar tirándose de los pelos. El PP, tras catorce años gobernando en la Región, no sólo consolida su aplastante hegemonía, sino que va camino de aumentar aún más si cabe su arrolladora ventaja sobre el PSOE. Así lo señala la última encuesta publicada en Murcia sobre intención de voto con motivo de las próximas elecciones europeas, que arroja el siguiente resultado: PP, 61%; PSOE, 29%. Sencillamente demoledor. No es ya que los socialistas en Murcia no consigan ni remontar mínimamente: Incluso bajan casi cuatro puntos. Aún así, el vicesecretario Oñate, inasequible al desaliento, ha destacado que se les está reconociendo a los socialistas murcianos su labor de oposición, ya que la valoración de Pedro Saura, su todavía líder, ha subido unas cuantas décimas. Desde luego, quien no se consuela es porque no quiere.

La crisis económica, obviamente, está desgastando todavía más al PSOE, que es el partido que gobierna la nación y que, por tanto, ostenta más y mejores potestades para hacer frente a ella. En cambio, y pese a que la izquierda murciana culpa de la misma al que llaman 'modelo Valcárcel', no debilita, al menos de momento, al PP: Es más, casi un 38% considera que la gestión del Gobierno regional es buena o muy buena, frente a sólo un 17,6% que cree que es mala o muy mala. Por tanto, no parece haber calado en absoluto ese discurso que consiste en atribuir la responsabilidad de la crisis al Ejecutivo autonómico, cuyas competencias en materia de empleo y regulación de la economía y el mercado son muy limitadas. Además, y en líneas generales, los murcianos, plenamente conscientes del papel del agua como bien primordial y básico para el desarrollo de la Región, tienen claro quiénes han cerrado el grifo. Y en cuanto a la actitud concreta de los socialistas murcianos, además de su sumisión al tratar de justificar lo injustificable (con aquello de 'la nueva cultura del agua', 'más agua, más barata y en menos tiempo' y demás estupideces), su irresponsable demonización del sector que más puestos de trabajo generaba, el de la construcción, les está pasando la correspondiente factura.

Ni tan siquiera esas frecuentes dosis de titulares consistentes en detenciones de cargos y ex-cargos políticos (posteriormente puestos en libertad) e interesadas filtraciones de sumarios están haciendo la más mínima mella en el PP. ¿Qué más tiene que pasar, se preguntarán, desesperados, en el PSRM? Es de suponer que en esta ocasión se cuidarán muy mucho de reproducir aquellas desafortunadísimas declaraciones de la candidata socialista a la alcaldía de Murcia, en las que acusaba a los murcianos de ser complacientes con la corrupción. Pero la realidad es que ese estado de putrefacción institucionalizada que se nos ha querido vender no ha ido más allá de parafernalias mediáticas y casos puntualísimos. Y en este sentido, resulta harto revelador que 41 de las 43 denuncias presentadas por la Fiscalía, dirigida en Murcia por un insigne amigo del PSOE, hayan sido archivadas. También habrá quien tenga en cuenta la escasa autoridad moral del único partido, el de Filesa, condenado por financiación irregular, y, para más inri, liderado en Murcia por un experto 'retranqueador'.

jueves, 7 de mayo de 2009

EXPLÍQUESE, DON GERARDO



Ha tenido que ser un micrófono inesperadamente abierto el que nos desvele qué es lo que piensa el presidente de la CEOE, don Gerardo Díaz Ferrán, sobre cuál ha sido el problema específico de la crisis en España. Desde luego, no vamos a enmendarle la plana, porque tiene toda la razón del mundo.

Ahora bien, no estaría de más que, ya que ha sido pillado 'in fraganti' expresando una opinión que no puede desmentir, profundizara en su aserto, en esta ocasión de forma pública y notoria. En aras del especial tacto con el que debe pronunciarse el presidente de la Confederación de Empresarios, no haría falta ni que nombrara directamente al culpable como hizo en su 'conversación privada': Basta con que hiciera una referencia general a los errores que, por acción u omisión, se cometieron en aquellos cuatro años.

Sería oportuno que don Gerardo ejerciera por una vez de auténtico portavoz de los empresarios, incluidos los pequeños y medianos, pese a que la organización que encabeza goza aproximadamente de la misma representatividad que la de los sindicatos respecto a los trabajadores: Escasísima. Pero no hay razón alguna para que sólo la oposición política y expertos en economía desempeñen el papel de Pepito Grillo.

miércoles, 6 de mayo de 2009

PACHI, NO NOS DEFRAUDE


Está hecho. Tras treinta años de asfixiante hegemonía nacionalista, tenemos Gobierno constitucionalista en el País Vasco. Los que creemos en la nación española como garante de nuestras libertades estamos de enhorabuena. Y es que se nos presenta una oportunidad histórica para que los principios y valores de nuestra Constitución rijan por fin en esa bella región de España.

Esa ilusión que se frustró por poco en 2001, cuando Jaime Mayor Oreja y Nicolás Redondo Terreros, haciéndose eco del sobrecogedor 'Espíritu de Ermua' surgido tras el vil asesinato de Miguel Ángel Blanco, plantearon una alternativa constitucionalista con posibilidades de triunfo, se ha convertido ahora en gozosa realidad. A ellos, por mucho que haya quien desdeñe su hercúlea labor (entre ellos, por desgracia, el propio nuevo lehendakari), cabe agradecerles que allanaran un camino extremadamente difícil de transitar. Les corresponde una considerable parte del mérito.

Es momento también de rendir tributo, tal y como oportunamente han hecho Pachi López y Antonio Basagoiti en la sesión de investidura, a todas las víctimas del terrorismo etarra y a los cargos públicos del PP y del PSOE que dieron su vida por representar a España y la libertad. El sacrificio de estos héroes de la democracia debe ser indiscutible referencia de la acción del nuevo Ejecutivo vasco. Y a ellos hay que dedicarles esta indiscutible victoria de la causa constitucionalista.

El lehendakari López tiene por delante una labor especialmente azarosa: Desmantelar todo un régimen de nacionalismo obligatorio implantado por el PNV, incluida su extensa red clientelar tejida desde su omnímodo poder, va a ser tarea de titanes. Y sobre todo teniendo en cuenta que los nacionalistas, que se han apresurado a rechazar con muy malos modos su mano tendida, continúan gobernando en las diputaciones y en la mayoría de los ayuntamientos. Pero ahora al menos dispone de poderosos instrumentos para llevar a cabo la necesaria higiene. Y no debe vacilar para ponerse manos a la obra.

En líneas generales, y si descontamos su programa económico (socialista al fin y al cabo), el suyo fue un atinado discurso de investidura, ya que se centró en proponer soluciones al peor mal que aqueja al País Vasco: La falta de libertad, consecuencia de décadas de terror e imposición del pensamiento único nacionalista. Además, en la réplica, aunque sobraba su improcedente rechazo a la figura de Mayor Oreja (le guste o no, toda una referencia moral en la defensa de la Constitución), supo poner en su sitio a Ibarreche y Eguíbar, quienes, como buenos y genuinos peneuvistas, no reconocen más legitimidad que la derivada de sus delirios etnicistas.

Pero, tras unas palabras que han sonado francamente bien, es el momento de los hechos, ya que ahora toca afrontar el difícil cometido de gobernar. Confiemos en que don Francisco Javier 'Pachi' López no defraude las ilusiones y esperanzas que tenemos depositadas en él. Basta con que, lejos de seguir el ejemplo de sus compañeros de partido en Galicia, Baleares o Cataluña, sobre todo en materia de política lingüística, procure ser consecuente con los compromisos que ha adquirido en su investidura. Que así sea.

sábado, 2 de mayo de 2009

REACCIONARIOS


Lo normal en democracia es manifestarse contra decisiones o medidas tomadas por los poderes públicos, en cuanto afecten y puedan crear descontento en determinados sectores, más o menos amplios, de la sociedad. En cambio, son más bien propias de las dictaduras, desde la España de Franco a la Cuba de Castro, las grandes demostraciones de adhesión a los Gobiernos; ya que, obviamente, son las únicas que el régimen permite o, en la mayoría de las ocasiones, impulsa directamente.

Con motivo del 1 de mayo, día de San José Obrero, salieron a la calle unos sindicatos que, siempre que tienen ocasión, presumen de su carácter 'izquierdista'. Sin embargo, no se manifestaron contra el poder establecido, o un estado de cosas instalado, sino todo lo contrario: Por el mantenimiento del 'statu quo'. Se trata no obstante de una consecuencia lógica de su posición dentro de un sistema que le concede, amén de cuantiosas subvenciones y prebendas, una representatividad que en realidad no tienen: Apenas el 15 por ciento de los trabajadores se encuentra afiliado a un sindicato. Hay desde luego más posibilidades de que un asalariado esté inscrito en el PP que en UGT o en CCOO.

Ante la política económica del Gobierno y su más tangible 'conquista social', los (de momento) cuatro millones de parados, sus propuestas han sido claras y rotundas: Más rigidez laboral, más gasto público, más déficit y más impuestos. Mucho más de lo mismo. Es decir, aún más desempleo. Y ay de quienes se atrevan a proponer el más mínimo cambio o reforma. Contra ellos sí que dirigen sus invectivas, además de a quienes crean puestos de trabajo, incluidos autónomos y pequeños empresarios que se están viendo obligados a engrosar ellos mismos las listas del paro.

Aquellos que defienden unos determinados privilegios, normalmente los suyos, y rechazan cualquier innovación no son merecedores de otro calificativo que no sea el de reaccionarios. Y por mucho que se coloquen la etiqueta de 'progresistas'.