martes, 23 de septiembre de 2014

COHERENCIA... Y DIMISIÓN



Quién lo diría hace apenas unos meses. Quien durante tantísimos años ha sido presentado como el destacado 'verso suelto' del PP por sus posiciones heterodoxas y que frecuentemente se salían de los cánones ideológicos del centro-derecha, hasta hacerse con una imagen de 'progre' dentro del PP que él mismo no se recataba en cultivar, se ha visto obligado a abandonar carrera política tan fulgurante y prometedora (tanto, que incluso parecía apuntar a La Moncloa)... por mantenerse incólume en principios que, como el de la defensa del no nacido, se han tenido, al menos hasta ahora, como fundamentales en el ideario tradicional de la derecha liberal-conservadora. Alberto Ruiz-Gallardón ha acabado dimitiendo cuando más coherente se ha mostrado con el programa y la que debería ser ideología de su partido; y se ha sentido forzado a renunciar precisamente por serlo, decisión que, por su escasísima frecuencia por estos lares de nuestra política, tanto honra y engrandece la figura de quien ya de por sí ha sido un hombre de gran estatura política. Y no solo se ha marchado por una cuestión de principios, sino que además ha sabido hacerlo: como todo un señor, sin un solo reproche. Para quitarse el sombrero, y hasta el cráneo, como diría el personaje valle-inclanesco.

Así pues, la cantada retirada del proyecto integral de reforma de la malhadada ley Aído, confirmada por el mismo presidente, ya ha traído consigo la primera crisis de Gobierno de la era Rajoy. Como daño inmediato, y de momento, no está nada mal, sobre todo si tenemos en cuenta los beneficios políticos y electorales que, según brillantes y arriolanos augures y estrategas, iba a reportar semejante vaivén programático. Porque, partiendo de mi supina ignorancia en materia sociológica y electoral, máxime si me comparo con tales e inmensos sabios, uno no termina de entender cómo provocando, en unos casos el desconcierto, y en otros directamente el cabreo, en aquel electorado precisamente más comprometido e identificado con la línea ideológica del centro-derecha, puede haber más posibilidades de ganar unas elecciones. Pero, en fin, el tiempo será de nuevo ese juez insobornable que da y quita razones; y allá cada cual con los asesores y sociólogos de cabecera en los que, pese a su más que discutible historial de aciertos, confíe casi ciegamente, como si del oráculo de Delfos se tratara.

En lo que a mí modesta y particularmente respecta, y como en al menos muy buena parte de los afiliados, simpatizantes y votantes del Partido Popular, nada que añadir a lo que en esta materia llevo tiempo defendiendo tanto aquí como en las redes sociales. Desde luego, limitar toda la reforma a retornar al consentimiento paterno para que las menores de 16 y 17 años puedan abortar me parece, con ser imprescindible, insuficiente; y poco o nada se puede consensuar con quienes nada quieren acordar con una derecha que siempre pretenden presentar como ‘rancia’, ‘facha’ y ‘clerical’ (y que ahora venden esta marcha atrás del Gobierno como un triunfo suyo, por cierto). Algunos lo seguiremos proclamando alto y claro.

1 comentario:

Cliente X dijo...

Creo q hay otras formaciones politicas q, a diferencia del PP, si tienen en la defensa del no nacido el centro de su programa politico.