viernes, 8 de abril de 2011

EL NUEVO 'MALO' OFICIAL


La crisis económica que con especial virulencia sufre España tiene su nuevo cabeza de turco: antes eran Bush y Aznar, cuyas políticas 'neoliberales' (o 'neocons', que tanto da) supuestamente propiciaron el estallido de la burbuja inmobiliaria, fenómeno que con inusitada perspicacia detectaron Zapatero y demás prebostes de la izquierda socialista, eso sí, a toro muy pasado y con la cornada puesta. Ahora el papel de 'malo' oficial ha pasado a desempeñarlo Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, que, con el propósito de contener el incremento de la inflación en la zona 'euro', ha decidido subir los tipos de interés. Pero, ay, no ha tenido en cuenta los daños que tal medida provocará en la ya de por sí estancada economía española, cuyo previsible mayor deterioro tiene a partir de ahora otro culpable con nombre y apellido. Porque encontrar el origen de nuestros males allende los Pirineos es una tradición tan nuestra, que la progresía hispana no tiene ningún inconveniente en seguirla a rajatabla. Actitud que, en este caso, le conviene adoptar con tal de eludir responsabilidades.

Sin embargo, si bien es cierto que a corto plazo los efectos serán en general negativos, puesto que supondrán la subida de las hipotecas y una mayor restricción del crédito, a la larga será beneficiosa para nuestra economía, ya que en cambio dispondrá de mejores medios para desprenderse de una de sus principales losas: la deuda. Además, sería contraproducente continuar con esa misma política monetaria expansiva en la que precisamente hallamos la raíz de la crisis que vivimos. En cualquier caso, otro gallo nos cantaría si en su momento se hubiesen llevado a cabo reformas liberalizadoras y medidas de flexibilización de nuestro rígido sistema laboral: de esa forma a buen seguro que estaríamos creciendo al menos al nivel de la media de la Unión Europea. Pero de tal falta de iniciativa no tiene la culpa Monsieur Trichet.

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