martes, 23 de marzo de 2010

AY, ESTOS AMERICANOS...


La aprobación por la Cámara de Representantes estadounidense de la reforma sanitaria obamita ha despertado el aplauso prácticamente unánime de la vieja y genuina Europa, como no podía ser de otra manera. Pero el entusiasmo inicial ha dado paso inmediatamente al estupor: ¿Dónde están esos más de 45 millones de ciudadanos que, como se dice y se repite como un sonsonete, carecen de seguro médico en los Estados Unidos? ¿Por qué al menos buena parte de ellos no ha inundado las calles para celebrar la buena nueva? Es más: ¿Qué explicación tiene que, según las encuestas, una clara mayoría de norteamericanos se muestre contrario a tan benéfica reforma, que increíblemente ha llegado al extremo de deteriorar sobremanera la imagen del presidente Obama? ¿Y que además haya estados de la Unión, tanto demócratas como republicanos, que hayan anunciado la presentación de denuncias ante el Tribunal Supremo ¡por la inconstitucionalidad de la legislación!?

¿Pero qué persona que no esté medianamente en sus cabales puede rechazar una sanidad 'universal y gratuita' como la que disfrutamos en Europa? Hay qué ver, estos americanos son realmente incorregibles: Parecían haber alcanzado por fin la madurez política y democrática cuando otorgaron la victoria a San Obama, pero definitivamente se trató de un espejismo. Y mira que llevan votando desde hace siglos los muy condenados, pero no aprenden.

Sí es cierto que el presidente Obama no ha engañado a nadie al sacar adelante su reforma sanitaria, ya que era uno de los 'puntos-estrella' de su programa electoral. Además, ha tenido la virtud de plantear a la sociedad estadounidense un debate que en Europa, donde prácticamente desde sus orígenes con Bismarck consideramos indiscutible, y por ende intocable, el sistema de Seguridad Social, está sencillamente vedado: ¿Qué es preferible, que el ciudadano pague menos impuestos y, por tanto, disponga de más efectivo propio para usarlo en lo que considere oportuno, o bien que el Estado retraiga forzosamente al contribuyente más dinero para que aquél lo emplee en proporcionar atención sanitaria? Seguramente los europeos, acostumbrados (quizá con la única excepción de los británicos) a convivir desde que nacen con un Estado paternalista que todo lo provee, y por tanto ávidos de que les cubra las necesidades básicas, se decantarían por la última opción de manera generalizada. En cambio, los norteamericanos, de arraigada cultura de libertad individual, creen que el Estado no es quién para inmiscuirse en un asunto que debería ser de libre elección y responsabilidad del individuo, máxime cuando se trata de su propio dinero. Simplemente, ponen la libertad por encima de la seguridad personal.

Ay, estos americanos... ¿Cómo es posible que semejantes fanáticos del individualismo hayan construido la nación más poderosa, libre, próspera y desarrollada?

2 comentarios:

paco el de las rebajas dijo...

Te respondo en breve primero a la última pregunta: Explotando al resto del mundo en su beneficio.

Y contra la demagogia de la que siempre haces gala unos apuntes apenas: ¿salieron la multitud de personas que tienes derecho a cobrar dependencia cuando Zp aprobó la ley' Es entonces mala también?
Sale la gente de cualquier democracia por costumbre a celebrar una ley que le beneficia? No seamos demaogos por favor.
Por cierto 30 milones no 45.


A diferencia de ti voy a dar alguna respuesta. Porque con toda la burda manipulación de los medio ultras yankis (vulgarmente conocidos como rednecks) han hecho creer que esa ley puede llevar a aumentar el déficit a pesar de las afirmaciones de una comisión ( eso que tan poco le gusta a rajoy hoy día pero que cuando era ministro hacía tanto) encargada de realizar cálculos en cuestiones sanitarias y que en un cálculo en epoca bush de gastos farmaceúticos se equivocó pero hacia arriba dando fé de unos cálculos conservadores. Ese miedo en crisis ha llevado a buena parte del pueblo a dudar cuando menos.

Por cierto esos mismos medios que cuando G.Bush hijo de.... casi triplicó el presupuesto militar de la admon previa, haciendo que este sea superior al gastado por la suma del resto del mundo, no decían nada ni les preocupaba el déficit pues los chinos compraban bonos yankis.

Pues eso que basta ya,

No hace falta que lo publiques si vas a ser el único que lo leas

Unknown dijo...

Aquí está Paco con su extraordinaria sintaxis y su peculiar expresión escrita. Mientras no vuelva a hacer uso de la palabra malsonante y el insulto, daremos cabida a sus comentarios de izquierdista irreductible. Porque, pese a que suele referirse con ironía al supuestamente escaso seguimiento de mi bitácora, cabe reconocer que se desvive por participar en la misma, y no vamos a poner impedimentos a su deseo mientras guarde unos mínimos de decoro.

Si el secreto del poderío de un país consistiera en explotar a los demás, el imperio comunista de la Unión Soviética, que a buen seguro añorará nuestro Paco, seguiría vivito y coleando. Pero la grandeza de los Estados Unidos se basa precisamente en la libertad individual, en la economía de libre mercado y en unas instituciones que garantizan esos principios y, por ende, un Estado que se inmiscuye lo menos posible en la vida de los ciudadanos.

He de reconocer que el ejemplo que has puesto es muy bueno: En efecto, la incidencia que entre la ciudadanía norteamericana ha tenido la reforma sanitaria es aproximadamente tan escasa como, por ejemplo, en su momento la Ley de Dependencia en la sociedad española. Lo que ni más ni menos demuestra que el 'Obama Care' no era una necesidad tan acuciante como nos han querido vender, o al menos no se siente así por la sociedad estadounidense en general.

¿45-30 millones? Precisamente este baile de cifras tan escandaloso denota la escasa fiabilidad de los datos que se aportan sobre cuántos americanos no tienen seguro médico. En la época de Bush, es decir, hace nada, se publicaba que 45-47 millones de americanos no estaban asegurados; con el cambio de Administración, la cifra se rebajó de repente a, efectivamente, 30 millones, como si la sola presencia de Obama en la Casa Blanca obrara una especie de milagro. En cualquier caso, venga, no tengo ningún inconveniente en dar por buena esa cifra...

Que esta reforma, que indefectiblemente provocará más gasto público, tiene todas las posibilidades de conducir a un aumento del déficit es algo obvio. Pero, con constituir una de las preocupaciones de esa mayoría de norteamericanos que rechaza el 'Obama Care', no es la principal: Como trato de resaltar en mi 'post', lo que no les gusta es que el Estado se quede con más dinero suyo para emplearlo forzosamente en algo que consideran que es de plena incumbencia del individuo. Nos guste o no (a nuestro Paco seguro que no), se trata de una clara manifestación de la tradición de libertad individual que caracteriza a los Estados Unidos desde su fundación, frente a una mentalidad, digamos, más de paternalismo estatal que predomina en Europa.