viernes, 18 de diciembre de 2015

RAJOY: EJEMPLO DE ENTEREZA Y SENSATEZ

Pocas horas después de la salvaje y cobarde agresión del que fuera objeto en Pontevedra por parte de una despreciable alimaña de extrema izquierda, Mariano Rajoy, mostrando una fortaleza verdaderamente admirable, continuaba con absoluta normalidad la programación de sus actos, tanto de campaña como los derivados de su cometido como presidente del Gobierno: esa misma noche, un mitin en La Coruña; a la mañana siguiente, protagonizaba una conferencia en Barcelona; y por la tarde, viajaba a Bruselas para participar en el Consejo Europeo junto a los demás presidentes y primeros ministros de la Unión Europea.

Se equivocaba de medio a medio quien temiera, o incluso deseara, que ese puño impulsado por el odio más visceral iba a alterar lo más mínimo la agenda del presidente Rajoy, que en cambio vuelve a dar a propios y extraños, y fundamentalmente a sus detractores a derecha y a izquierda, una auténtica lección, no solo de entereza, sino de saber estar y caballerosidad: pese a que hay quienes también le critican por ello, resulta encomiable su petición de no utilizar políticamente el atentado, con lo que sin duda ha contribuido desde la alta magistratura que ostenta a rebajar la crispación.

Tendrían que tomar nota sobre todo aquellos que desprestigian y degradan la que debería ser una noble actividad, como es la política, convirtiéndola en terreno abonado para el insulto, la difamación y el juego sucio. La tan mentada regeneración política no puede venir de la mano de semejantes actitudes que en último término buscan generar tensión y hasta criminalizar al adversario y transformarlo en enemigo digno de ser liquidado (caldo de cultivo de la agresión física), sino ateniéndonos a los principios del debate y la confrontación de ideas y proyectos propios de la democracia y el pluralismo político, bajo las premisas de unas reglas de juego basadas en el civismo y un mínimo respeto personal hacia quien piensa diferente. Y en una ponderación y sensatez de la que Mariano Rajoy Brey está dando el mejor ejemplo.

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