miércoles, 3 de noviembre de 2010

CUESTIÓN DE GENÉTICA


'Besa por el día y muerde por la noche'. Según el actual presidente de las Cortes, es el proceder que define a doña Esperanza Aguirre; contra la que, como sabemos y tenemos perfectamente asumido, vale absolutamente todo, aunque no por ello deja de ser mujer. 'Cabaretera' y 'chica fácil' fueron dos lindezas que el flamante candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid le dedicó a su rival político en Parla, cuya condición de portavoz del retrógrado PP no le impide también ostentar la femineidad. E incluso en el mismísimo oasis catalán un cargo del PSC, con tal de excusar el mal trago que acababa de pasar su jefe en una entrevista, llegaría a relacionar el supuesto mal humor de la periodista que le inquiría con problemas de alcoba. Y de manera harto grosera.

Pues bien, ante tamañas y obscenas exhibiciones de intolerable sexismo, ningún o ninguna celoso o celosa guardián o guardiana de las esencias femiprogres amagaron en su día con exigir dimisiones. Y muy a pesar de que en ningún momento quienes profirieron tales barbaridades han creído oportuno expresar la más mínima disculpa. El que tiene boca se equivoca, pero sólo si el que habla más de la cuenta se califica a sí mismo de 'progresista'. No es, por tanto, el caso del alcalde de Valladolid, cuyas soeces consideraciones sobre determinadas características físicas de la nueva Ministra zapateril de Sanidad le han valido la condena de por vida. Que haya pedido perdón ni tan siquiera le hace merecedor de someterse al dictamen de sus vecinos vallisoletanos, quienes dentro de poco tiempo tendrán la oportunidad de decidir si incurrir en tal zafiedad adquiere suficiente gravedad como para retirarle la confianza en las urnas. De ninguna manera: A la hoguera con él, que es del PP. Es mera cuestión de genética, tal y como puntualizó el polivalente y erudito Rubalcaba.

Pero en estos casos, y por desgracia, hay ocasiones en los que se peca, no ya de palabra, sino incluso de obra. Así, quizá sea la genética la que mantenga el carné socialista en manos de quien ha llegado a ser condenado en sentencia firme por malos tratos, y también, ante el bochornoso silencio del feminismo de salón, la que le haya llevado nada menos que a la presidencia del Partido Socialista de Euskadi. En cualquier caso, quién mejor para mantener contactos e intentar propiciar la distensión con el mundo criminal etarra: Es cierto que le propinó una paliza a su mujer, pero está dispuesto a demostrar que es tan 'hombre de paz' como su amigo y protegido Otegui. El diablo los cría, y ellos se juntan. Cuestión de genética.

1 comentario:

tu amigo paco dijo...

Es evidente que tú en que la gente cambia y se reintegre en sociedad no crees o no te has percatado de que lo de Egiguren es de hace 18 años. Siempre y cuando no se trate de gente gloriosamente dedicada a una dictadura y luego ejemplos didácticos de la democracia (Fraga,Aznar, Mayor Oreja, Cascos, etc etc etc).

En fin que cuando no hay razones que contraponer a los hechos siempre queda el y tú más.

Por cierto 5 puntitos menos en las encuestas, toca otro post de Rubalcaba