martes, 5 de marzo de 2013

SERÍA TODAVÍA PEOR

Como se temía, se ha alcanzado finalmente la fatídica cifra de los cinco millones de parados registrados en las oficinas del antiguo Inem. Ahora bien, cabe sin embargo puntualizar que se trata del menor incremento en un mes de febrero desde 2008, año en que 'oficialmente' se inició la crisis; además, es significativamente inferior al dato del mismo mes de 2012, que supuso el doble. Así pues, de momento en este terreno solo se está logrando contener el ritmo de destrucción de empleo en una época de grave crisis económica como la que todavía sufrimos. Son de esperar resultados mucho más positivos cuando la recuperación empiece a ser un hecho.

En general, las políticas del Gobierno han conseguido, por ejemplo, alejar el fantasma del rescate cuando en verano se daba por hecho, reducir considerablemente el déficit público, disminuir la intensidad de destrucción de empleo en un año de recesión económica y mejorar la imagen de la economía española en el exterior, como se puede ver en la evolución de la bolsa, la prima de riesgo y las subastas del Tesoro español en los mercados, además de los datos macroeconómicos relativos al turismo y las exportaciones. Y es que el Ejecutivo, más que cambiar sus políticas (aunque en algún ámbito concreto, como el impositivo, sí que debería hacerlo, y cuanto antes mejor), tendría que profundizar en las mismas; sobre todo en las reformas de las Administraciones Públicas, cuyo peso en la economía debería ser mucho menor, y las medidas liberalizadoras, que habrían de ser más audaces para liberar de corsés a la sociedad y facilitar así la reactivación económica.

En cualquier caso, a este Gobierno se le puede y se le debe exigir mucho, pero no que obre el milagro de que en época de crisis y tras una nefasta herencia económica logre que se genere empleo: desde luego, hubiese sido un hito en nuestra historia, incluso superior a la sustancial rebaja del déficit público que se ha conseguido, ya de por sí meritorio. La virtud que ha tenido la controvertida reforma laboral ha sido precisamente reducir el ritmo de destrucción de empleos: de no ser por la mayor flexibilidad de la que se ha dotado al mercado de trabajo, el número de parados desde que gobierna el PP sería ahora mismo el doble si nos atenemos a los datos de situaciones económicas semejantes y bajo el anterior (y básicamente franquista) régimen laboral. Sería todavía peor.

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