
Afirmaba Benjamin Franklin que nada hay seguro en este mundo, salvo la muerte y los impuestos. Desde luego, no le faltaba razón al insigne científico y político estadounidense: Si algo nos ha de acompañar indefectiblemente es el tributo que grave al menos determinadas actividades que desempeñemos a lo largo de nuestras vidas. Y si alguno de ellos destaca por su carácter especialmente inevitable, ese es el impuesto al consumo, que, como el IVA, se aplica sobre productos y servicios vendidos, y del que en consecuencia resulta particularmente difícil librarse.
Aún así, el PSOE y sus terminales mediáticas ponen su grito en el cielo y denuncian que la campaña del PP de Madrid contra la subida del impuesto promueve en realidad nada menos que la 'insumisión fiscal'. ¿Y en qué ha consistido exactamente el pecado? En la utilización de la palabra 'rebelión', que, aunque en boca de un 'progre' denota una atinada reacción ante un flagrante acto de injusticia, si la pronuncia alguien de la derecha es una intolerable incitación a la desestabilización y al incumplimiento de las leyes, cuando no un acto de puro fascismo. De ahí que el mismísimo Zapatero, como buen experto en campañas políticas que es, se viera obligado a asesorar gratis a doña Esperanza Aguirre para sugerirle el empleo de un término, digamos, más neutro y menos 'perturbador'. Parece no acordarse el presidente de su participación como líder de la oposición en determinadas manifestaciones, en las que la 'rebelión' contra el Gobierno de entonces era de tal calibre que se les llamaba 'asesinos' a sus miembros, además de derivar en asaltos a sedes del PP y agresiones a sus afiliados. Deleznables episodios que todavía no han merecido su condena, por cierto.

Hay quienes, incluso desde perspectivas del liberalismo económico, consideran preferible subir este impuesto al consumo a hacerlo con el IRPF, lo que desde luego sería más gravoso y de consecuencias todavía peores. Pero no hay lugar a elegir entre los males, el menor: El incremento del IVA, que perjudicará a las economías domésticas y afectará de lleno a sectores de tanto peso como el automovilístico y el turístico, va a ser letal para una economía como la nuestra, maltrecha y en estado de coma. Porque, en unos momentos en los que precisamente se hace necesaria una reactivación de la economía, no debería proceder una medida que penaliza y retrae el consumo; y que, asimismo, induce más a la economía sumergida que las más duras campañas en contra del IVA que se hagan. Algo que, además, y tal y como nos muestra la historia moderna, también acabará repercutiendo en la recaudación del Estado, que, en contra de las previsiones del Gobierno, se verá sensiblemente mermada.

4 comentarios:
TOma al rspecto del IVA
http://www.publico.es/dinero/302158/iva/britanico/recauda/subida
Precisamente la experiencia española es muy clara al respecto, señor anónimo: Las veces que el Gobierno de turno, por cierto siempre socialista, ha subido el IVA, el Estado ha recaudado menos.
Toda personas que tenga un mínimo de idea de economía no se atravería a comparar circunstancias tan absolutamente diferentes. Creo mejor compararla con la añadida que es más actual.
Desde luego que cabe comparar las anteriores subidas del IVA con la circunstancia actual: Si entonces la recaudación del Estado disminuyó, podemos imaginar lo que puede pasar ahora, con nuestra economía estancada. En cualquier caso, siempre estoy dispuesto a recibir de usted, sapientísimo Paco, lecciones de economía. Seguiré aprendiendo.
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