Pese a que, al menos en el ámbito nacional, haya pasado prácticamente desapercibido, la auténtica convulsión electoral de los últimos comicios municipales se produjo en Badalona: la tercera ciudad con mayor número de habitantes de Cataluña pasaba a estar regida por el PP. Y no por un Alcalde cualquiera, sino por Xavier García Albiol; un batallador nato que, sin pelos en la lengua y en un ambiente político marcadamente hostil, siempre se ha distinguido por poner en solfa tanto las prescripciones del pensamiento único nacionalista, como determinados paradigmas de la corrección política, particularmente en materia de inmigración. Esa claridad de ideas, la nitidez de sus mensajes y, junto a todo ello, mostrarse cercano y plenamente receptivo a los verdaderos problemas del badalonés medio, le condujeron a una muy meritoria victoria en las urnas frente a los todopoderosos PSC y CiU, que hasta entonces se repartían el poder municipal.
Pues bien, si algo está demostrando García Albiol durante el escaso tiempo que lleva ejerciendo de Alcalde de Badalona es que no está dispuesto a decepcionar a esa mayoría de vecinos que han depositado su confianza en él y en su programa. Su firme y contundente discurso contra la inmigración ilegal y sus indeseables consecuencias no ha cambiado en absoluto desde que llegó al poder. Pero, además, se ha atrevido a plantarle cara a un hegemónico y excluyente nacionalismo al negarse a arriar la bandera española, es decir, a incumplir la ley, con motivo de la celebración de la Diada, cuyos actos institucionales se ha visto obligado a suprimir. Actitud intolerable para unos nacionalistas acostumbrados a pasarse la legalidad vigente por el arco del triunfo siempre que lo consideran oportuno.
De ahí que CiU, en la línea chantajista que le caracteriza, haya amenazado con presentar una moción de censura contra el Gobierno municipal del PP, para lo cual deberá unirse al PSC y a los eco-nacional-comunistas de IC-V: por tanto, parece gestarse en Badalona un nuevo pacto contranatura de 'todos contra el PP', una reedición del tristemente célebre cordón sanitario. Porque, que alguien tan poco adicto al régimen de nacionalismo obligatorio llegue a ser Alcalde de Badalona es ya de por sí inconcebible; pero que además se empeñe en recordar, incluso en su Día 'nacional', que Cataluña forma parte de España resulta totalmente inaceptable.
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1 comentario:
¡Ole los huevos del alcalde de Badalona!
¡Torero!
¡Torero!
¡Torero!
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