martes, 5 de mayo de 2015

MENOS PARADOS QUE CON ZAPATERO

No es solo que sigan batiéndose registros históricos en cuanto a reducción del desempleo y creación de puestos de trabajo: concretamente en el pasado mes de abril, hubo 118.923 parados menos y 175.495 afiliados más a la Seguridad Social, guarismos jamás alcanzados. No es ya que el último año acumule un total de 587.243 empleos netos, lo que supone un crecimiento del 3,52% en términos interanuales, lo que lleva a que se supere el umbral de los 17 millones de ocupados, una cifra desconocida desde junio y julio de 2012. Es que, además y sobre todo, el paro registrado es ahora más bajo que el que dejó en nefasta herencia el PSOE de Zapatero al actual Gobierno del PP: así, hay 89.343 desempleados menos que en 2011.

Por tanto, uno de los compromisos más destacados y demandados que asumió el PP de Rajoy ante los españoles se ha hecho realidad: por segunda vez desde julio del año pasado, hay menos parados que cuando gobernaba Zapatero, durante cuyo mandato, hay que recordar, se destruyeron la friolera de tres millones de puestos de trabajo netos. Y, desde luego, no hay nada más 'precario' que encontrarse sin empleo; no precisamente el que lleva creándose de manera sostenida, y a un ritmo sin precedentes, durante los últimos dos años (con un crecimiento apreciable de la contratación indefinida, además).

Y así, por supuesto, cabe resaltarlo ante la legión mediática de agoreros y cenizos que se empeñan en pintarlo absolutamente todo de negro con tal de negarle el más mínimo mérito al Gobierno de Rajoy; cuya liberalizadora y flexibilizadora reforma laboral, la verdadera revolución que precisaba nuestra economía al tratarse de un sistema laboral excesivamente paternalista e intervencionista y básicamente heredada del franquismo (aunque tan caro a nuestras izquierdas), tiene muchísimo que ver con tan positivo cambio de tendencia en el mercado de trabajo. Se trata, sin duda, del principal éxito que podrá apuntarse el PP cuando se haga balance de la presente legislatura. Y no es moco de pavo.

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