jueves, 15 de septiembre de 2011

AFORTUNADAMENTE, HAY DIFERENCIAS



Y frente al populismo fiscal del socialismo, ya concretado y cuyo único fruto consistirá en incidir más si cabe en el desastre, propuestas para favorecer la supervivencia y la creación de empresas, que, aunque parezca increíble tener que recordarlo a estas alturas, constituyen el auténtico vivero de empleos. Así, Rajoy ha planteado en Barcelona exenciones fiscales para las plusvalías empresariales destinadas a la inversión, además de reducciones impositivas sobre los beneficios destinados a la autofinanciación. También ha insistido en su propósito, ya anunciado, de bajar el Impuesto de Sociedades a las pymes y a las empresas de nueva creación, dentro de una Ley de Emprendedores que será una de las primeras iniciativas legislativas del PP si gana las próximas elecciones generales. De esta forma se generan las condiciones para que la sociedad, las empresas, los emprendedores, creen empleo, que es a lo que debe limitarse un Gobierno; y, sobre todo, a entorpecer lo menos posible con subidas y 'rescates' de impuestos y otras medidas de índole intervencionista.

Hace no mucho tiempo que se convirtió en lugar común afirmar que no hay diferencias significativas entre los dos grandes partidos, y que incluso la supuesta socialdemocracia del PSOE y el liberalismo conservador atribuido al PP llegaban a ser intercambiables. Sin embargo, el hecho de que en los últimos años el PSOE se haya escorado a la izquierda (inclinación acentuada por un Rubalcaba que pretende pescar en ese río electoral con el fin de salvar los muebles), y de que el PP se vea impelido a presentar propuestas e ideas cada vez más nítidamente alejadas de aquellas que nos han llevado al declive (por tanto, de un obvio carácter liberal), demuestra que ahora, afortunadamente, sí las hay, y no tan solo de matiz. Le tocará al elector decidir, y esperemos que lo haga por el sentido común.


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