sábado, 8 de julio de 2017

NI UN PASO ATRÁS EN LA DEFENSA DE LA LIBERTAD

La dictadura comunista cubana y su émulo el régimen chavista venezolano han logrado ser similares hasta en un aspecto particularmente lamentable: que cada salida de la cárcel que por motivos políticos se produzca, siempre a cuentagotas, sea celebrado con las mayores alharacas. Y como si en último término debiéramos agradecer la supuesta generosidad del correspondiente sátrapa, cuya imagen proceden a lavar sus defensores, o como si la llegada de las libertades se diera ya por hecha, como algunos ingenuos, o más bien tibios, pretenden hacer ver en estos casos. Y nada más lejos de la realidad.

Desde luego, no deja de ser una excelente noticia que todo un símbolo de la lucha por la libertad en Venezuela, Leopoldo López, regrese a su hogar para poder pasar por fin los días con su familia, y nos alegramos muy especialmente por su padre, Leopoldo López, y su mujer, Lilian Tintori, personas admirables, auténticos héroes que jamás han cejado en su hercúleo empeño de combatir al chavismo para conseguir la liberación, no solo de Leopoldo López, sino de los presos políticos del régimen y, sobre todo, del oprimido pueblo venezolano. De todo ello nos congratulamos, como no podía ser de otra manera.

Ahora bien, que una alegría tan grande como puntual no nos impida seguir viendo la cruda realidad: en primer lugar, que Leopoldo López no ha sido liberado de la cárcel, de una prisión en la que se le ha torturado durante más de tres años, sino que ha pasado a ser sometido a arresto domiciliario, y todo, resaltémoslo, por cometer los delitos de denunciar los atropellos del chavismo y pedir la recuperación de las libertades para Venezuela; en segundo lugar, por tanto, y como ha recordado Hernesto Capriles, que cabe exigir su libertad plena, como la de los muchos presos políticos que permanecen injustamente encarcelados; y en tercer lugar, que el régimen chavista de Maduro continúa en vigor, sojuzgando y llevando a la miseria a la sociedad venezolana, promoviendo asaltos a la sede de la soberanía nacional y agresiones a los representantes políticos elegidos en las urnas, y asesinando en las calles a quienes se manifiestan contra la tiranía.

Que, por tanto, desde las democracias hemos de seguir combatiendo con absoluta firmeza, y con mucha mayor determinación por cierto, al chavismo encarnado en el cruel dictador Maduro y su régimen mafioso, criminal y narcoterrorista. Tanto dentro como fuera de Venezuela; tanto allí como, por ejemplo, haciendo frente aquí en España a los Garzones, Monederos, Monteros e Iglesias que justifican las fechorías del heredero de su venerado (y benefactor) Hugo Chávez Frías, o que en el mejor de los casos se sitúan en una vil equidistancia haciendo uso de un lenguaje típicamente batasuno. Ni un paso atrás en la defensa de la libertad y la democracia, que nos merecemos tanto los españoles como los venezolanos.

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