miércoles, 22 de julio de 2009

¿QUÉ PINTABA MORATINOS EN EL PEÑÓN?


En la opinión pública española, y en el periodismo en particular, se mantiene todavía una tendencia que nos viene del franquismo: Criticar y poner verde al ministro de turno, pero sin hacer referencia alguna a quien le nombró y refrenda sus actos. De esta forma, Franco siempre quedaba a salvo, y en ocasiones como el bueno de la película. Pues bien, el inefable Moratinos, obviamente, no ha viajado a Gibraltar en calidad de Ministro de Asuntos Exteriores única y exclusivamente por propia iniciativa. Desde luego, decisión de tal calibre, que rompe con trescientos años de firmeza en la reivindicación española del Peñón (con regímenes y gobiernos de los más variados colores y tonalidades), ha debido de contar cuando menos con el visto bueno del presidente Zapatero. Que sepamos, ni ha desautorizado públicamente la visita, ni ha procedido a su cese como Jefe de la Diplomacia española.

Por tanto, es al presidente del Gobierno a quien corresponde hacerle la siguiente pregunta: ¿Qué diablos pintaba Moratinos en el Peñón? Zapatero ya ha dado sobradas muestras de no creer en España, nación 'discutida y discutible', y de que como buen y redomado 'progre' reniega de nuestro pasado y de nuestra historia. ¿Pero a qué ha venido propiciar esta inexplicable e innecesaria humillación, que sin duda será recordada como uno de los hitos más ignominiosos de la historia de España? Dados sus arraigados prejuicios, no es de extrañar que en el fondo esté convencido de que el 'estatus' de Gibraltar sea, en efecto, un reducto de un pasado colonialista, pero de la propia España.

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