Juan Ignacio de Ibarra es toda una institución viviente en Murcia. Periodista deportivo (una vida entera dedicada al Real Murcia de sus amores, del que es socio de honor), actor y fundador y director durante años de la Escuela de Arte Dramático de la capital murciana, el deporte, la cultura y la historia reciente de Murcia no pueden entenderse sin la figura del 'Maestro' Ibarra, cuya huella es ya indeleble. Como cabía esperar, no sólo supo estar a la altura de las circunstancias en su muy merecido menester como pregonero de la murciana Feria de Septiembre, sino que deleitó y emocionó con un discurso magnífico, ameno, repleto de evocaciones y referencias culturales y declamado con un sentir y una pasión que sólo él es capaz de exteriorizar y transmitir.
En su 'confesión de amor a Murcia', que es como él mismo define a su pregón, describe de manera magistral la popular idiosincrasia del murciano, generoso y desprendido como la Matrona que da el pecho al hijo ajeno antes que al propio: 'Por eso seguimos con los brazos abiertos, y aprovechamos cualquier oportunidad, como esta ocasión de la Feria, para llamar a las gentes de otros pueblos, para compartir con ellas el fruto de nuestro huerto y nuestra higuera'. Un sentido del reparto, de la solidaridad para con los demás muy arraigado, 'porque ser murciano es al mismo tiempo, y en principio, un punto de partida para ser español, un buen español'. Frente a los aldeanismos tan en boga, que fomentan la escisión además de un egoísmo inapropiado, no puede identificarse de manera más atinada y profunda la esencia de lo murciano con lo español. Culmina su excelente pregón expresando emocionado y de forma inmejorable un sentimiento que tantos murcianos y españoles en general seguimos albergando: 'Porque amar a Murcia es amar a España; porque puedo amar a los dos al mismo tiempo; porque puedo sentirme murciano y español; porque me gozo en ese amor compartido'. Gran faena, Maestro.
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