Si cualquier marciano que aterrizara inopinadamente en la Tierra, o cualquier extranjero despistado y desinformado que visitara España, visionara el último vídeo electoral perpretado por el PSOE, adquiriría el convencimiento de que en nuestro país no rige un Gobierno socialista ni nada que se le parezca; en el supuesto de que haya alguno al frente de la nación, claro. Y que quienes mandan son solo unos dirigentes regionales del PP que, sin ni tan siquiera distinguir entre aquellos que llevan años gobernando y quienes acaban de heredar una catastrófica gestión de Ejecutivos autonómicos socialistas, se han puesto a recortar a troche y moche para desproteger a los desfavorecidos y dejar a los pobres viejecitos sin nada que llevarse a la boca. Porque sí, porque la derecha es así de malvada y cruel. Para ello, la propaganda rubalcabiana mezcla datos reales con falsos, mentiras con medias verdades y saca de contexto determinadas declaraciones de Rajoy y de los presidentes autonómicos Esperanza Aguirre y Ramón Luis Valcárcel. Todo en el marco de un mapa de España teñida absolutamente de azul (para intentar inculcar la gran mentira de la ausencia de cualquier presencia o responsabilidad socialista), y con la narración de voces en 'off' propias de cualquier informativo de televisión (con el objetivo de pretender transmitir asepsia e imparcialidad en la enumeración de datos y cifras).
Semejante alarde de adulteración de la realidad es, desde luego, de pura calaña rubalcabiana; pero, a su vez, tremendamente burdo. Porque, por mucho que el PSOE pretenda convertir en inexistente su Gobierno durante los menos de dos meses que quedan para las elecciones, los españoles sabemos muy bien quiénes han habitado en La Moncloa y dirigido los Ministerios y, por tanto, quiénes han gestionado de manera tan deficiente la economía nacional durante la crisis. También somos muchos los que comprendemos que la reducción, más o menos drástica, del gasto público emprendida por la mayor parte de los Ejecutivos regionales es una obligación derivada del déficit acumulado por la falta de ingresos, consecuencia directa de la inactividad económica; y que ha tenido que ser aun más intensa allí donde gobernaban los socialistas, que para más inri cometían la perfidia de ocultar el verdadero estado de las cuentas públicas. Y que precisamente Rubalcaba y el PSOE carecen de toda autoridad moral para criticar 'recortes', e incluso inventárselos, ya que el suyo, por ejemplo, ha sido el primer Gobierno de la democracia que ha congelado las pensiones y reducido el sueldo a los funcionarios. Y bajo cuyo mandato más millones de españoles han perdido su empleo, que es el peor recorte que se puede sufrir.
Quizá este vídeo sirva para que el votante más radical y fiel de la izquierda vea confirmados sus prejuicios acerca de la naturaleza diabólica del PP, pero no para alterar la intención de voto de los sectores más moderados del electorado, plenamente conscientes, según las encuestas, de la necesidad de un cambio político. Apelar a estas alturas al miedo a la derecha, cuando el PP ya ha gobernado y dejado claro que incluso lo puede hacer mejor, es un ejercicio inútil. Además, los propagandistas del PSOE, siempre comandados por Rubalcaba, pierden facultades: al menos el tristemente célebre 'vídeo del dóberman' era, sí, repugnantemente goebbelsiano, pero mucho más original y directo que esa especie de reportaje malo, largo y aburrido.
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