El gran fraude, por fin puesto al descubierto, de Jordi Pujol supone ni más ni menos que la plasmación, más que simbólica y tremendamente significativa, de una gigantesca mentira: la del nacionalismo catalán que durante décadas ha encarnado. Sí, la de aquel al que la izquierda (nacional española) ha concedido siempre un 'plus' de legitimidad democrática por su alardeado 'pedigrí' antifranquista, y con el que la derecha (nacional española) ha solido pretender encontrar coincidencias ideológicas. Aquel al que, en consecuencia, no ha sido objeto más que de mimos y tratos de privilegio desde la misma transición democrática. Así, su inicial y supuesto moderantismo y pragmatismo (personalizado en aquel a quien se le ha llegado a presentar como 'hombre de Estado' -'Español del año' para el 'ABC' de Anson-, y cada vez que con su apoyo parlamentario, no precisamente desinteresado, sostenía al Ejecutivo -nacional español- de turno 'para garantizar la gobernabilidad del Estado') sirvió para ocultar en cierto modo, y sobre todo ante determinados incautos (voluntarios e involuntarios) de la política (nacional española), su verdadero objetivo, derivado de su razón de ser y existir, y que finalmente no ha tenido más remedio que exhibir y declarar: romper la unidad de España, separar a Cataluña de España.
No, desde luego, para hacer a los catalanes más libres (aspiración radicalmente incompatible con los modos y maneras de un régimen de pensamiento único como es el vigente del nacionalismo en Cataluña, como por desgracia lleva años advirtiéndose), sino para que una élite política local y regional logre acumular todo el poder, y convertirlo así en incontestable; para que, por ejemplo, muchos de los que precisamente se envuelven en la 'senyera' y proclaman con su característico victimismo fariseo aquello de 'Espanya ens roba', puedan cometer desfalcos y apropiarse de lo ajeno (y de lo público) con total impunidad. Porque, por ejemplo, qué cuentas tendrían que rendir y ante quién la familia Pujol y sus testaferros en una Cataluña plenamente 'nacional' y, por tanto, desgajada de España (y su Estado de Derecho).
Y es que al caso del nacionalismo catalán sí es absolutamente aplicable la conocida sentencia de Samuel Johnson: 'El patriotismo es el último refugio de los canallas'. Y tanto.
martes, 29 de julio de 2014
viernes, 25 de julio de 2014
SOLO HABÍA QUE LIBERALIZAR (UN POCO)
Aunque, afortunadamente, empieza a no ser
noticia que el paro baje, sí es de justicia resaltar que los últimos datos de la Encuesta de Población Activa plasmen un descenso sin precedentes: concretamente, en más de 310.000 personas durante el
segundo trimestre del año, lo que supone la mayor caída trimestral de
toda la serie histórica. Además, se han generado más de 400.000 empleos
netos, cifra que no se conocía desde nada menos que 2005, en plena
expansión económica.
Asimismo, en los últimos doce meses el empleo creció en más de 190.000 personas, la primera evolución positiva desde que comenzó la crisis. Todo lo cual lleva a que la tasa de paro descienda por fin del 25%: exactamente, al 24,47%; porcentaje, aunque inflado (porque es innegable el peso de la economía sumergida, sobre todo en las regiones del Sur y el Levante), todavía inasumible en un país desarrollado como es el nuestro y que nos indica lo muchísimo que queda todavía por hacer en este terreno.
Sea como fuere, son guarismos que confirman el muy positivo cambio de tendencia en el mercado laboral español; no tanto por el hecho de que descienda el paro y se cree empleo en un periodo especialmente favorable, sino por la intensidad con la que se está haciendo, capaz de batir todas las marcas. Y una vez más cabe destacar que la economía española genere puestos de trabajo, y a un ritmo inusualmente alto, con un aumento del Producto Interior Bruto inferior al 1%, cuando antes era necesario crecer entre el 2 y el 3%: por tanto, y sin desmerecer el peso y la importancia de otras reformas económicas estructurales, bastaba con modernizar, flexibilizar y, en suma, liberalizar mínimamente un rígido y burocratizante sistema laboral (básicamente heredado del paternalista franquismo, por cierto) para hacer posible lo que antes se consideraba una auténtica quimera.
Asimismo, en los últimos doce meses el empleo creció en más de 190.000 personas, la primera evolución positiva desde que comenzó la crisis. Todo lo cual lleva a que la tasa de paro descienda por fin del 25%: exactamente, al 24,47%; porcentaje, aunque inflado (porque es innegable el peso de la economía sumergida, sobre todo en las regiones del Sur y el Levante), todavía inasumible en un país desarrollado como es el nuestro y que nos indica lo muchísimo que queda todavía por hacer en este terreno.
Sea como fuere, son guarismos que confirman el muy positivo cambio de tendencia en el mercado laboral español; no tanto por el hecho de que descienda el paro y se cree empleo en un periodo especialmente favorable, sino por la intensidad con la que se está haciendo, capaz de batir todas las marcas. Y una vez más cabe destacar que la economía española genere puestos de trabajo, y a un ritmo inusualmente alto, con un aumento del Producto Interior Bruto inferior al 1%, cuando antes era necesario crecer entre el 2 y el 3%: por tanto, y sin desmerecer el peso y la importancia de otras reformas económicas estructurales, bastaba con modernizar, flexibilizar y, en suma, liberalizar mínimamente un rígido y burocratizante sistema laboral (básicamente heredado del paternalista franquismo, por cierto) para hacer posible lo que antes se consideraba una auténtica quimera.
miércoles, 16 de julio de 2014
POR LA NACIÓN DE CIUDADANOS LIBRES E IGUALES
Por la defensa de la España constitucional que, desde la gloriosa 'Pepa' de 1812, protege y garantiza los derechos y libertades individuales, la igualdad ante la ley y la soberanía y unidad de la nación. Contra el nacionalismo etnicista, disgregador, separatista y reaccionario. Me adhiero al Manifiesto de los Libres e Iguales.
España vive un momento crítico.
El secesionismo catalán pretende romper la convivencia entre los españoles y destruir su más valioso patrimonio: la condición de ciudadanos libres e iguales. El nacionalismo antepone la identidad a la ciudadanía, los derechos míticos de un territorio a los derechos fundamentales de las personas, el egoísmo a la solidaridad. Desprecia el pluralismo social y político, y cuando trata de establecer fronteras interiores arrincona como extranjeros en su propio país a un abrumador número de ciudadanos.
El secesionismo catalán se hermana con el populismo antieuropeo y promueve la derrota de la democracia española. Evitar esa derrota es responsabilidad de todos y la primera obligación de los partidos políticos.
Hasta ahora el desafío secesionista no ha recibido la respuesta que merece. España es hoy un Estado a la defensiva y en sus élites prevalecen el tacticismo y la resignación. No existe un auténtico debate público sobre el fondo gravemente reaccionario del nacionalismo ni sobre las consecuencias de su proyecto para la libertad, la igualdad y la seguridad de los ciudadanos. En cambio proliferan maniobras opacas para ofrecer nuevos privilegios al nacionalismo a costa de la soberanía de los españoles.
En estas circunstancias, los abajofirmantes, ciudadanos radicalmente comprometidos con los principios constitucionales de la libertad y la igualdad, entendemos que es imprescindible abrir un debate público que informe y comprometa al conjunto de los españoles. Nosotros asumimos la responsabilidad y pasamos a la acción.
Reclamamos al Estado que aplique toda la ley y advierta con claridad de las consecuencias de violarla. Ninguna infracción debe quedar impune y ninguna sentencia puede ser desacatada.
Pedimos a los partidos políticos que se identifican con los principios de libertad, igualdad, justicia y solidaridad que demuestren su compromiso con hechos. El Partido Popular, el Partido Socialista, Unión Progreso y Democracia, Ciudadanos, y cuantas formaciones quieran preservar las bases de nuestra convivencia democrática, deben:
Finalmente, nos dirigimos a todos los ciudadanos españoles.
Les pedimos que trabajen organizadamente por la deslegitimación intelectual y política del nacionalismo y que se movilicen con nosotros en defensa de la comunidad de libres e iguales que es responsable de la época más justa y fértil de la historia de España.
Cayetana Álvarez de Toledo, historiadora • Ramón Arcusa, músico • Eduardo Arroyo, pintor • Aurelio Arteta, filósofo • Isabel Azcárate, abogada • Félix de Azúa, escritor • Carlos Belmonte, neurocientífico • Isabel Benjumea, empresaria • Roberto Blanco Valdés, jurista • Albert Boadella, dramaturgo • Juan Bonilla, escritor • Jorge Bustos, periodista • Dolors Caminal, pintora • Jacobo Elosua, economista • Arcadi Espada, periodista • Carlos Falcó, empresario • José María Fidalgo, médico • Alfonso Galindo, filósofo • José Luis Garci, cineasta • Ricardo García Cárcel, historiador • Pedro García Montalvo, escritor • Daniel Gascón, escritor • David Gistau, periodista • Ramón González Ferriz, ensayista • Andrés González López, economista • Santiago González, periodista • Carlos Herrera, periodista • Felipe Hernández Cava, guionista • Carmen Iglesias, historiadora • Federico Jiménez Losantos, periodista • Jon Juaristi, escritor • Carmen Ladrón de Guevara, abogada • José María Larrea, empresario • Joaquín Leguina, economista • Teodoro León Gross, filósofo y periodista • Abelardo Linares, poeta y editor • José María Martín Patino, sacerdote • Jorge Martínez Reverte, escritor • Rocío Orsi Portalo, filósofa • Félix Ovejero, economista • Ángeles Pedraza, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo • Xavier Pericay, escritor • Miguel Ángel Quintana Paz, filósofo • Nicolás Redondo Terreros, jurista • Javier Reverte, escritor • Ramón Rodríguez, filósofo • Javier Rupérez, diplomático • Óscar Sánchez Alonso, periodista • Fernando Sánchez Dragó, escritor • Eloy Sánchez Rosillo, poeta • Fernando Santiago, periodista • Fernando Savater, filósofo • Felipe Serrano, economista • Juan José Solozábal, jurista • Adolfo Suárez Illana, abogado • Hermann Tertsch, periodista • Gabriel Tortella, historiador y economista • Andrés Trapiello, escritor • Enrique Ujaldón, filósofo • Mario Vargas Llosa, escritor.
Adhiérase aquí.
MANIFIESTO DE LOS LIBRES E IGUALES
España vive un momento crítico.
El secesionismo catalán pretende romper la convivencia entre los españoles y destruir su más valioso patrimonio: la condición de ciudadanos libres e iguales. El nacionalismo antepone la identidad a la ciudadanía, los derechos míticos de un territorio a los derechos fundamentales de las personas, el egoísmo a la solidaridad. Desprecia el pluralismo social y político, y cuando trata de establecer fronteras interiores arrincona como extranjeros en su propio país a un abrumador número de ciudadanos.
El secesionismo catalán se hermana con el populismo antieuropeo y promueve la derrota de la democracia española. Evitar esa derrota es responsabilidad de todos y la primera obligación de los partidos políticos.
Hasta ahora el desafío secesionista no ha recibido la respuesta que merece. España es hoy un Estado a la defensiva y en sus élites prevalecen el tacticismo y la resignación. No existe un auténtico debate público sobre el fondo gravemente reaccionario del nacionalismo ni sobre las consecuencias de su proyecto para la libertad, la igualdad y la seguridad de los ciudadanos. En cambio proliferan maniobras opacas para ofrecer nuevos privilegios al nacionalismo a costa de la soberanía de los españoles.
En estas circunstancias, los abajofirmantes, ciudadanos radicalmente comprometidos con los principios constitucionales de la libertad y la igualdad, entendemos que es imprescindible abrir un debate público que informe y comprometa al conjunto de los españoles. Nosotros asumimos la responsabilidad y pasamos a la acción.
Reclamamos al Estado que aplique toda la ley y advierta con claridad de las consecuencias de violarla. Ninguna infracción debe quedar impune y ninguna sentencia puede ser desacatada.
Pedimos a los partidos políticos que se identifican con los principios de libertad, igualdad, justicia y solidaridad que demuestren su compromiso con hechos. El Partido Popular, el Partido Socialista, Unión Progreso y Democracia, Ciudadanos, y cuantas formaciones quieran preservar las bases de nuestra convivencia democrática, deben:
1. Reivindicar
la Constitución como consigna de ciudadanía y convivencia, sin
renunciar a las reformas cíclicas que permitan que España sea una nación
cada vez más integradora y de mayor calidad democrática.
2. Rechazar
cualquier negociación que con el pretexto de evitar el conflicto que
plantea el secesionismo catalán limite la soberanía del conjunto de los
ciudadanos y el ejercicio de sus derechos.
3. Alcanzar
un pacto público, solemne y conciso que establezca un compromiso
transversal de unidad de acción frente al secesionismo y garantice la
decisión de someter al referendo común cualquier alteración de las bases
constitucionales.
Finalmente, nos dirigimos a todos los ciudadanos españoles.
Les pedimos que trabajen organizadamente por la deslegitimación intelectual y política del nacionalismo y que se movilicen con nosotros en defensa de la comunidad de libres e iguales que es responsable de la época más justa y fértil de la historia de España.
En Madrid, a 15 de julio de 2014
PRIMEROS FIRMANTES
Cayetana Álvarez de Toledo, historiadora • Ramón Arcusa, músico • Eduardo Arroyo, pintor • Aurelio Arteta, filósofo • Isabel Azcárate, abogada • Félix de Azúa, escritor • Carlos Belmonte, neurocientífico • Isabel Benjumea, empresaria • Roberto Blanco Valdés, jurista • Albert Boadella, dramaturgo • Juan Bonilla, escritor • Jorge Bustos, periodista • Dolors Caminal, pintora • Jacobo Elosua, economista • Arcadi Espada, periodista • Carlos Falcó, empresario • José María Fidalgo, médico • Alfonso Galindo, filósofo • José Luis Garci, cineasta • Ricardo García Cárcel, historiador • Pedro García Montalvo, escritor • Daniel Gascón, escritor • David Gistau, periodista • Ramón González Ferriz, ensayista • Andrés González López, economista • Santiago González, periodista • Carlos Herrera, periodista • Felipe Hernández Cava, guionista • Carmen Iglesias, historiadora • Federico Jiménez Losantos, periodista • Jon Juaristi, escritor • Carmen Ladrón de Guevara, abogada • José María Larrea, empresario • Joaquín Leguina, economista • Teodoro León Gross, filósofo y periodista • Abelardo Linares, poeta y editor • José María Martín Patino, sacerdote • Jorge Martínez Reverte, escritor • Rocío Orsi Portalo, filósofa • Félix Ovejero, economista • Ángeles Pedraza, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo • Xavier Pericay, escritor • Miguel Ángel Quintana Paz, filósofo • Nicolás Redondo Terreros, jurista • Javier Reverte, escritor • Ramón Rodríguez, filósofo • Javier Rupérez, diplomático • Óscar Sánchez Alonso, periodista • Fernando Sánchez Dragó, escritor • Eloy Sánchez Rosillo, poeta • Fernando Santiago, periodista • Fernando Savater, filósofo • Felipe Serrano, economista • Juan José Solozábal, jurista • Adolfo Suárez Illana, abogado • Hermann Tertsch, periodista • Gabriel Tortella, historiador y economista • Andrés Trapiello, escritor • Enrique Ujaldón, filósofo • Mario Vargas Llosa, escritor.
Adhiérase aquí.
lunes, 14 de julio de 2014
LA INCÓGNITA SÁNCHEZ
Desde
luego, entre el sectarismo de Madina y el olor a naftalina de Pérez
Tapias, mejor Pedro Sánchez, que al menos parece más moderado (aunque
esa misma impresión transmitía al principio Zapatero, la de ser una
especie de 'Tony Blair' a la española, y hay que ver cómo nos engañó a todos).
Eso sí, su elección como nuevo secretario general del PSOE no deja de
plantear una serie de incógnitas, que se acentúan
debido a su hasta hace poco escasísima presencia en la primera línea de la actualidad
política (la verdad es que algunos no le descubrimos hasta que empezó a
aparecer en tertulias políticas televisivas, donde además ha sabido
sacar provecho de sus indiscutibles dotes telegénicas).
Así, ¿será el suyo un breve interregno hasta la llegada triunfal e incontestable al liderazgo socialista de Susana Díaz, a la que además tanto le debe (no es hecho baladí que haya basado gran parte de su victoria en el voto de los militantes socialistas andaluces)?; pese a sus evidentes complejos ante el nacionalismo catalán, tan propios de cualquier 'progre' que se precie (cabe recordar que declaró que quería a Cataluña 'como nación'), ¿sabrá estar a la altura de las circunstancias en la defensa de la Constitución y la unidad de España frente al reto separatista catalán, ante lo que no le va a quedar más remedio que pronunciarse: bien situarse claramente junto a un Gobierno que no deja de ser del PP, bien colocarse en una calculada equidistancia (presentando otra vez la necedad del 'federalismo asimétrico' como bálsamo milagroso) para que no se le acuse de someterse a los designios de 'la derecha' (algo de lo que ya le han tachado)?; ¿hará del PSOE un partido socialdemócrata moderado que pretende recuperar el poder apelando al electorado ideológicamente más centrado (que es como se acaba ganando elecciones), o sucumbirá definitivamente a los cantos de sirena del 'podemismo' para competir con la ultraizquierda chavista en extremismo político e ideológico, situarlo extramuros del sistema y limitar así su estrategia de conquista del Gobierno a la mera posibilidad de construir un pacto de 'todos contra el PP'?
El tiempo dirá, aunque, por el bien de España y de nuestro régimen constitucional, sería conveniente que el nuevo líder del socialismo español despejara al menos las dos últimas incógnitas planteadas cuanto antes. Porque, por poco que nos identifiquemos con el socialismo o la socialdemocracia, el PSOE sigue siendo la otra pata sobre la que se mantiene la estabilidad institucional de nuestro sistema político.
Así, ¿será el suyo un breve interregno hasta la llegada triunfal e incontestable al liderazgo socialista de Susana Díaz, a la que además tanto le debe (no es hecho baladí que haya basado gran parte de su victoria en el voto de los militantes socialistas andaluces)?; pese a sus evidentes complejos ante el nacionalismo catalán, tan propios de cualquier 'progre' que se precie (cabe recordar que declaró que quería a Cataluña 'como nación'), ¿sabrá estar a la altura de las circunstancias en la defensa de la Constitución y la unidad de España frente al reto separatista catalán, ante lo que no le va a quedar más remedio que pronunciarse: bien situarse claramente junto a un Gobierno que no deja de ser del PP, bien colocarse en una calculada equidistancia (presentando otra vez la necedad del 'federalismo asimétrico' como bálsamo milagroso) para que no se le acuse de someterse a los designios de 'la derecha' (algo de lo que ya le han tachado)?; ¿hará del PSOE un partido socialdemócrata moderado que pretende recuperar el poder apelando al electorado ideológicamente más centrado (que es como se acaba ganando elecciones), o sucumbirá definitivamente a los cantos de sirena del 'podemismo' para competir con la ultraizquierda chavista en extremismo político e ideológico, situarlo extramuros del sistema y limitar así su estrategia de conquista del Gobierno a la mera posibilidad de construir un pacto de 'todos contra el PP'?
El tiempo dirá, aunque, por el bien de España y de nuestro régimen constitucional, sería conveniente que el nuevo líder del socialismo español despejara al menos las dos últimas incógnitas planteadas cuanto antes. Porque, por poco que nos identifiquemos con el socialismo o la socialdemocracia, el PSOE sigue siendo la otra pata sobre la que se mantiene la estabilidad institucional de nuestro sistema político.
miércoles, 9 de julio de 2014
DI STÉFANO: UN PEDAZO DE HISTORIA
'El fútbol de verdad terminó cuando entró el primer secador de pelo a un vestuario'.
'¡Champions, Champions de qué! ¿Qué carajo es eso de Champions? ¿Sabes qué significa la palabra?'.
'El balón está hecho de cuero, el cuero viene de la vaca, la vaca come pasto; así que hay que echar el balón al pasto'.
Genio y figura... hasta la sepultura. Don Alfredo di Stéfano, santo y seña del Real Madrid, sin cuya decisiva y magna aportación no puede entenderse su laureada historia, y, como tal, del fútbol español. Además, su calidad de argentino de pro no le impidió vestir como internacional, y con todo el orgullo del mundo, la camiseta de la Selección Española. De él siempre se ha escrito que le faltó jugar un Mundial, aunque él mismo se encargó en su momento de aclarar este extremo: '¡Claro que estuve en un Mundial! En Chile. Yo fui uno de los 22; no pude jugar por una lesión de columna, pero entrenaba con los compañeros. Si no hago yo el gol en Gales, España no se clasifica. El Mundial empieza antes, y yo estaba ahí'.
Don Alfredo, además de un verdadero artista del balón, sí fue el auténtico prototipo del futbolista total: atacaba, defendía, dirigía... y marcaba más goles que nadie. Tales virtudes le situán incluso por encima de un Pelé, un Cruyff o un Maradona y le hacen merecedor del título de mejor futbolista de todos los tiempos.
Como entrenador madridista no logró tantos éxitos (sí los tuvo en el Valencia), si bien le cabe el mérito de haber descubierto a la conocida como 'Quinta del Buitre', que marcaría una época en el club blanco: así, hizo debutar a los Butragueño, Sanchís, Míchel, Martín Vázquez y Pardeza. Cabe recordar aquella temporada 82-83 como 'míster' madridista, en la que, pese a disputar las finales de todas las competiciones haciendo gala de un fútbol muy apreciable, no consiguió ningún título. Fue quizá su gran frustración.
Incluso en el ámbito estrictamente extradeportivo, es de justicia resaltar su importantísima contribución a la mejora de la imagen de España, especialmente deteriorada en aquellos difíciles años de mediados y finales de los 50; ya que don Alfredo fue el verdadero emblema de un Real Madrid que, merced a sus memorables triunfos en el panorama deportivo internacional (cinco Copas de Europa consecutivas), ejerció durante aquella década de embajador de lujo de nuestro país.
Nos deja don Alfredo di Stéfano, y con él se nos va un importante pedazo de la historia, no solo del Real Madrid, sino de la España contemporánea en general; de tal forma que, gracias al sello impreso por el propio don Alfredo y su ejemplo inolvidable, ese trozo de historia se convierte en leyenda, que quedará siempre indeleble en nuestra memoria. Gracias, viejo.
'¡Champions, Champions de qué! ¿Qué carajo es eso de Champions? ¿Sabes qué significa la palabra?'.
'El balón está hecho de cuero, el cuero viene de la vaca, la vaca come pasto; así que hay que echar el balón al pasto'.
Genio y figura... hasta la sepultura. Don Alfredo di Stéfano, santo y seña del Real Madrid, sin cuya decisiva y magna aportación no puede entenderse su laureada historia, y, como tal, del fútbol español. Además, su calidad de argentino de pro no le impidió vestir como internacional, y con todo el orgullo del mundo, la camiseta de la Selección Española. De él siempre se ha escrito que le faltó jugar un Mundial, aunque él mismo se encargó en su momento de aclarar este extremo: '¡Claro que estuve en un Mundial! En Chile. Yo fui uno de los 22; no pude jugar por una lesión de columna, pero entrenaba con los compañeros. Si no hago yo el gol en Gales, España no se clasifica. El Mundial empieza antes, y yo estaba ahí'.
Don Alfredo, además de un verdadero artista del balón, sí fue el auténtico prototipo del futbolista total: atacaba, defendía, dirigía... y marcaba más goles que nadie. Tales virtudes le situán incluso por encima de un Pelé, un Cruyff o un Maradona y le hacen merecedor del título de mejor futbolista de todos los tiempos.
Como entrenador madridista no logró tantos éxitos (sí los tuvo en el Valencia), si bien le cabe el mérito de haber descubierto a la conocida como 'Quinta del Buitre', que marcaría una época en el club blanco: así, hizo debutar a los Butragueño, Sanchís, Míchel, Martín Vázquez y Pardeza. Cabe recordar aquella temporada 82-83 como 'míster' madridista, en la que, pese a disputar las finales de todas las competiciones haciendo gala de un fútbol muy apreciable, no consiguió ningún título. Fue quizá su gran frustración.
Incluso en el ámbito estrictamente extradeportivo, es de justicia resaltar su importantísima contribución a la mejora de la imagen de España, especialmente deteriorada en aquellos difíciles años de mediados y finales de los 50; ya que don Alfredo fue el verdadero emblema de un Real Madrid que, merced a sus memorables triunfos en el panorama deportivo internacional (cinco Copas de Europa consecutivas), ejerció durante aquella década de embajador de lujo de nuestro país.
Nos deja don Alfredo di Stéfano, y con él se nos va un importante pedazo de la historia, no solo del Real Madrid, sino de la España contemporánea en general; de tal forma que, gracias al sello impreso por el propio don Alfredo y su ejemplo inolvidable, ese trozo de historia se convierte en leyenda, que quedará siempre indeleble en nuestra memoria. Gracias, viejo.
martes, 8 de julio de 2014
'PODEMISMO' JUDICIAL
La
justificación por parte de la Audiencia Nacional del intento de asalto al
Parlamento catalán (es decir, del golpismo puro y duro) y los insultos,
coacciones y agresiones a los representantes políticos elegidos en las
urnas es ni más ni menos que una extensión del éxito del 'podemismo' (o
'pablemismo') a la sede judicial. Aunque, ciertamente, no es nada nuevo
el hecho de que ciertos jueces promotores del 'uso
alternativo del Derecho', por supuesto de tendencia progre, sitúen a la
ideología por encima de las mismas leyes y los derechos individuales
constitucionalmente reconocidos: solo hay que recordar recientes fallos
que, por ejemplo, han llegado a conceder carta de naturaleza legal e
incluso constitucional a la nefasta práctica de los 'escraches',
eufemismo que se utiliza para definir actos de acoso y ataque a la
intimidad personal y familiar.
Eso sí, tan abracadabrante sentencia sirve al menos para poner de nuevo de manifiesto el carácter liberticida del 'podemismo' (en este caso, en su vertiente judicial), como cabría esperar además de tamaña corriente de extrema izquierda; porque, al igual que hiciera días atrás el líder máximo, arremete contra unos 'medios privados' que cometen el pecado de no comulgar con la doctrina ultraizquierdista, o al menos de no bailarle el agua. Lo que nos transmite otra vez la idea que de pluralismo informativo y libertad de expresión tienen los apóstoles del 'podemismo': exactamente la misma que profesan y con tanto entusiasmo ponen en práctica los prebostes y matones del chavismo, su ejemplo a seguir, su faro del mundo (pese a que lo niegue Beatriz Montañez, esa referencia intelectual de la televisión); es decir, esos mismos que se han dedicado a cerrar canales y medios de comunicación no afectos al régimen, a los gritos gorilescos de 'expropiése' y 'está despedido'...
Así pues, que nadie se llame a engaño; que después vendrán los 'madres mías' si, gracias a nuestra aquiescencia o pasividad, consiguen acabar con nuestro sistema democrático y de libertades.
Eso sí, tan abracadabrante sentencia sirve al menos para poner de nuevo de manifiesto el carácter liberticida del 'podemismo' (en este caso, en su vertiente judicial), como cabría esperar además de tamaña corriente de extrema izquierda; porque, al igual que hiciera días atrás el líder máximo, arremete contra unos 'medios privados' que cometen el pecado de no comulgar con la doctrina ultraizquierdista, o al menos de no bailarle el agua. Lo que nos transmite otra vez la idea que de pluralismo informativo y libertad de expresión tienen los apóstoles del 'podemismo': exactamente la misma que profesan y con tanto entusiasmo ponen en práctica los prebostes y matones del chavismo, su ejemplo a seguir, su faro del mundo (pese a que lo niegue Beatriz Montañez, esa referencia intelectual de la televisión); es decir, esos mismos que se han dedicado a cerrar canales y medios de comunicación no afectos al régimen, a los gritos gorilescos de 'expropiése' y 'está despedido'...
Así pues, que nadie se llame a engaño; que después vendrán los 'madres mías' si, gracias a nuestra aquiescencia o pasividad, consiguen acabar con nuestro sistema democrático y de libertades.
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