martes, 28 de marzo de 2017

LA "POSVERDAD" TÍPICAMENTE PODEMITA

 
Algunos pretenden que lo olvidemos, pero todavía resuenan los ecos de los elogios del Mesías Iglesias hacia la clarividencia de la ETA y su entorno de la "izquierda abertzale" por haber sabido advertir el carácter "neofranquista" del "régimen del 78" y actuar en consecuencia, o aquella su petición televisada de que los presos etarras "fueran saliendo de las cárceles". Porque esa es, ni más ni menos, una de las fundamentales razones de ser del movimiento de ultraizquierda que surgiera al calor de la crisis: reescribir la historia reciente de España, su transición y sus años de libertad y democracia, lo que incluye blanquear a la banda terrorista etarra, sus crímenes y sus asesinatos, y enmarcarlos en un "conflicto" entre unos "luchadores por la libertad" y un Estado "represor"; lo que, por supuesto, lleva a situar al mismo nivel a las víctimas y a sus verdugos.

Esto es: se trata de elevar a categoría el infame discurso proetarra de siempre. Y en pos de ese objetivo, estorba una legislación que penalice la exaltación del terrorismo y proteja a las víctimas de las injurias, a las que los seguidores del "podemismo" son muy dados en los arrabales de las redes sociales. Y para muestra, un muy reciente botón: la recepción en el Congreso por parte de los diputados de Unidos Podemos a los agresores de Alsasua como si de héroes se tratara, porque, según una portavoz de la facción navarra, "tan víctimas son unos como otros", esto es, tanto los que en grupo de veinte propinaron una paliza a dos guardias civiles y sus parejas como los que, en situación de minoría e indefensión, la recibieron. Y nada de delito de odio o de terrorismo: una mera pelea de bar. La "posverdad", esto es, la manipulación más mentirosa de la realidad, por bandera.

Que, encima, se atrevan a dar lecciones de libertad de expresión y opinión los amigos de Cuba, Venezuela e Irán, los que persiguen y amenazan a periodistas que no les bailan el agua, o los que exigen prohibir lemas que no les gustan o misas televisadas en directo, es ya de aurora boreal. Y que alerten del peligro de "banalizar" el terrorismo los que utilizan la palabreja para cualquier circunstancia ("terrorismo financiero", "terrorismo económico", "terrorismo laboral", etc.) no puede entenderse sino como una monumental tomadura de pelo. Lo mejor de todo es que hace tiempo que les vamos conociendo y ya no engañan a casi nadie.

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