Así es el sindicalismo alemán, que se financia exclusivamente de las cuotas de sus afiliados, y así es la onerosa burocracia sindicalera española, que sienta sus reales en el presupuesto público. Y así marcha la economía alemana, que exhibe un 7,4% de paro, y así languidece la nuestra, que tiene el dudoso honor de ostentar con diferencia la mayor tasa de desempleo del mundo desarrollado. Así les va, así nos va.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario