Una seria advertencia: Las imágenes que se emiten en el presente vídeo, captadas por un compatriota residente en la capital nipona, pueden herir la sensibilidad de quienes las visionen; sobre todo, si se trata de euroburócratas cantamañas, corresponsales, responsables de informativos o directores de medios de comunicación que pretendan incidir en el alarmismo generado, y, por supuesto, furibundos antinucleares.
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