jueves, 3 de febrero de 2011

ORIENTE MEDIO: ¿DE LA ILUSIÓN A LA PESADILLA?


Quizá inicialmente nos hayamos dejado llevar por la ilusión. Sobre todo quienes nos adherimos sin ambages a aquella pretensión, eminentemente 'neocon' y por tanto maléfica, de extender la democracia liberal hasta el último confín del mundo, sea cual sea éste; incluido, por supuesto, Oriente Medio, azotado por régimenes autoritarios, cuando no directamente totalitarios como el de Irán, y en el que tan solo el denostado y hostigado Israel emerge como pequeña y sin embargo tenaz y heroica isla. ¿Vivirán las cleptocracias árabes su particular caída del Muro de Berlín, incluso con análogo efecto 'dominó'? ¿Desempeñará Internet, ese casi incontrolable espacio de libertad tan temido por cualquier tirano que se precie, un papel similar al de la televisión en aquellos países europeos subyugados entonces por el comunismo? ¿Habrá por fin ocasión de demostrar que el Islam puede llegar a ser plenamente compatible con los principios y valores de libertad individual y democracia que distinguen a Occidente?

El tiempo acabará tarde o temprano dando respuesta a esas preguntas cargadas de entusiasmo. Ahora bien, de momento, nuestro gozo en un pozo. En el caso de Túnez, da la impresión de que las revueltas populares han terminado desembocando en un simple 'quítate tú que me pongo yo'; aderezado, eso sí, con cosméticas concesiones en materia de libertades, aunque bajo la inevitable tutela del todopoderoso ejército. Y en cuanto a Egipto, el régimen de Mubarak, objeto en la calle de masivas manifestaciones en contra, parecía tener sus días contados, sobre todo después de que el presidente Obama le retirara explícitamente su apoyo; pero el otrora omnipotente imperio yanqui anda tan venido a menos que hasta sus 'hijos de perra' les salen contestatarios, de tal forma que el dictador egipcio ha decidido resistir poniendo en marcha los resortes represivos de los que dispone, y por tanto, como no podía ser de otra manera, haciendo honor a ese célebre calificativo cuya autoría se atribuye a Roosevelt ('puede que sea un hijo de perra, pero es nuestro hijo de perra', refiriéndose a Somoza), y que tan bien le cuadra. Mientras tanto, en Yemen, Jordania, Siria, Argelia y Marruecos, sus respectivos déspotas se están limitando a tentarse la ropa para adelantarse a los acontecimientos.

Tampoco cabe desdeñar el riesgo, ciertamente patente, de que estas rebeliones supuestamente democráticas introduzcan el caballo de Troya del fundamentalismo islámico. Un integrismo que podría alzarse con el poder en los países concernientes vía revolución, a semajanza del Irán de Jomeini, o incluso vía urnas, ya que a buen seguro que contaría con el voto de amplias capas de la población significadas por el fanatismo religioso y la incultura política y democrática. Con lo cual saldríamos de Guatemala para meternos en 'Guatepeor', ya que al menos la mayor parte de los regímenes en vigor ejercen una labor de contención frente al terrorismo islamista. Y una legítima ilusión pasaría a convertirse en auténtica pesadilla.

1 comentario:

Helio dijo...

Internet y las nuevas tecnologías moviles, están cambiando el mundo.
El norte africano se puede convertir en un polvorin con consecuencias imprevisibles para nuestro pais, ademas de tener muchos intereses comerciales, no quiero ni pensar si Argelia sigue los pasos, nuestras calefacciones dependen en gran medida de ese país.
Desearíamos ver la democracia y la libertad en todos los países, pero estas intentonas pueden tener un riesgo, como bien dices, de ir a "Guatepeor"
Saludos.