miércoles, 3 de junio de 2009
EL BROTE
Las fanfarrias del PSOE y sus poderosas terminales mediáticas no han parado de sonar. El gran Zapatero, ese sabio omnisciente que venturosamente rige nuestros destinos, proclamó desde su atalaya: 'Hágase la economía verde'. Y he ahí la inmediata y benéfica consecuencia de su juiciosa prescripción: El dichoso surgimiento del primer brote; verde, por supuesto. Alabado sea. Gracias, presidente, has acabado con la crisis.
Glosar las especiales dotes del socialismo para la propaganda y la manipulación resulta ocioso a estas alturas. Pero no es en absoluto casualidad que las cifras del paro de mayo, tal y como han sido difundidas por el Ministerio de Trabajo, hayan acudido en socorro de un PSOE en horas bajas, y a seis días apenas de las elecciones europeas. Porque, más allá de datos coyunturales convenientemente maquillados, la cruda realidad del desempleo en España es la siguiente: Si eliminamos los efectos estacionales, tenemos 89.000 parados más respecto a abril. Además, se han destruido nada menos que 1,3 millones de puestos de trabajo en un solo año. Y esta información no procede de alguna empresa enemiga del socialismo, sino del propio INEM.
Desgraciadamente, nos cabe el dudoso honor de seguir siendo el país con mayor tasa de desempleo del mundo desarrollado, ya que el Gobierno de Zapatero continúa batiendo todos los récords de paro. Sin embargo, en el PSOE se muestran eufóricos: Creen haber obtenido un balón de oxígeno en una campaña electoral desfavorable. Y quizá el desastre se contenga durante la temporada de verano mientras nuestra principal industria, que continúa siendo el turismo, tire de nuestra economía. Pero después retornaremos indefectiblemente a la catástrofe, que ni el mejor de los cosméticos será capaz de ocultar.
Y es que la solución no reside en actuar a golpe de Decreto-ley. No se resolverá realmente el problema del paro hasta que no se generen condiciones adecuadas para que la creación de puestos de trabajo parta de la sociedad civil. En cualquier caso, no tardaremos en darnos cuenta de que el susodicho brote, aunque verde, es de plástico.
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