Parece ser que 'rescatar' a los bancos 'inyectándoles' miles de millones de euros procedentes de nuestros impuestos no era suficiente. Además, el Gobierno socialista ha decidido bajar los tributos tanto a los banqueros como a los altos ejecutivos, e incluso, pásmense, con retroactividad. Vaya por delante que reducir la fiscalidad a las rentas más altas es una medida en sí positiva, ya que impulsa el dinamismo económico y la generación de riqueza. Ahora bien, las rebajas deberían extenderse al resto de los impositores: A empresas, para favorecer su supervivencia y la creación de puestos de trabajo, y a familias y ciudadanos de a pie, para que puedan afrontar en mejores condiciones una crisis económica que les está afectando especialmente. En efecto, donde mejor está el dinero es en el bolsillo de los contribuyentes. Pero no sólo en el de los más ricos.
Es tremendamente significativo que quienes todavía presumen de defender los intereses de los desposeídos hayan aprobado esa rebaja fiscal a escondidas y de manera posiblemente ilegal. Estos declarados admiradores de Obama, quien precisamente pretende subir los impuestos a la minoría de poder adquisitivo más alto y bajárselos a las familias y a la numerosísima clase media estadounidense, han procedido sin embargo de forma diametralmente opuesta. Y han acabado haciendo lo mismo que hipócrita y falsamente le reprochaban a sus 'bestias negras', es decir, a Thatcher, a Reagan y a Aznar, cuyas reformas fiscales, muy al contrario, favorecieron muy especialmente a las clases medias. Nada que ver con este socialismo de los millonarios que Zapatero ha puesto en boga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario