Si algo tenemos claro los liberales es que crear empleo no es papel de los Gobiernos, pero sí establecer las condiciones adecuadas para que lo genere quienes son capaces de hacerlo: las empresas, los autónomos, la sociedad civil en general. El mérito del positivo cambio de tendencia en el mercado de trabajo (ya hay menos parados que con Zapatero) reside principalmente en una sociedad española una vez más a la altura de las circunstancias, si bien la reforma laboral del Ejecutivo de Rajoy ha tenido la virtud de liberalizar y flexibilizar las relaciones laborales y, con ello, facilitar la contratación. Hasta el punto de que, por primera vez en nuestra historia, baja el paro y se crea empleo neto creciendo por debajo del 2% del PIB; además, batiendo registros absolutos y aumentando un 23% la contratación indefinida. Porque, para ´precariedad´, los tres millones de desempleados bajo Gobiernos socialistas, y no los casi 600.000 nuevos puestos de trabajo del último año.
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