jueves, 30 de abril de 2009

LA CRISIS DEL CRÉDITO

En este vídeo divulgativo, que debería emitirse en las facultades de Economía de todas las Universidades del mundo, encontramos una sencilla, clara y amena explicación sobre los orígenes de la crisis crediticia. Atención a dos secuencias clave:
  • 1:22.- La Reserva Federal, dirigida por el injustamente venerado Alan Greenspan, y como respuesta al estallido de la llamada 'burbuja.com' y los atentados del 11-S, decide bajar los tipos de interés al 1 por ciento.
  • 6:50.- Las entidades financieras empiezan a conceder hipotecas 'subprime'. Es el punto de inflexión que lleva irremisiblemente al colapso del sistema.

En suma, una atinada y aleccionadora descripción de unos hechos que habría que evitar que volvieran a repetirse.

miércoles, 29 de abril de 2009

RECETAS LIBERALES, SÍ, SEÑORA


Ante una crisis tan intensa y virulenta como la que vivimos, una de las primeras medidas que toma cualquier familia o ciudadano medianamente responsable es apretarse el cinturón y reducir el gasto. Pero parece ser que Zapatero, en cambio, no cree conveniente que la Administración pública, gestora y recaudadora de nuestros impuestos, predique con el ejemplo. Así, no sólo no ha aprovechado su remodelación del Gobierno para disminuir el número de Ministerios, sino que incluso ha aumentado el aparato del Estado con la creación de una nueva vicepresidencia (la tercera, nada menos).
Al menos tenemos el consuelo de que determinados Gobiernos de Comunidades Autónomas sí han apostado por la austeridad mínimamente exigible en estos tiempos. Así, por ejemplo, tanto el de Murcia como el de Madrid redujeron hace unos meses sus Ejecutivos en tres consejerías. De la misma forma ha procedido el nuevo presidente de la Xunta de Galicia, Núñez Feijóo. E incluso Esperanza Aguirre ha decidido suprimir otra consejería más.

La señora De la Vega, ayuna de argumentos que justifiquen la supina incompetencia del Gobierno que vicepreside, reprochaba al PP en el Parlamento que sus soluciones pasan por 'la doctrina Aznar y la receta liberal'. Cabe agradecerle no obstante que, al no hacer uso del tan manido prefijo 'neo', haya identificado al antagonista, al liberalismo, por su verdadero nombre. A su vez, les conminaba a tomar ese tipo de medidas en las Comunidades Autónomas que gobiernan. Pues bien, en algunos sitios se han puesto manos a la obra: No sólo disminuyendo el gasto público, sino también bajando impuestos. En su momento, el Ejecutivo de Valcárcel rebajó en Murcia el IRPF en su tramo autonómico. Y, por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha anunciado la eliminación del recargo autonómico sobre el IAE y reducciones en el Impuesto de Matriculación y en el IRPF por compra de vivienda habitual.

En efecto, señora De la Vega. Son recetas liberales, que se aplican bajo la premisa de que donde mejor se encuentra el dinero es en el bolsillo de los cuidadanos. Y ahí debe originarse la reactivación económica, tal y como quedó demostrado a partir de 1996. Aunque no nos engañemos: La adopción de tales políticas en ámbitos regionales sólo puede ayudar a paliar el desastre, ya que corresponde al Gobierno de la nación bajar los grandes impuestos de titularidad y gestión estatal (como el IRPF y el Impuesto de Sociedades) y emprender las necesarias reformas estructurales. Pero, por desgracia, estamos ante un Ejecutivo, el más sectario de la historia de la democracia, que prefiere mantenerse incólume en su inquebrantable adhesión al ruinoso ideario socialista. Nos llevan a la catástrofe, pero quizá estén haciendo méritos para que algún día el PSOE les levante un monumento.

viernes, 24 de abril de 2009

¿A QUÉ HA VENIDO CHAVES?


Para este viaje no se necesitan alforjas. El flamante nuevo vicepresidente Chaves, tras rendir la correspondiente pleitesía al presidente de la 'nación' catalana y acatado sus inapelables directrices (quien manda, manda), podría haber tenido el detalle, que hubiera sido especialmente valioso en estos tiempos de crisis, de ahorrar al erario el resto de su ruta por la colonizada (por la Generalitat catalana y su 'Estatut') tierra ibérica. Aunque quizá pretende culminar su jubilación política con un completo circuito por la antaño llamada piel de toro, al modo de las excursiones del IMSERSO.
En su visita a Murcia, Chaves se ha encargado de dejarnos claro que del Ebro, ni hablar, que para algo llegó su secretario general al Gobierno con el apoyo de los independentistas catalanes. Que del AVE, ya veremos, que dependerá de cómo se levante Pepe Blanco cuando se le pida. Y, por supuesto, ni soñar con esa compensación económica que le corresponde a la Región de Murcia por el aumento de la población. Que ya tuvimos bastante 'deuda histórica' con la que se le pagó a él cuando era presidente de la Junta de Andalucía (por cierto, en la época del denostado Aznar). En suma, que no nos merecemos nada, ya que seguimos siendo malos chicos y votando al PP. Y entonces, ¿a qué ha venido Chaves? ¿A disfrutar de la maravillosa primavera murciana?
Para más inri, Zapatero necesita los 25 escaños del PSC para continuar alegrándonos la vida a los españoles. Aunque, en cualquier caso, principios constitucionales como los de solidaridad y cooperación hace tiempo que dejaron de existir en virtud de ese 'Estatut' que impone el trato de igual a igual entre España y Cataluña, como si de dos Estados distintos se tratase. Y es que mientras siga vigente, y dado su carácter flagrantemente anticonstitucional, el 'Estatut' catalán ejercerá de auténtica Carta Magna.
Por cierto, un 'Estatut' que se encuentra pendiente (¡todavía!) de una sentencia del Tribunal Constitucional. ¿Viviremos lo suficiente para verla?

jueves, 23 de abril de 2009

LA FOTO DEL MILAGRO


En abril de 1996 España no cumplía ninguno de los requisitos para entrar en la Unión Económica y Monetaria, ni en cuanto a déficit (6,6 %), ni a deuda pública (68,1%), ni a inflación (situada en niveles cercanos al 5%). Además, la tasa de paro era nada menos que del 23%, la Seguridad Social se encontraba en números rojos y el Estado en quiebra técnica. En suma, una situación económica calamitosa tras trece años de Gobiernos socialistas capitaneados por Felipe González.
Pero por aquellas fechas tomaba posesión un nuevo Ejecutivo presidido por José María Aznar. Y para hacer frente a su prioridad, que obligatoriamente había de ser intentar reparar la maltrecha economía española, decidió emprender una política de reformas basada en tres pilares: Drástica reducción del gasto público, profunda liberalización de la economía y audaz bajada de impuestos. Recetas de índole liberal, diametralmente opuestas a las aplicadas hasta entonces.
Los resultados no tardaron en hacerse visibles: En primer lugar, conseguimos entrar en el euro, algo que hacía apenas dos años parecía misión imposible. Por una vez, España llegaba a tiempo para tomar el tren de la historia. Además, se dio paso a un periodo de crecimiento económico y prosperidad sin precedentes: En 2004, año en que Aznar dejaría la presidencia del Gobierno, se alcanzó el superávit en las cuentas públicas; la Seguridad Social obtenía un saldo positivo, por lo que se pudo constituir un fondo de reserva; y la tasa de desempleo era tan sólo del 11,5%, gracias a la cual por fin lográbamos colocarnos también en ese indicador al nivel de los países más desarrollados. Habíamos pasado en poco tiempo de resignarnos a convivir con altos índices de paro a incluso aspirar a alcanzar el pleno empleo.
Hasta que un Gobierno socialista, y por ende manirroto y despilfarrador, ha vuelto a regir nuestros destinos. Zapatero se limitó a vivir de unas cuantiosas rentas, de las que incluso no se privaba de presumir como propias mientras se mantenía la inercia. Pero, claro, una herencia que se malgasta, por magnífica que sea, acaba agotándose. Y bien que estamos sufriendo las consecuencias, suficientemente conocidas. Ahora mismo, por ejemplo, no cumpliríamos ninguna de las condiciones para acceder al euro. Este significativo retroceso se ha producido en apenas cinco años. En cuanto a los índices de paro, han vuelto por donde solían; con el socialismo en el poder, claro. Y parece ser que, por desgracia, el crítico estado de nuestra economía es susceptible de empeorar aún más en los próximos años, según previsiones del Fondo Monetario Internacional. Sobre todo teniendo en cuenta el rechazo del PSOE a cualquier reforma estructural (y ay de quien se atreva a mentarlas) y su declarada intención de profundizar en sus contraproducentes políticas keynesianas y de expansión del gasto público. Agárrense, que vienen curvas.
Frente a un Ejecutivo, el de Zapatero, absolutamente superado por los acontecimientos y completamente a la deriva, hemos tenido precisamente ocasión de rememorar una foto: La que se tomó hace trece años en las escalinatas de La Moncloa, protagonizada por un Gobierno por el que, dado el nefasto legado que recibió y los arduos retos que tenía por delante, muy pocos apostaban. Sin embargo, bajo las premisas de reducir el intervencionismo del Estado e impulsar el protagonismo de la sociedad civil, fue capaz de obrar el milagro. Un prodigio que será necesario repetir para corregir una nueva catástrofe económica del socialismo.

lunes, 20 de abril de 2009

LEA EL LIBRO, PRESIDENTE OBAMA


No hay cumbre americana sin que el dictador de opereta que sojuzga a Venezuela dé la nota. Las payasadas y las salidas de pata de banco que en su momento protagonizara el siniestro tiranosaurio del Caribe debían tener continuación, y quién mejor que quien se considera su heredero como líder máximo de la izquierda revolucionaria latinoamericana. Sin embargo, en este caso no debería el presidente Obama despreciar el regalo de ese Tirano Banderas con boina roja. En ningún otro libro como en 'Las venas abiertas de América Latina' encontrará un mejor compendio de todos los credos, convencionalismos y prejuicios que guían el quehacer de esos modernos liberticidas que, comandados por el propio Chávez, se empeñan en extender la miseria por todo el hemisferio.
Cabe reconocerle una virtud indiscutible a la obra de Eduardo Galeano: Su magnífica redacción, como corresponde a un notable escritor como él. Por lo demás, y como buena hija de los colectivistas años 70, inspiró una corriente que todavía causa verdadero furor entre la izquierda en general: El tercermundismo, que prescribe que la riqueza, lejos de generarse dinámicamente por medio del esfuerzo, la motivación y la iniciativa individual, y por tanto favoreciendo la libertad, la propiedad y la seguridad jurídica, es un todo inerte e inmutable; algo así como una especie de botín que alguien ha de apropiarse necesariamente. De ahí, se asevera, el deficiente reparto de la misma, que no se debe a las políticas que penalizan su creación, sino a la explotación capitalista, al imperialismo yanqui (continuación de los colonialismos) y al saqueo de las multinacionales. En suma, al malvado neoliberalismo, eufemismo (que ahora se combina con el vocablo 'neocon') con el que se ha querido identificar al verdadero enemigo de cualquier liberticida que se precie: El auténtico y genuino liberalismo. Y sin que falte, por supuesto, ese tono victimista que tantos servicios ha prestado siempre a los apóstoles políticos del populismo latinoamericano, que encuentran en ello la coartada perfecta para eludir responsabilidades y continuar empobreciendo a sus gobernados.
Esta concepción de la economía y de la acción humana, que pese a su carácter erróneo y disparatado se imponía en los medios políticos, periodísticos y académicos dada su fácil pero efectiva apelación a las vísceras, triunfaba en Latinoamérica antes incluso de que Galeano la expusiera. Significativa muestra de ello fueron las teorías neomarxistas de la dependencia propugnadas por la CEPAL. Y, aterrizando en la cruda (crudísima en este caso) realidad política, el peronismo asolaba Argentina, Cuba era ya víctima del comunismo y constituía una lamentable tradición por aquellos lares el surgimiento de regímenes dictatoriales del más diverso pelaje (Pérez Jiménez, Trujillo, Stroessner, Velasco Alvarado...), pero con un claro denominador común: El antiliberalismo. Porque la anulación de la libertad económica es la otra cara de la misma moneda de la supresión de las libertades políticas. De lo que se trata siempre es de reducir al máximo la capacidad de iniciativa individual para que el Estado pueda controlar mejor las vidas y haciendas. Y en ello están ahora el chavismo y sus satélites.
Por tanto, 'Las venas abiertas de América Latina' es una lectura muy recomendable para conocer de primera mano esas mismas doctrinas e 'ideas-fuerza' que suponen un auténtico lastre para la región e impiden su desarrollo y prosperidad. Ahora bien, no estaría de más que alguien le sugiriera al presidente Obama que la complementara con otras, desde luego. Por ejemplo, 'Del buen salvaje al buen revolucionario', de Carlos Rangel (compatriota de Chávez, por cierto), que surgió precisamente como reacción al ensayo de Galeano. O bien, 'Manual del perfecto idiota latinoamericano' (título ya de por sí suficientemente expresivo), de Álvaro Vargas Llosa, Plinio Apuleyo Mendoza y Carlos Alberto Montaner. Y también, y de este último, 'Las raíces torcidas de América Latina', libro imprescindible para entender las peculiaridades históricas de Latinoamérica. De esta forma obtendrá una panorámica más completa de asunto tan complejo.

jueves, 16 de abril de 2009

SHHHH...NI RECHISTAR...


Hay serios riesgos de que un francés que ha llegado a ser nada menos que Presidente de la República, y por tanto encarnación de la 'grandeur' nacional, se convierta en un megalómano redomado. Si no lo ha sido ya, claro. Y si además ha conseguido conquistar a una de las divas más deseadas del mundo, esa probabilidad se convierte irremisiblemente en certeza.
En una distendida cena con parlamentarios en el Elíseo, Sarkozy se mostró en toda su mismidad y dio ruenda suelta a sus pensamientos y reflexiones más inconfensables, al menos desde el punto de vista de la política internacional. No se limitó a tachar de dócil, en un alarde de ingratitud, a la canciller Ángela Merkel, su inseparable 'pareja de hecho' en la defensa de los intereses del hasta ahora irreductible eje franco-alemán. Además, y tras acusarle de copiar de él su anunciada reforma de la televisión pública, se permitió dudar de la inteligencia de nuestro presidente del Gobierno.
Hombre, que el líder de la oposición le haya calificado de 'bobo solemne', pase. ¡Pero Sarkozy, con quien ha compartido tantos grandiosos e inolvidables momentos, tantas cumbres, tantas confidencias, tantas complicidades, tantas risas...! Y, sobre todo, que tan generoso ha sido siempre con él. ¡Por ejemplo, no hubiera sido posible codearse con el mismísimo Obama sin su oportuna intercesión!
Pero no hay que perder la calma. Apliquemos altas dosis de 'talante' y templemos gaitas, no vayamos a contrariar más de la cuenta a nuestro gran patrón Sarko y pongamos en peligro el arrendamiento de esa famosa 'sarkosilla' que tantas glorias está proporcionando a nuestro presidente. Ni se nos ocurra rechistar.

lunes, 13 de abril de 2009

MÁS PARO, MÁS DÉFICIT Y AÚN MÁS PARO




Zapatero no está por la labor de hacer frente al alarmante y acuciante problema del paro, sino de intentar por todos los medios sobrevivir políticamente a él. Máxime ahora, cuando las encuestas señalan que la crisis económica empieza a pasar una muy seria factura a un Gobierno que, pese a todos sus esfuerzos propagandísticos, está acreditando una incapacidad verdaderamente atroz. Y es que el mejor 'marketing' del mundo se torna ineficaz cuando no puede ocultar una cruda realidad que, para más inri, afecta a cada vez más gente de carne y hueso.
El presidente, por tanto, le ha visto las orejas al lobo y se ha puesto manos a la obra. Sin embargo, su reciente remodelación del Ejecutivo no va a implicar precisamente un cambio de estrategia; bien al contrario, al suministrarle un cariz total y absolutamente político (un Gobierno hecho a imagen y semejanza de un 'activista' como es él) y desembarazarse en consecuencia de cualquier 'técnico' que pudiera frenar sus afanes derrochadores (caso del dimisionario Vegara), profundizará aún más si cabe en la onerosa y explosiva combinación de la que ha hecho uso y abuso: Más propaganda financiada por el Estado, es decir, por los impuestos de todos, y más gasto público desbocado, a costa de seguir aumentando el déficit.
Los brazos ejecutores de los designios del presidente parecen a primera vista claros: El inefable Pepe Blanco, al frente del Ministerio más inversor (o gastador, según se mire), se encargará de dejar pequeños los grandilocuentes como estériles planes keynesianos de Zapatero. Por ende, tendremos más obra pública improductiva. Y por su parte, la vicepresidenta económica Elena Salgado, tras poner en cintura a fumadores, bebedores y comilones, se mostrará en cambio especialmente generosa a la hora de proveer del erario.
En este sentido, la experiencia socialista demuestra que incluso se puede hacer de la necesidad virtud y ampliar de manera considerable el número de personas dependientes de los subsidios del Estado y que, por tanto, puedan sentirse en deuda con el Gobierno de turno. De la creación de bolsas de voto cautivo como decisivo factor electoral puede impartir lecciones el otro nuevo vicepresidente, Manuel Chaves, que ha sido capaz de mantener la hegemonía del PSOE en Andalucía pese a alcanzar niveles escandalosamente cercanos al 30 por ciento de paro.
Así pues, lejos de generar condiciones que propicien más y mejores posibilidades de acceder a un puesto de trabajo, Zapatero prefiere ofrecer a los casi cuatro millones de desempleados el siguiente horizonte: La condena 'cuasi-divina' de permanecer en el paro, prácticamente 'ad kalendas graecas', pero el disfrute de continuar malviviendo de las dádivas del Gobierno. Al menos, por un año más, mientras se pueda exprimir hasta el último céntimo de los impuestos que pagarán nuestros nietos. Y es que la respuesta, típicamente socialista, del Ejecutivo del PSOE al drama del desempleo se limita a engordar aún más el déficit, lo que a su vez provocará más paro. Pero que a Zapatero le quiten 'lo bailao'. Ya vendrán otros a arreglar el desaguisado... si pueden.

martes, 7 de abril de 2009

'DO UT DES'


Si queremos situar los intereses de España en el primer plano del panorama internacional, es imprescindible mantener buenas relaciones con la nación más poderosa de la tierra, que, nos guste o no, es indiscutiblemente los Estados Unidos de Norteamérica. Así pues, no cabe sino calificar de excelente noticia que, tras cinco años de desencuentros, una Administración estadounidense haya decidido al menos tener en consideración al Gobierno de España. Pero no hemos de quedarnos ahí, sino que debemos intentar establecer vínculos más fuertes e intensos, capaces de reportar mayores beneficios para nuestro país. Lo cual, dados los antecedentes y la escasa fiabilidad mostrada por nuestro Gobierno, llevará su tiempo y esfuerzo.
Nos quieren vender ahora que ese umbral de recuperación de la amistad perdida ha sido posible gracias al 'feeling' entre Obama y Zapatero: Ambos, aseveran, tienen muchas coincidencias ideológicas y, por ende, una visión del mundo similar. Son 'progresistas' y, además, 'talantosos'. Pero nada más lejos de la realidad. Tras la monumental metedura de pata de Kosovo, nuestro presidente no ha tenido más remedio que envainársela (una vez más) y comprometerse a enviar un contingente a Afganistán, en un nuevo episodio de la guerra (guerra, sí) que las democracias occidentales, bajo el liderazgo de los Estados Unidos, están (estamos) librando contra el terrorismo islamista. Pese a que esta descripción de los hechos no casa en absoluto con el lenguaje pacifista y buenista de nuestra progresía moderna, se trata de la pura verdad. Y es que las relaciones internacionales están impregnadas de realismo, una corriente que, basada en el principio del 'do ut des', ha inspirado tradicionalmente a la política exterior estadounidense. Y con indudable éxito.
Por tanto, el intercambio ha sido el siguiente: Tú me envías tropas a Afganistán y yo me reúno contigo, por supuesto que con foto incluida. De esta forma consiguió por fin Zapatero su tan perseguida instantánea con el aún idolatrado presidente norteamericano. Pero algún conmilitón suyo que no debe quererle mucho se encargó de estropearle su particular lunes de gloria al filtrar ese mismo día a la prensa su prevista remodelación del Gobierno, que además se vio obligado a adelantar. Vaya, para algo que le sale bien últimamente... ¿Acaso empieza Zapatero a perder el control de su propio partido? Puede ser que hasta el propio presidente sea consciente de ello, y ahí puede residir una de las claves por las que haya decidido constituir un Ejecutivo de fin de ciclo.

viernes, 3 de abril de 2009

LA CODICIA, LOS PARAÍSOS FISCALES... ¿Y LOS BANCOS CENTRALES, QUÉ?


La codicia. Para Obama ahí se encuentra el germen de los actuales males. Nada más apropiado para un nuevo Mesías que impartir moralina. Argumento tan simplista y cargado de populismo tuvo inmediato eco en buena parte de los gobernantes, entre ellos nuestro Zapatero, que lo repitió cual loro. Supongo que algún día nos explicarán estos líderes preclaros cómo es posible generar riqueza y dinamismo económico sin expectativa de afán de lucro y búsqueda de beneficios. Dentro de las reglas de juego y los principios del libre mercado, claro. Aunque para codicia, la de determinados políticos que acumulan varios y sustanciosos sueldos, y lo que es mucho peor, a costa del dinero de nuestros impuestos.
Eso sí, nuestros brillantes mandamases no podían conformarse con mentar a uno de los siete pecados capitales, sólo susceptible de condena cuando rindamos cuentas ante el Altísimo (que todavía no es Obama). Había que buscar a un culpable más concreto y específico. Y qué mejor paradigma de la codicia que los llamados paraísos fiscales, a los que se han lanzado a colocarle el sambenito mediante la publicación de una lista que ya ha levantado alguna que otra ampolla. Pretenden convencernos de que meterlos en cintura y resolver la crisis será prácticamente todo uno. ¿Tan grande es la capacidad de distorsión de un grupo de pequeños y en algunos casos insignificantes países? ¿O se trata simple y llanamente de recaudar un dinero que escapa a su control?
No es de extrañar, sobre todo si tenemos en cuenta en qué consiste la otra medida 'estrella': Inyectar un billón de dólares, procedentes (de dónde si no) de nuestros impuestos, al Fondo Monetario Internacional para subvencionar a los llamados países en desarrollo. En este aspecto, nada nuevo bajo el sol: Las estériles iniciativas de siempre, que suponen pan para hoy y hambre para mañana. La mejor manera de luchar contra la pobreza en el mundo es, además de favorecer la implantación de Estados de derecho que garanticen la propiedad y la seguridad jurídica, levantar las barreras al libre comercio internacional. Dejemos que las naciones menos desarrolladas compitan e introduzcan sin impedimentos sus productos en nuestros mercados. Porque está muy bien abjurar del proteccionismo y cantar las virtudes de la libertad de comercio, tal y como se ha hecho en la última cumbre del G-20, pero mucho mejor sería procurar ser consecuentes de una vez.
Así pues, las conclusiones han sido patentes: Lucha sin cuartel contra la codicia (a ver si algunos se aplican el cuento) y contra los refugios fiscales (de lo que quizá también deba tomar cumplida nota algún asistente a la cumbre). Y a emprender el camino fácil de seguir disparando con pólvora del rey, claro. ¿Y los Bancos Centrales, qué? ¿Qué hay de los principales responsables de la crisis galopante que nos asola? Pese a que su monetarismo expansivo y el consiguiente abaratamiento artificial del dinero ha provocado el colapso del sistema, nadie ha sido capaz tan siquiera de plantear la reconsideración de su papel. Lástima que la experiencia no haya servido para reducir la nociva influencia de la política monetaria de los Bancos Centrales, que deberían limitarse a ejercer de organismos reguladores.
Bien al contrario, las autoridades monetarias, animadas por los Gobiernos, se empeñan en echar más leña al fuego colocando los tipos de interés por los suelos, e incluso imprimiendo billetes. Si nos empecinamos en el error y nos negamos a agarrar el toro por los cuernos, no conseguiremos sino alargar la crisis. Aunque siempre se le podrá echar la culpa al capitalismo.

jueves, 2 de abril de 2009

FONDO ZP: UN PAN COMO UNAS TORTAS


18 de diciembre de 2008. Pleno del Congreso de los Diputados. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, comparece para presentar su 'plan de impulso a la actividad económica y el empleo'. Pronostica ante sus señorías que, gracias al mismo, y merced a los 33.000 millones del fondo estatal que propiciarán 'un ritmo intenso de actuaciones de obras públicas', a partir de marzo se generará 'un volumen muy estimable de empleo'.
Datos del INEM de marzo de 2009: Subida histórica del paro en 123.543 personas, que ya supera los 3,6 millones. Es la primera vez que el desempleo aumenta en un mes de marzo desde 1993, durante la anterior recesión que tuvimos en España; también, recordemos, bajo un Gobierno socialista. Ni las irrupciones garzonitas, especialmente oportunas estos días a propósito del escándalo de la quiebra de Caja Castilla-La Mancha, pueden ocultar realidad tan trágica.
Si de algo está sirviendo el cacareado y propagandístico 'Fondo Zapatero' es para que los Ayuntamientos atiendan necesidades puntuales, tales como adecentar calles, soterrar contenedores o instalar césped artificial en los campos de fútbol. Pero el empleo que crea es escaso y precario y, por tanto, como buen y genuino plan keynesiano, se está mostrando ineficaz en su supuesto objetivo de reducir el desempleo. Y es que mientras no se favorezca que la generación de empleo parta de la sociedad civil, y no de los recursos retraídos por un Estado que produce una demanda artificial, haremos un pan como unas tortas.
Pese a todo, hay que reconocer que Zapatero está viviendo auténticos momentos de gloria. Antes de partir hacia Londres para aleccionar a los dirigentes políticos más poderosos de la tierra sobre cómo resolver la crisis, sus peticiones de cariño hacia el Congreso de la UGT obtuvieron justa correspondencia. Porque, por mucho que sea el presidente del Gobierno con más parados de la historia, es por encima de todo 'colega' del sindicato y, como tal, merecedor de las aclamaciones y ovaciones que le dedicaron los delegados sindicales. Vaya papelón. Y como les queda tan lejos el drama del paro, reiteran su rechazo a cualquier reforma de una legislación laboral heredada del franquismo. Cuando estos izquierdistas insobornables dicen defender 'las conquistas sociales', deben referirse a los logros del camarada Girón de Velasco y de aquel Sindicato Vertical que parecen empeñarse en resucitar.