viernes, 19 de mayo de 2017

¿COMO FELIPE O COMO HERNÁNDEZ MANCHA?

Presentar propuestas, proposiciones de Ley, enmiendas, controlar la misma acción del Gobierno... Todo lo que tenga que ver con un parlamentarismo burgués-liberal en el que no creen, devanarse los sesos y trabajar para sacar adelante ideas concretas para intentar mejorar la calidad de vida de los españoles, les cansa y les aburre. Es superior a sus fuerzas. Lo suyo es el "agit-prop" permanente y el circo mediático, así que, tras el rotundo fracaso de ese "odiobús" que iba a sembrar la zozobra en todos los rincones de España, necesitan montar el gran y definitivo espectáculo al que no se puedan resistir unas cámaras de televisión cuya presencia siempre aspiran a acaparar.

Por tanto, y al albur de un río convenientemente revuelto desde variadas e inimaginables instancias que están logrando que la consolidación de la recuperación económica pase prácticamente desapercibida, presentemos una moción de censura contra un Ejecutivo que apenas lleva seis meses en el poder, sí, pero a qué esperar. No solo se trata de paralizar la vida parlamentaria para, al menos durante un tiempo, dejar de trabajar en minucias como leyes, iniciativas o enmiendas (uf, qué aburrimiento) y ponernos en lo que sabemos, nos gusta y nos entretiene, esto es, en el "postureo" y el "posemos" de altas dosis; además, ha de coincidir con las primarias de un PSOE que puede salir de su bronco proceso de elección interna peor todavía de lo que está, y contra el que en realidad va dirigida la moción de censura para ponerle la puntilla de sus irreconciliables enfrentamientos y contradicciones intestinas, y seguir así comiéndole terreno electoral hasta dejarle en el mismo estado de gran parte de la socialdemocracia europea: en el chasis.

Así pues, que la moción, como es absolutamente previsible, termine derrotada (no porque no haya suficiente animadversión hacia el PP y Rajoy en un Congreso con una mayoría entregada a su desgaste, sino porque votar a Iglesias Turrión como presidente del Gobierno supondria, además de un dislate desde un punto de vista democrático, la muerte política para muchos) no tiene para la extrema izquierda chavista la menor importancia: todo lo que permita centrar la atención mediática se da por bien empleado. Aunque al Mesías, al que increíblemente se nos sigue presentando como un brillante y casi infalible estratega político, le puede salir el tiro por la culata, ya que ha generado una oportunidad de oro para que quede claramente patente que su discurso abusivamente populista y demagógico solo esconde la ausencia de una alternativa de Gobierno mínimamente seria y concebible, al menos para una sociedad abierta y libre. Sin ir más lejos, los "revolcones" dialécticos y parlamentarios que han sufrido él y su ilustre compañera, Irene "Kruspkaya" Montero, a manos de los portavoces del PP, miembros del Gobierno y el propio Rajoy son ya incontables, y además de los que hacen época.

Y es que tirar por la calle de en medio puede llevar directamente al suicidio. Esto es: quien aspira a emular al Felipe González de 1980 puede terminar como el Antonio Hernández Mancha de 1987.

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