
Un error en la web del Instituto Nacional de Estadística (o quién sabe si la diablura de algún submarino del PP incrustado en el organismo) ha servido para dar a conocer por adelantado unos registros auténticamente de vértigo: 4,6 millones de desempleados, lo que supone superar la tasa del 20% de paro. De ellos, según datos publicados antes, nada menos que un millón son mayores de 45 años, trágica circunstancia impensable en un país desarrollado e inédita en nuestra economía. Son marcas de las que pueden presumir las políticas 'sociales' y 'progresistas' del Gobierno de Zapatero, y que a buen seguro no se quedarán ahí: Serán capaces de rebasarlas y de seguir batiendo récords.
Menos mal que esta izquierda que nos gobierna (es un decir) ha decidido no permanecer impasible ante tan sombrío panorama (sobre todo para sus perspectivas electorales) y se ha puesto por fin manos a la obra. En consecuencia, ha empezado a movilizar a todas sus huestes: Desde liberados sindicales a los que por fin se les ha encontrado ocupación con la que llenar sus horas muertas (pero bien pagadas), hasta faranduleros e 'intelectuales' de la progresía 'zejatera' y pesebrera a los que les han despertado de su larga siesta los muertos del pasado, algo que no consiguieron los del rabioso presente de Afganistán; pasando, por supuesto, por la suelta de determinados dinosaurios que encuentran ahora su oportunidad para, en unos casos, desahogar todo el rencor acumulado durante tantísimos años, y en otros, ocultar su mala conciencia por haber cambiado en su momento, y sin solución de continuidad, de la camisa nueva a la chaqueta vieja.

Así pues, se hace necesario desempolvar las pancartas y las banderas tricolores para retornar a la algarada callejera y a las consignas belicosas y antidemocráticas. Como cada vez que advierten la posibilidad de perder el Gobierno, el PSOE y sus adláteres sacan a pasear los cadáveres de la Guerra Civil y del franquismo para arrojárselos a la cara al adversario político, al que se demoniza y pasan a tratar como enemigo. Que esta insensata actitud pueda poner en riesgo la concordia y el espíritu de reconciliación que guiaron a nuestra transición democrática, cuyos logros se niegan ahora, no importa en absoluto a quienes no tienen otro objetivo que mantenerse en el poder a costa de lo que sea.
- Zapatero: 'Lo que pasa es que yo creo que nos conviene que haya tensión...'
- Gabilondo: 'A mí me parece que os conviene muchísimo...'
- Zapatero: 'Yo mismo voy a empezar a partir de este fin de semana a dramatizar un poco... Pero nos conviene muchísimo... Porque si no la gente... Bueno...'
- Alfonso Guerra, en respuesta a un caso de tráfico de influencias que implicaba a su hermano Juan: '¿No queréis catarsis? ¡Pues catarsis 'pa tós'!'
- ¿Y los 4,6 millones de parados?
- ¡Esta vez no pasarán!
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