miércoles, 22 de octubre de 2008

EL ANTIAMERICANISMO PASA FACTURA


Muy poco después de que Zapatero culpara de forma explícita a EEUU de la crisis que sufrimos, va y mendiga ante un atribulado Sarkozy un puesto de invitado a una Cumbre, la del G-8, de la que, no sólo no formamos parte, sino que precisamente el Gobierno estadounidense ejerce de líder y anfitrión. Y es que había llegado a creerse los cantos de sirena de un Gordon Brown al que le quedan unos pocos telediarios. Pero parece ser que el presidente galo no ha podido ser más claro con él: España merece por su parte todos los elogios habidos y por haber, pero no está en su mano convocarle. Vamos, que le ha remitido a su denostado Bush, quien, desde que le dejó con un palmo de narices en Irak, no consigue que se le ponga al teléfono. Mal pinta la cosa.
Parece mentira, pero Zapatero sigue sin aprender la lección. No se puede ir ofendiendo a quienes, le guste o no, son la indiscutible primera potencia mundial y encima esperar situarse al lado de los más grandes del panorama internacional. Haciendo alarde de antiamericanismo queda muy bien ante una buena parte del electorado y determinados ámbitos mediáticos, pero al final esa irresponsable actitud acaba pasando factura. Él prometió en su momento sacarnos de la foto de las Azores, y a fe que lo ha conseguido. Lo peor de todo es que hemos desembocado en la más absoluta inanidad.
Nefastos días para nuestro presidente, que para más inri pasó ayer un muy mal trago en el debate de sus Presupuestos.

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