lunes, 28 de febrero de 2011

UNA FATAL Y ASFIXIANTE ARROGANCIA


La gestión de un Gobierno incompetente y manirroto ha llevado a la nación a la práctica ruina económica, de la que será francamente difícil salir. Sin embargo, las brillantes mentes pensantes que anidan en Moncloa y aledaños se siguen viendo con la suficiente autoridad moral como para prescribirnos a individuos, familias y empresas en qué y cómo hemos de gastar. El mismo Ejecutivo socialista que, primero, negaba la crisis, y después se dedicaba a despilfarrar un dinero que no tenía y dejar pasar el tiempo esperando a que escampe, parece estar convencido de saber mejor que nosotros mismos qué es lo que nos conviene; en suma, de disponer de más conocimiento sobre las economías domésticas que una sociedad civil que, en cambio, desde el principio había tomado medidas de ahorro y ajuste para afrontar las turbulencias, entre otras razones porque a la fuerza ahorcan.

No de otra manera puede entenderse la última y genial ocurrencia de este Gobierno de nuestras entretelas: bajar el límite de velocidad máxima a 110 km/h en las carreteras españolas con el declarado objetivo de 'obligarnos' a ahorrar combustible. Porque los sufridos consumidores somos en general tan derrochadores que ni el hecho de que el precio de la gasolina se haya disparado tantísimo en las últimas semanas, y además en estos tiempos de estrecheces económicas, será capaz de persuadirnos; menos mal, qué sería de nosotros sin nuestro benéfico y paternal Gobierno, que quizá algún día no tenga más remedio que decretar el retroceso a la burra y al candil. Desde luego, el afán prohibicionista (y a la vez recaudatorio) de estos fanáticos del intervencionismo es cada vez más atroz.

Como nos alertaba Hayek, la 'fatal arrogancia' de los planificadores estatalistas les lleva a actuar como si dispusieran de toda la información existente en una sociedad, pretensión absolutamente irrealizable por cuanto: es humanamente imposible asimilar cantidad de datos tan desmedida; la información manejada por los agentes del mercado (trabajadores, empresarios y consumidores) es dispersa y subjetiva; los procesos económicos son dinámicos y cambiantes. Sin embargo, el Gobierno del PSOE cree poseer más sabiduría que los propios ciudadanos que interactúan libremente, y que por tanto se adaptan mejor a las variables circunstancias del mercado, y vuelve a inmiscuirse en nuestras vidas; ahora, para ordenarnos en qué y cómo hemos de ahorrar. Una arrogancia, en efecto, fatal y, en este caso, asfixiante. Porque la lista de prohibiciones y recortes a la libertad individual del zapaterismo es ya ingente. Y cabe temer que no terminará ahí, al menos mientras que a este Gobierno del intervencionismo compulsivo le quede una bocanada de aire.

miércoles, 23 de febrero de 2011

TIEMPO DE PALOMAS


14 de abril de 1986. En respuesta a un atentado terrorista que, auspiciado por el régimen de Muammar al-Gadafi, se cobró tres vidas y doscientos heridos en una discoteca de Berlín occidental, Estados Unidos y Gran Bretaña bombardean instalaciones militares y palacios presidenciales libios. Tamaño acto de flagrante 'unilateralismo' concitó las inmediatas condenas de la Asamblea General de la ONU y de la gran mayoría de los países europeos (entre ellos Francia y España, que negaron el uso de sus bases militares a norteamericanos y británicos), y por supuesto de China y la Unión Soviética. Tampoco tardaron en surgir en las calles de todo el mundo masivas manifestaciones contrarias al último alarde de demencia y prepotencia del brutal belicista Ronald Reagan y de su fiel lugarteniente (o 'prostituta', como la calificaría el propio Gadafi), Margaret Thatcher. Eso sí, a partir de entonces el rabioso 'perro loco' (Reagan 'dixit'), que había convertido Libia en un auténtico 'Estado gamberro' que promovía el terrorismo internacional, se fue haciendo cada vez más manso y dócil. Por desgracia, semejantes sátrapas no suelen entender otro lenguaje, puesto que, como enseña la historia, interpretan como debilidad la más mínima concesión por parte del enemigo.

Pero los tiempos en el panorama de las relaciones internacionales han cambiado, y mucho. Ahora no se lleva la firmeza, tanto diplomática como militar (las inevitables dos caras de la misma moneda), para disuadir a los criminales liberticidas y totalitarios de turno, sino la retórica y las palabras bonitas. Y por supuesto, sobre todo tras la experiencia de Irak, el 'multilateralismo'. Hace tiempo, en suma, que los halcones han sido sustituidos por las palomas. Hasta el punto de que tenemos como líder del mundo libre a un Premio Nobel de la Paz asombrosamente 'preventivo', que así puede verse forzado a no perder méritos como ilustre 'pacifista' en su siempre difícil ejecutoria como presidente de la nación más poderosa de la tierra.

No es de extrañar, por tanto, que la llamada comunidad internacional se haya limitado a asistir como espectadora a las revueltas civiles surgidas en el Magreb y Oriente Medio. En el caso de Libia, tan vergonzosa inacción ha provocado el envalentonamiento del sanguinario déspota, quien, no contento con reprimir a bombazo limpio cualquier conato de rebelión y masacrar a sus súbditos, se permite jactarse de ello y amenazar con seguir sembrando el terror. Lamentablemente, no hay un Reagan que le meta en cintura como en 1986. Y lo peor es que el propio Gadafi, por muy chalado que esté, lo sabe perfectamente. Si por ventura el dictador es finalmente derrotado y llegan las libertades, el pueblo libio tendrá poco o nada que agradecerle a las potencias democráticas occidentales, que una vez más llegarán (si es que llegan) tarde y mal.

Por su parte, esa progresía comprometida con la defensa a ultranza de los oprimidos y de la paz en el mundo, incluido nuestro inefable artisteo 'zejatero', no ha tenido a bien en este caso tomar las calles para manifestar su rechazo a los asesinatos en masa perpretados por el tirano libio. Ha vuelto a quedar patente que a esa izquierda que presume de ser la conciencia crítica de Occidente solo le excita las intervenciones de Estados Unidos e Israel, quizá precisamente por ser democracias. En cambio, a las dictaduras, sobre todo si se apellidan 'socialistas', hay que dejarles que atropellen a su gusto los derechos humanos. Es lo suyo.

domingo, 20 de febrero de 2011

UN CANTO A LA LIBERTAD INDIVIDUAL

Por fin. En apenas dos meses se estrenará en los Estados Unidos una adaptación cinematográfica de 'La Rebelión de Atlas', la magnífica novela de Ayn Rand. Mucho hemos tenido que esperar quienes en su momento tanto nos impactó, influyó y enriqueció la lectura de obra tan colosal, cuya filosofía objetivista e individualista, que alerta acerca de los peligros de los colectivismos y del intervencionismo estatal, supuso un auténtico terremoto en el panorama político y cultural de la época. Quizá la explicación de esa tardanza en llevar el relato al cine se deba precisamente a su carácter insolentemente contrario a los parámetros de la corrección política. Por tanto, ya podemos barruntar la escasísima promoción con la que contará la película en nuestra querida España.

Mientras tanto, disfrutemos de la escena clave de 'El Manantial', la otra gran novela de Ayn Rand, ésta sí, llevada al cine por King Vidor pocos años después de su publicación. El arquitecto Howard Roak, típico héroe randiano interpretado por Gary Cooper, alega en la defensa de su potencial como creador y frente a aquellos que, en nombre del 'bien social', quieren apropiarse del producto de su obra. Para ello, hace todo un canto a la libertad individual y a sus logros históricos, culturales y científicos. Y es que, citando a la propia autora, 'el ego del hombre es el manantial del progreso humano'.

viernes, 18 de febrero de 2011

LA OTRORA 'MEJOR TELEVISIÓN DE ESPAÑA'


'Se acabó la televisión de partido y que los partidos utilicen los medios de comunicación públicos en su provecho'. Enésima promesa incumplida por un Zapatero todavía en la oposición, que se permitiría reiterar ya como presidente del Gobierno en el mismísimo Congreso de los Diputados. Pero resulta ya ingente el historial de manipulaciones de las noticias emitidas en los informativos de TVE durante el zapaterismo, incluso entremezclando imágenes al más puro estilo goebbelsiano, por supuesto que al servicio del poder. La última: cuando los demás medios de comunicación empezaban a hacerse eco, en mayor o menor medida, de las últimas revelaciones sobre el conocido como caso 'Faisán', quizá el más grave de nuestra democracia tras el siniestro asunto del GAL, el mismo no existía en absoluto para el ente público nacional. Un nuevo y lamentable ejemplo del manejo a beneficio propio de los medios y resortes del Estado que siempre ha distinguido al PSOE.



Hace un par de décadas que TVE dejó de ser, como mordazmente resaltaba el periodista deportivo José María García, 'la mejor televisión de España', categoría que ostentaba entonces sencillamente porque era la única. Por tanto, puesto que afortunadamente el pluralismo informativo en el ámbito televisivo es ahora mucho mayor, sobre todo tras la irrupción de la TDT, los informativos de la televisión pública nacional han pasado a tener bastante menos repercusión. Ahora bien, ya que TVE ejerce de cadena privada del PSOE, sería preferible que el Gobierno la vendiera a Roures, o más bien, máxime cuando Rubalcaba se encuentra al frente, al Grupo Prisa, a que sigan utilizándola como medio propagandístico con los impuestos de todos. Al menos eso que nos ahorraríamos los contribuyentes.

martes, 15 de febrero de 2011

ES LA LIBERTAD, INCAUTOS


A quienes desde el primer momento reputábamos la 'ley antitabaco', más bien 'antifumadores', como liberticida y económicamente ruinosa, algunos de los defensores de la acción gubernamental como garante de la virtud y las buenas costumbres nos concedían que, efectivamente, su puesta en vigor iba a significar la puntilla para un sector especialmente castigado por la crisis, como es el de la hostelería. En cualquier caso, la salvaguarda de la sacrosanta salud pública (y privada) bien valen unas empresas quebradas y unos cuantos parados más; total, es la inercia de la España actual y solo es cuestión, por tanto, de esperar a tiempos mejores. Sin embargo, cuando también advertíamos del riesgo de que algún día acabaran metiéndose en nuestras casas para incluso regular conductas particulares, ya que la susodicha ley no deja de representar, no solo un ataque a la libertad individual, sino una intromisión en propiedades privadas, se nos tachaba de exagerados y, cómo no, radicales. Pues bien, poco ha tardado en ponerse claramente de manifiesto el verdadero espíritu que ha movido al legislador en este caso: el de intervenir e inmiscuirse en nuestras vidas, bajo la premisa de que el Estado sabe mejor que nadie, incluso que nosotros mismos, qué es lo que nos conviene.

Dado que en último término se trata de imponer una especie de puritanismo 'progre' como código de conducta, tan asfixiante control de nuestros comportamientos se convierte irremisiblemente en censura. De tal forma que una de las libertades individuales fundamentales, la del derecho a la libre expresión, pasa a ser de las principales damnificadas. Así, merced a la denuncia de un delator, figura imprescindible en estos menesteres liberticidas como nos demuestra la negra historia de los totalitarismos, la Agencia de Salud Pública de Barcelona ha tenido a bien multar al musical 'Hair' debido a que sus actores, lógicamente por exigencias del guión, fuman durante la representación de la obra. Tamaño dislate ha obtenido el inmediato apoyo de la entusiasta madrina de tan nefasta ley, la Ministra Pajín, que, ni corta ni perezosa, se ha permitido dar lecciones de dirección de escena y ha instado a que en esos supuestos los artistas 'simulen', de la misma forma que 'los crímenes en el teatro'. Parece ser que ha adquirido exactamente la misma gravedad clavar un cuchillo o disparar una bala que dar unas caladas, incluso a un cigarrillo falso como es el caso.

Ironizaba el director del musical, Roger Juliá, con la posibilidad de que se lleguen a prohibir las películas en las que se fuma (que, por cierto, entre los mejores productos de Hollywood son, o más bien eran, la inmensa mayoría), 'y le quitaremos el cigarro a Humphrey Bogart', auténtico icono, fumador empedernido y casi siempre humeante, del cine. Por desgracia, no resulta nada descabellado que alcancemos tales extremos delirantes, no. Porque el ánimo censor que anida en estos propósitos dirigistas y represivos acaba aflorando de alguna u otra manera. Y es que no se trata tan solo de evitar más perjuicios para un sector que genera riqueza y crea puestos de trabajo. Es fundamentalmente la libertad, incautos.

miércoles, 9 de febrero de 2011

MURCIA NO ES CATALUÑA


No es ya el hecho de que Zapatero, en un acto escandalosamente arbitrario pero tan propio de él, le haya concedido a Cataluña en apenas dos horas, exactamente el tiempo que duró su entrevista con Artur Mas, lo que tras mes y medio le niega a otras Comunidades Autónomas, entre ellas Murcia. Sobre todo, lo que resulta verdaderamente sangrante es que se le haya permitido emitir deuda a la Generalitat catalana sin que ésta haya presentado antes siquiera un boceto de plan de ahorro de sus cuentas públicas, y en cambio el único Gobierno autonómico que precisamente ya ha implantado unas rigurosas y drásticas medidas de ajuste, que no es otro que el murciano, no haya recibido más que largas a estas alturas. Máxime cuando el déficit público que muestra la Comunidad de Murcia, por cierto la cuarta menos endeudada de España, es ciertamente irrelevante si se le compara con el que ha heredado y descubierto con horror el nuevo Gobierno catalán.

Semejante trato de favor deriva del tipo de Estado 'asimétrico' que, en comandita con los nacionalismos y utilizando el parcialmente abortado 'Estatut' catalán como instrumento fundamental, ha pretendido imponer el zapaterismo. La tan mentada bilateralidad en las relaciones entre Cataluña y España, como si de dos naciones distintas se tratara, conlleva esta clase de privilegios. Tampoco, por supuesto, cabe desdeñar la actual coyuntura política, en la que el PSOE depende de los votos que CiU le aporte en el Parlamento para sobrevivir, mal que bien, en el poder. Pero con lo que quizá no contaba Zapatero es con la inmediata rebelión del resto de Gobiernos autonómicos; incluidos los socialistas, que además han visto una ocasión que ni pintada para desmarcarse de quien representa una auténtica losa para su perspectivas electorales. De tal forma que, tras negar lo evidente como él solo sabe hacerlo, decidió recular, aunque de la peor manera posible: prometiendo 'café para todos', esto es, dando a entender que todas las Comunidades Autónomas, sin excepción, tendrán acceso al endeudamiento. Zapatero en estado puro.

Compromiso tan imprudente, además de poner en solfa las obligaciones contraídas hace apenas unos días con la canciller Merkel, encierra una tremenda injusticia: que se premie de la misma forma a quien ha tomado medidas para recortar el gasto público que a quien, por no adoptarlas, va a continuar engordando la deuda y, con ello, el déficit. Con lo cual haríamos un pan como unas tortas. Murcia, en ese sentido, ha sido la única Comunidad Autónoma que se ha aplicado y hecho todos los deberes y, por tanto, hace tiempo que se le debería haber autorizado la emisión de deuda. Pero la obsesión de este Gobierno eminentemente sectario por nuestra Región, que comete el delito de ser la que más le vota al PP, es verdaderamente enfermiza. Y además, como repiten los mismos nacionalistas catalanes cuando pretenden resaltar la grandeza de su 'nació' frente a la que consideran insignificante región de España, Murcia no es Cataluña. En este caso, por desgracia.

lunes, 7 de febrero de 2011

NECESITAMOS UN NUEVO AMANECER

'Que no haya ningún equívoco: no es mi intención acabar con el Gobierno, sino más bien hacerlo trabajar; trabajar con nosotros, no por encima de nosotros; teniéndolo a nuestro lado, no sobre nuestras espaldas'.

Necesitamos un nuevo amanecer. Y seguir el modélico ejemplo de esa figura política irrepetible, ese gigante de la libertad llamado Ronald Reagan, ahora que se cumplen cien años de su venida al mundo, es la mejor manera de hacerlo posible.

jueves, 3 de febrero de 2011

ASÍ LES VA, ASÍ NOS VA

Así es el sindicalismo alemán, que se financia exclusivamente de las cuotas de sus afiliados, y así es la onerosa burocracia sindicalera española, que sienta sus reales en el presupuesto público. Y así marcha la economía alemana, que exhibe un 7,4% de paro, y así languidece la nuestra, que tiene el dudoso honor de ostentar con diferencia la mayor tasa de desempleo del mundo desarrollado. Así les va, así nos va.

ORIENTE MEDIO: ¿DE LA ILUSIÓN A LA PESADILLA?


Quizá inicialmente nos hayamos dejado llevar por la ilusión. Sobre todo quienes nos adherimos sin ambages a aquella pretensión, eminentemente 'neocon' y por tanto maléfica, de extender la democracia liberal hasta el último confín del mundo, sea cual sea éste; incluido, por supuesto, Oriente Medio, azotado por régimenes autoritarios, cuando no directamente totalitarios como el de Irán, y en el que tan solo el denostado y hostigado Israel emerge como pequeña y sin embargo tenaz y heroica isla. ¿Vivirán las cleptocracias árabes su particular caída del Muro de Berlín, incluso con análogo efecto 'dominó'? ¿Desempeñará Internet, ese casi incontrolable espacio de libertad tan temido por cualquier tirano que se precie, un papel similar al de la televisión en aquellos países europeos subyugados entonces por el comunismo? ¿Habrá por fin ocasión de demostrar que el Islam puede llegar a ser plenamente compatible con los principios y valores de libertad individual y democracia que distinguen a Occidente?

El tiempo acabará tarde o temprano dando respuesta a esas preguntas cargadas de entusiasmo. Ahora bien, de momento, nuestro gozo en un pozo. En el caso de Túnez, da la impresión de que las revueltas populares han terminado desembocando en un simple 'quítate tú que me pongo yo'; aderezado, eso sí, con cosméticas concesiones en materia de libertades, aunque bajo la inevitable tutela del todopoderoso ejército. Y en cuanto a Egipto, el régimen de Mubarak, objeto en la calle de masivas manifestaciones en contra, parecía tener sus días contados, sobre todo después de que el presidente Obama le retirara explícitamente su apoyo; pero el otrora omnipotente imperio yanqui anda tan venido a menos que hasta sus 'hijos de perra' les salen contestatarios, de tal forma que el dictador egipcio ha decidido resistir poniendo en marcha los resortes represivos de los que dispone, y por tanto, como no podía ser de otra manera, haciendo honor a ese célebre calificativo cuya autoría se atribuye a Roosevelt ('puede que sea un hijo de perra, pero es nuestro hijo de perra', refiriéndose a Somoza), y que tan bien le cuadra. Mientras tanto, en Yemen, Jordania, Siria, Argelia y Marruecos, sus respectivos déspotas se están limitando a tentarse la ropa para adelantarse a los acontecimientos.

Tampoco cabe desdeñar el riesgo, ciertamente patente, de que estas rebeliones supuestamente democráticas introduzcan el caballo de Troya del fundamentalismo islámico. Un integrismo que podría alzarse con el poder en los países concernientes vía revolución, a semajanza del Irán de Jomeini, o incluso vía urnas, ya que a buen seguro que contaría con el voto de amplias capas de la población significadas por el fanatismo religioso y la incultura política y democrática. Con lo cual saldríamos de Guatemala para meternos en 'Guatepeor', ya que al menos la mayor parte de los regímenes en vigor ejercen una labor de contención frente al terrorismo islamista. Y una legítima ilusión pasaría a convertirse en auténtica pesadilla.