Se trata ni más ni menos que de un completo absurdo que plasma el estado de esquizofrenia al que ha sumido al PSOE Pedro Sánchez, más pendiente de explorar la vía de "todos contra el PP", para lo que no tiene empacho alguno en incluso situarse equidistante entre la defensa de la Constitución y el independentismo, que de intentar llegar a La Moncloa como debería ser preceptivo en democracia: ganando las elecciones. Pero parece ser que el irreductible Sánchez no tiene demasiada fe en su victoria en las urnas.
La guinda la ha puesto el debut mediático de Adriana Lastra como nueva número dos del PSOE, que no ha podido ser más brillante. Aquellos que han querido meter con calzador en la realidad española ese concepto vidrioso de la "plurinacionalidad" con tal de satisfacer a quienes jamás se van a contentar, hasta ahora han acudido a ejemplos harto improcedentes (porque no son comparables a nuestra evolución histórica como nación) como Suiza, Alemania o incluso el Reino Unido. Pero hete aquí que la flamante mano derecha de Pedro Sánchez ha sentado renovada doctrina al respecto: sigamos el camino que como Estado "plurinacional" nos ha mostrado... Bolivia. Sin duda, todo un faro de éxito mundial cuya puesta en práctica tornará por sí sola el independentismo del nacionalismo catalán en un españolismo a ultranza. Un modelo, además, que no ha de despertar sino entusiasmo en Podemos dadas precisamente sus querencias "bolivarianas", por lo que miel sobre hojuelas.
Esta recién inaugurada etapa de "sanchismo" desatado va a ostentar el mérito de dejar a ZP a la altura de un estadista. Si no, al tiempo.
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