domingo, 11 de septiembre de 2011

DIEZ AÑOS DE UNA INFAMIA

El terrorismo islamista declaró el 11-S una guerra sin cuartel, no solo a los Estados Unidos, sino a todo Occidente, porque le mueve el odio a nuestras libertades, nuestra democracia y nuestro modo de vida. Y, una vez más, los norteamericanos están corriendo con prácticamente todo el desgaste (en recursos y vidas humanas) en esta encarnizada lucha en defensa de la libertad, como en tantas otras ocasiones a lo largo de la historia contemporánea (incluidas las dos guerras mundiales). Mucho se ha debatido y polemizado sobre los medios utilizados y determinados errores y abusos que se pudieron cometer (magnificados por la propaganda antiamericana), pero era propio de ingenuos pensar que iba a tratarse de una guerra fácil; que, a pesar de los pesares y en líneas generales, se está ganando: el hecho de que poco a poco se esté extendiendo la democracia a buena parte de Oriente Medio (esa malvada pretensión 'neocon') y, sobre todo, que se haya conseguido acabar con Bin Laden (tarea que ha acabado acometiendo el 'pacifista' Obama) muestran que vamos por el buen camino. En cualquier caso, es momento de resaltar la admirable y valiente reacción de toda la nación norteamericana tras semejante vesania; empezando, sí, por su denostado presidente.

Diez años de la infamia del 11-S: Dios bendiga a los Estados Unidos, que han vuelto a demostrar su grandeza al mundo entero.
 

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